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Roger Torrent se convirtió hoy miércoles en el decimoquinto president del Parlament de Catalunya. No hubo sorpresas y con los 65 votos de los partidos independentistas (sin la presencia de los 8 diputados electos por encontrarse en prisión o en Bruselas) se convirtió en el candidato más votado a presidir la mesa, en segunda vuelta y por mayoría simple.
En segundo lugar quedó José María Espejo, de Ciudadanos, con 56 votos obtenidos producto del apoyo de su propia formación, el Partido Popular y el PSC. Por su parte los 8 diputados “comunes” han votado en blanco.
La única nota de color en unas votaciones que venían con los resultados ya definidos desde muchas horas antes, ha sido el voto de algún parlamentario díscolo (muy probablemente del bloque del 155) que votó en blanco. El voto secreto hará imposible, si no se destapa, conocer al diputado o diputada que decidió saltarse la disciplina de voto.
Pero más allá de esta anécdota, ayer se dio el pistoletazo de salida a esta nueva legislatura, una etapa que para el reciente president se debe centrar en “coser la sociedad catalana”, una sociedad que ha definido como de “identidades cruzadas”.
También hizo hincapié en la actual situación de intervención del gobierno central sobre las instituciones catalanas y sobre sus presupuestos. En esta línea ha asegurado que su primer objetivo será finalizar con la intervención de la autonomía catalana. Y por supuesto no se olvidó de los 8 diputados que no han podido estar presentes en el hemiciclo, denunciando su ausencia y asegurando que “debe defender la voz de todos, especialmente de los que no están”.
Los mayores momentos de reproches se concentraron durante la intervención de Ernest Maragall, presidente de la Mesa de Edad. Como presidente anunció que aceptaba la delegación de voto delos tres diputados del bloque soberanista que se encuentran en prisión (Junqueras, Jordi Sànchez y Joaquim Forn). Esta interpretación fue criticada por Ciudadanos y posteriormente por el PP.
No obstante Maragall mantuvo su decisión y respondió que era a la Mesa a quién le correspondía decidir sobre este asunto y ordenar el debate. Tras esto, la jornada transcurrió sin mayores debates o sorpresas.
¿Qué clase de legislatura se inicia?
Desde ayer se abre un nuevo capítulo en la pelea por el democrático derecho de autodeterminación del pueblo catalán. Tras jornadas históricas como el 1 de octubre, el 3 de octubre, el 8 de noviembre, o medidas represivas sin precedentes como el 155 y la intervención de las instituciones catalanas, los dos principales partidos políticos del bloque soberanista parecen buscar cada día el mecanismo de desandar lo andado hasta la fecha, especialmente en los últimos 3 meses y medio del 2017.
En las comparecencias frente al juez renegando de la vía unilateral, las declaraciones de dirigentes de ERC y JxCat antes de las elecciones que apelaban a la negociación con el Estado español del 155 y con la imperialista Unión Europea, o los 9 puntos que pactaron ambas formaciones para los comicios del 21 de diciembre, dibujan un escenario donde esas jornadas históricas y las aspiraciones de la mayoría del pueblo catalán se llevan, nuevamente, a un callejón sin salida.
El propio Torrent ha mantenido un tono discursivo completamente alejado de los que hace tan solo dos meses atrás se podían escuchar en el hemiciclo catalán. Tampoco ha hecho referencia a ninguna de las grandes protestas y acciones como el referéndum del 1 de octubre, como camino a seguir y resultado a implementar.
El bloque soberanista sabe que no puede cerrar de un carpetazo el “ciclo independentista”, pero estas últimas semanas y sus programas son la materialización de un recule frente al Estado español y su represión.
Incluso el pacto entre ambas formaciones para hacer President a Carles Puigdemont se sostiene con pinzas si se tiene en cuenta las advertencias de Moncloa de dar continuidad al 155, que sí cumple sus amenazas represivas.
La CUP frente a su estrategia
El diputado de la CUP, Carles Riera, ha asegurado que el discurso de Roger Torrent como nuevo president de la mesa del Parlament “establece una línea política que no compartimos en absoluto. No va en sentido de materializar la república ni que podamos consolidar el bloque soberanista y republicano”.
Riera ha sostenido que “traiciona el 1 de octubre. Recular en las palabras, lejos de calmar a la bestia, la aviva”.
A pesar de estas acertadas advertencias de Riera extraídas de estas declaraciones, lo cierto es que el “lobo” mostró hace mucho sus orejas. El intento de Puigdemont de convocar elecciones autonómicas antes de la proclamación del 27S, la propia proclamación exprés del 10-O, la total ausencia de voluntad de poner en marcha un plan de movilizaciones sostenido para enfrentar la represión.
Todas medidas que responden a una estrategia que lejos está de querer llevar hasta el final este proceso de independencia representan aun un retroceso mayor. La vía del diálogo defendida JxCat y ERC es una vía que ya se demostró imposible para conquistar la independencia.
La CUP, en vez de señalar estas limitaciones y diferenciarse d JxCat y ERC, optó por hacer un frente nacional con ellos, dificultando la posibilidad de que surgiera un ala de izquierda y anticapitalista que peleara por la dirección del procés y que se opusiera firmemente, no solo contra la represión del Estado central, sino contra los intentos de los partidos pequeño burgueses catalanes de traicionar las aspiraciones del pueblo catalán. |