Se lee por algunas calles paceñas “El lujo de Evo no es el lujo del pueblo”, y la situación de las y los trabajadores de la Empresa Nacional de Textiles (ENATEX)* es uno de los ejemplos más evidentes de esto: son ya 4 meses de sueldos incumplidos (de septiembre a diciembre del 2014), aguinaldos pagados bajo irregulares cálculos y amenazas de despido a 1600 trabajadoras y trabajadores, y en sus espaldas todas sus familias que hoy se encuentran en la total incertidumbre.
Con estas preocupaciones y su legítima demanda por el cumplimiento de sus más básicos derechos laborales, el conjunto de trabajadores tomó la determinación de llevar adelante medidas de presión e iniciar una huelga de brazos caídos desde el martes 6 de enero, frente a lo cual la ofensiva patronal de las autoridades de Estado no se hizo esperar. Además de la liviandad con que el Ministro de Economía, Luis Arce, amenazó con el cierre de la empresa, o las palabras vertidas por las de la Ministra de Desarrollo Productivo, Teresa Morales, acusando a los trabajadores de ser quienes “provocaron su fracaso” ; el Ministro de Trabajo, Santalla, manifestó el pasado miércoles que se cuenta con el presupuesto apenas para el pago de un sueldo, pero que para hacerse efectivo la condición es que se suspenda el paro, señalando que “Si los trabajadores quieren que haya estabilidad laboral deben entender las dificultades por las que atraviesa la empresa”. Es decir, para cada uno de los ministros el pago de los sueldos a los trabajadores aparenta ser un favor concedido por el Estado empresarial y no así un derecho. Estos funcionario exigen a las y los trabajadores comprensión y sacrificio, mientras la orientación económica del gobierno de Evo Morales se dirige al beneficio del capital privado y de las transnacionales.
¿Y la dirigencia de los fabriles? No es una novedad que la Federación y la Confederación ignoran las demandas de los trabajadores de ENATEX por su clara filiación al gobierno del MAS. En diálogo con La Izquierda Diario, el dirigente Gerónimo Cori (Secretario General de la Central ENATEX) manifestó “Nosotros les hemos dicho [a la Federación y Confederación de Fabriles] que esto está pasando, y nosotros estamos esperando que nos ayuden, y si así no fuera pues nosotros los trabajadores nomás vamos a tener que enfrentarnos y seguir luchando”.
Sobre las demandas centrales sostenidas por los trabajadores, el dirigente señaló “… son los 4 sueldos adeudados, el mal cálculo de los aguinaldos y estamos pidiendo que se pueda poner otro gerente con una mejor administración”. Sin embargo, cabe preguntarse cuál será una solución real de fondo para los y las trabajadoras de la empresa. La importancia de la recuperación de los medios de producción bajo el control obrero se hace cada vez más latente, y se abre un escenario discusión con una cantidad importante de trabajadoras y trabajadores que poco a poco van percibiendo cuál es el verdadero carácter del gobierno frente a sus necesidades y derechos.
*ENATEX fue estatizada en junio del 2012, por la lucha de los trabajadores que se negaron a resignar sus puestos de trabajo y derechos laborales frente al empresario Iberkleid, quien afirmaba la quiebra de la empresa. El gobierno del MAS pagó la friolera de 10 millones de $us salvando los negocios de los empresarios y prometiendo a los trabajadores la apertura de mercados a Cuba y Venezuela. Pese a las promesas, es el gobierno del MAS con la colaboración de la burocracia fabril de Víctor Quispe y Wilson Mamani, quien descarga los efectos de la crisis textilera sobre los trabajadores. |