Los datos provienen del Informe del Observatorio del Derecho Social de la CTA Autónoma. El 90% de los trabajadores percibe salarios menores a la canasta familiar de $ 25.548.
Lejos del discurso exitista con el que el presidente Mauricio Macri celebró sus dos años al frente del ejecutivo, el informe trimestral del Observatorio de Derecho Social de la CTA Autónoma arroja un panorama sombrío para el conjunto de la clase trabajadora.
Mientras los salarios reales se encuentran en los niveles más bajos desde 2010, el empleo no recuperó los valores de 2015 y continúa aumentando la precarización laboral, la mayoría de los conflictos, movilizaciones y paros registrados en el tercer trimestre de 2017 se producen como respuesta a despidos, cierres de empresas, suspensiones o falta de pago de salarios. Sin embargo, los sindicatos por rama y actividad, tal como arrojan los datos, no llevan adelante sino una mínima porción de estos conflictos: los trabajadores están abandonados a resistir por empresa o establecimiento -donde tiene peso el sindicalismo de base, clasista y de la izquierda- o a nivel provincial, en el caso de los trabajadores del sector público.
Salarios reales: en sus niveles más bajos desde 2010
Analizando la situación en el tercer trimestre de 2017, el informe indica que, en términos de salario, el sector privado experimentó un crecimiento interanual del 3,3%. Sin embargo, no fue suficiente para remontar el fuerte retroceso del año 2016, encontrándose los salarios reales todavía por debajo de los valores de 2015. De hecho, el informa indica que los salarios reales en el sector privado se encuentran en los niveles más bajos desde año 2010.
En el sector público la situación es todavía peor: en el tercer trimestre de 2017 el salario real cayó un 0,6% comparado con el mismo periodo de 2016, y se encuentra en un 6,4% por debajo de los valores al momento de la asunción de Macri.
Las jubilaciones, comparadas con 2015, registran una caída superior al 7%. Según indican los especialistas, a esto se le agregará una nueva caída del 8% si entra en vigor la contra-reforma previsional de Cambiemos, que mañana será debatida en la Cámara de Diputados.
El 35% de los trabajadores con ingresos menores al Salario Mínimo, Vital y Móvil
Otros datos prefiguran la situación, de absoluta gravedad para cientos de miles de familias. El 90% de los trabajadores ocupados percibe ingresos menores al valor de la canasta básica para una familia tipo, que se ubicó en un poco más de $25.000 para fines de octubre de 2017.
A su vez, un 50% gana menos de $10.000, de los cuales, el 35% cobra menos que el Salario Mínimo, Vital y Móvil, ubicado actualmente en el mísero monto de $8860.
Considerando el primer semestre de 2017 de conjunto, el informe determina que el 28,6% de la población se encuentra por debajo de la línea de pobreza, mientras el 6,2% se encuentra debajo de la línea de indigencia. Estos datos son similares a los arrojados por el informe de la Universidad Católica Argentina sobre los niveles de pobreza en el tercer trimestre del año.
No se recupera el empleo con respecto a 2015 y hay más precarización laboral
Según el informe, “luego de la fuerte caída del año 2016 se inició un proceso de creación de puestos de trabajo que aún no ha permitido recuperar los valores del tercer trimestre de 2015, ni mucho menos acompañar el crecimiento vegetativo de la población experimentado desde entonces (aprox. 1,1% anual)”. Sin embargo, ni siquiera este leve crecimiento muestra motivos de festejo: el 70% de los puestos de trabajo creados entre el tercer trimestre de 2015 y el mismo periodo de 2017 son precarios, utilizando para su registro la figura del Monotributo y, en especial, la figura del Monotributo Social.
Sindicatos en tregua
Los datos arrojados por el Observatorio Social de la CTA Autónoma también revelan que, en este marco en el que el salario y el empleo no se recuperan, los sindicatos están prácticamente ausentes de la escena política y sindical.
En el primer semestre del año 2017 se homologaron apenas 18 convenios colectivos de trabajo; solo uno de ellos corresponde al nivel de actividad, y los 17 restantes fueron negociados en el nivel de empresa. El informe indica un creciente aumento de los acuerdos por empresa, lo que debilita enormemente el poder de negociación y de lucha de los trabajadores y redunda en mayores cuotas de flexibilización laboral.
De los conflictos que se registraron en el sector privado, en el tercer trimestre de 2017, el 75% ocurrieron a nivel de empresa y el resto a nivel de actividad. A nivel de rama, los conflictos llegaron a uno de los mínimos históricos.
La mayoría de estos conflictos se producen como respuesta a situaciones de crisis y despidos y se desarrollan a nivel de empresa. Si se analiza el siguiente gráfico, se puede ver que la mayoría de los conflictos por crisis se dan por empresa y que los grandes sindicatos no han promovido prácticamente ninguna acción para frenar despidos, suspensiones y falta de pago de salarios.
Quiere decir que los sindicatos por rama y actividad no están interviniendo y que la mayoría de los conflictos son motorizados por empresa, donde casualmente tiene mayor peso el sindicalismo de base, clasista y de la izquierda. No es casual que el informe mencione la emblemática lucha de las obreras y los obreros de Pepsico y la de los trabajadores de MAM de Neuquén. Ambas fueron apoyadas por la izquierda. De hecho, el sábado fue baleado por la policía el diputado provincial del Frente de Izquierda, Raúl Godoy, mientras apoyaba a los trabajadores de MAM. Llamativamente, la mayoría de los conflictos relevados en este periodo ocurrieron en la Patagonia y en especial en la provincia de Neuquén, por lo que la escalada represiva que se vive en la región puede interpretarse como un intento disciplinamiento a los que más resisten el ajuste.