Ayer se conoció la noticia -reflejada por este diario-, del rechazo del Secretario General de la UOM Río Grande -Oscar Martínez- al acuerdo, que él mismo consintiera en su momento, que congela los salarios de los obreros metalúrgicos de Tierra del Fuego y que firmaron Calo como Secretario General de la UOM, los empresarios fueguinos nucleados en la cámara empresarial de fábricas de electrónica (AFARTE) y la gobernadora Rosana Bertone.
Sin perder tiempo concurrieron a la sede del Ministerio de Trabajo de Nación, Calo, el Secretario Gremial de la UOM nacional Abel Furlan, el Secretario General de la UOM Ushuaia Héctor Tapia, los empresarios de AFARTE para pedir que ese acuerdo, que no es ni más ni menos que una burda extorsión para los trabajadores metalúrgicos, sea refrendado por Triaca.
Durmiendo con el enemigo
El acuerdo establece que desde junio del 2018 hasta el mismo mes del 2020, los salarios quedan congelados y se exige un aumento en la productividad. A cambio, y ahí tenemos la extorsión a los trabajadores, las patronales y la gobernadora del PJ se comprometen a no realizar despidos.
En la provincia austral, donde según las estimaciones privadas (no hay datos oficiales desde el 2015 del valor de la canasta básica total –CBT- y la canasta básica alimentaria –CBA-), dan cuenta de una CBT que rondó a principios de año los $29.000. Mientras que la inflación nacional estipulada para el año que viene es del 15%. No hace falta mucha imaginación para darse una idea de que ese acuerdo sólo puede beneficiar a las patronales firmantes. La extorsión es clara: congelamiento de salario o te quedas sin trabajo. Esto es lo que firmó el “representante de los trabajadores” Antonio Calo, quien ya en octubre, cuando fue entrevistado en el Coloquio de Idea, en la ciudad de Mar del Plata, declaró: “desde que ganó Macri, estamos acompañando”.
“Esto es como la perinola, para que el país avance todos tenemos que poner algo” Otras de sus frases preferidas para justificar por ejemplo el apoyo que le dio a la “contra reforma” laboral del gobierno, que significa lisa y llanamente pérdida de derechos conquistados para los trabajadores. De estos dichos recientes se puede inferir su servilismo hacia las políticas anti obreras del gobierno. Que por otro lado no difiere en nada de la postura del triunvirato de la CGT con respecto a dicha “contra reforma”.
El enojo de las bases
El ausente en esa reunión con el Ministerio de Trabajo fue Oscar Martínez. Pero su cambio de posición con respecto a este acuerdo, que a partir del 13 de noviembre –cuando se firmó-, lo había avalado, tiene que ver con las fuertes quejas de las bases que se expresaron en asambleas de las distintas fábricas metalúrgicas y un repudio de sectores cuya economía depende del consumo de la clase trabajadora fueguina, como los pequeños comerciantes. A esto hay que sumarle el anuncio del gobierno nacional de la baja gradual de aranceles a productos importados.
Por esos motivos rápido de reflejos, Martínez convocó para ayer miércoles (coincidiendo con el paro y movilización llamado por la CTA “Perón” de Cachorro Godoy) a una marcha de los afiliados metalúrgicos, donde el eje fue el rechazo al congelamiento salarial. La movilización tuvo una convocatoria nutrida de miles de obreros.
En su discurso trató de justificar su postura de apoyo inicial a esa extorción con la excusa de que fue un congreso de delegados que avaló su postura, pero que ante la posición de Bertone frente a los padecimientos de los trabajadores provinciales y las medidas del Gobierno de Cambiemos, la UOM Río Grande no firmará la homologación del convenio.
Queda por verse si el rechazo de los trabajadores expresado en las fábricas y en la movilización del día de ayer, se convierten en una fuerza activa y organizada para frenar el ataque que el PJ de Bertone, las patronales y el gobierno de Macri quiere imponerles. |