Edició català
De hecho los debates electorales no contaron con los principales candidatos de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y el Partido Democrático de Catalunya (PdCAT), Oriol Junqueras y Carles Puigdemont respectivamente, por estar el primero bajo prisión preventiva y el segundo en su exilio en Bruselas.
El gobierno central por métodos expeditivos ha seleccionado a Indra para que sea la encargada del recuento de votos de la jornada, lo que ha generado las dudas y sospechas de muchos.
El clima represivo en Catalunya e incluso en otros lugares del Estado es intenso y en una escalada constante. Las elecciones del 21D no presentan ninguna garantía democrática seria.
Incluso, en plena campaña antes de realizar un acto electoral la Policía Nacional identificó a los candidatos de la CUP, sin hablar ya de la ridícula prohibición de un color, el amarillo, usado en protesta por la libertad de los presos políticos.
Queda claro de esta manera que estas elecciones no se dan en un escenario de normalidad, sino como respuesta desde el Régimen a un masivo movimiento democrático que signó la política catalana los últimos años y en especial desde la última diada el 11 de septiembre.
A continuación, recorremos algunas fechas claves de los últimos meses en el proceso catalán:
6 y 7 de Septiembre: Se aprobaron las leyes de referéndum y de transitoriedad en el Parlament Catalán.
13 de septiembre: El Fiscal General del Estado llamó a declarar a los más de 700 alcaldes que daban apoyo al referéndum por delitos de desobediencia, prevaricación y malversación de fondos públicos.
20-S: 14 altos cargos son detenidos, mientras miles de personas se congregan ante la Conselleria d’Economia y la sede de la CUP en defensa del referéndum y contra la represión.
1-O: El referéndum se lleva adelante gracias a que millones de personas ocuparon escuelas y el mismo domingo se acercaron a los colegios electorales desde las primeras horas para votar y garantizar que todos puedan hacerlo, poniendo el cuerpo frente al brutal operativo policial montado por el gobierno que contó con miles de policías nacionales y guardias civiles traídos de todas partes del Estado.
3-O: Huelga general en respuesta a la brutal agresión policial el día del referéndum convocada por el sindicalismo alternativo. Las direcciones burocráticas de CCOO y UGT se sumaron con “un paro cívico” que busca diluir la acción de la clase trabajadora. A pesar de esto la jornada es un éxito.
16-O: Encarcelan a Jordi Cuixart y Jordi Sánchez sin fianza acusados de delito de sedición. Lo que lleva a masiva manifestaciones contra la represión y la libertad de los presos políticos.
27-O: Después de varias vacilaciones y de que el gobierno español pusiera condiciones imposibles de cumplir y al mismo tiempo no garantizar que no se aplicaría el artículo 155, el Parlament catalán declara la República independiente de Catalunya. El mismo día el Senado aprueba la aplicación del artículo 155.
28-O: Tras el Consejo de Ministros el gobierno anuncia el cese del Govern català, la disolución del Parlament y la convocatoria a elecciones autonómicas para el 21 de diciembre. Ingresa a prisión más de medio Govern de la Generalitat. El vicepresident Oriol Junqueras, junto a los consellers Raül Romeva, Josep Rull, Jordi Turull, Joaquim Forn, Dolors Bassa, Meritxell Borràs y Carles Mundó son acusados de rebelión, sedición y malversación de fondos. El president Carles Puigdemont y los consellers Antoni Comín, Clara Ponsatí, Meritxell Serret y Lluís Puig se desplazan a Bélgica. La republica proclamada es disuelta antes de que tome forma sin la menor resistencia por parte de la dirección del proces.
8-N: Segunda jornada de huelga, esta con menor seguimiento producto de la política de las direcciones sindicales mayoritarias -CCOO y UGT- pero con una gran acción coordinada por parte de los CDRs de todo el territorio, con más de 76 carreteras y vías férreas cortadas. El mayor número registrado en una huelga general.
¿Cómo se llega a las elecciones del 21D?
Como conclusión de una primera fase del proceso, las distintas fuerzas políticas independentistas aceptan el escenario electoral a pesar de reconocerlo como ilegítimo y no logran llegar a un acuerdo para presentar una coalición en común. ERC y el PDeCAT, aleccionados por la represión y temerosos de las consecuencias del camino para lograr la independencia, acuerdan asistir a la contienda electoral desistiendo de la vía unilateral, y volviendo al trillado e imposible diálogo bilateral con el Estado español y la Unión Europea en la búsqueda de un referéndum acordado.
Así se articula un golpe institucional contra el movimiento democrático catalán y el derecho a la autodeterminación que pretende tener un barniz democrático, que apenas disimula el objetivo de aplastar al movimiento independentista catalán. La mayor fisura del régimen político del 78. Abriendo así una nueva forma de gobernar a golpe de sentencia judicial y de accionar policial en un estado de excepción encubierto que busca reorganizar el Estado en clave recentralizadora.
Pero a la vez deja al descubierto el límite de las direcciones políticas al frente del movimiento y su estrategia. Algo que debe dar a pensar a la izquierda independentista que dio apoyo a estas fuerzas y su hoja de ruta así como estabilidad parlamentaria a su gobierno incluidos sus presupuestos para encarar el próximo periodo sin cometer los mismos errores.
Por otro lado, la “izquierda” de la nueva política en el Estado, mostró su rápida adaptación al régimen frente a semejante movimiento y no movió un dedo, no solo en solidaridad con Catalunya sino en la pelea por acabar con la monarquía en el resto del Estado español. La casta de las castas.
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¿Qué perspectivas se abren después de las elecciones?
Según algunas encuestas, Ciudadanos emergería como primera fuerza política, quizás como segunda fuerza muy cerca de ERC. Lo que puede dejar a los Comunes con la llave parlamentaria para formar uno u otro gobierno o bien abrir la puerta a la repetición del escenario electoral.
Más allá de los resultados, según el plan del gobierno de Rajoy, la que gana es la ley del Régimen del 78 y su monarquía parlamentaria, y ya ha dejado claro que si el ejecutivo surgido de los comicios no se ciñe a ésta habrá más 155.
Aunque habrá que ver los resultados para evaluar los escenarios, la situación es incierta y aún permanece vivo un fuerte y extenso movimiento democrático, el principal escollo para los planes del Régimen y el gobierno.
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