El año 2002 fue un año de altos y bajos, pero, por sobre todo de bajos en el fútbol chileno entre quiebras y paros de varios de los futbolistas por remuneraciones impagas, sobre todo de equipos de la Primera División B de la liga. Pero, sería en las alturas del fútbol donde se marcaría con mayor peso la crisis de la administración de los equipos, con el emblemático caso del equipo más popular del país Colo Colo que estuvo a punto de desaparecer.
El 23 de enero de ese año, la magistrada de 22° Juzgado Civil de Santiago la señora Helga Marchant, declararía la quiebra de la corporación a raíz de una demanda de la Asociación Chilena de Leasing(encargada de instalar el marcador electrónico en el Estadio Monumental) quienes pidieron esta situación jurídica por una deuda de 270 millones de peso a la cual se sumaron otros acreedores minoritarios, lo que llevó a que la corporación quebrara por una deuda de aproximadamente de 22 mil millones de pesos.
La mayoría no lograba entender, cómo el equipo que tenía más títulos de campeonato habría llegado a este nivel de endeudamiento, lo cual no pudo sostener ni con los ingresos monetarios de tantos años de gloria, incluso nadie se explicaba entonces por qué habían tantos egresos por contrataciones de jugadores en años anteriores, si la deuda ya mostraba sus primeros rasgos en el año 1997, cuando la ANFP no le pagó al equipo un centavo de las transmisiones televisivas de sus partidos.
A pesar, de los intentos de las directivas de salvar una y otra vez al club albo, donde incluso hubieron despidos de más de 110 trabajadores de la institución y baja de las remuneraciones entre un 30 y 70% de los jugadores, nada logró sacar a Colo Colo del hoyo económico, ni siquiera los remates inmobiliarios como la emblemática Casona de Cienfuegos la histórica sede de los años 1953-2004 y el Teatro Monumental perteneciente a la institución. Es más todo los hinchas del equipo popular a lo largo del país, organizaron la famosa ColoTón dentro de la desesperación que significaba para medio país ver que cabía la posibilidad de que este equipo desapareciera, sabiendo incluso que estaban empresarios de por medio metidos para aprovechar la situación.
Este hecho, marcaría un antes y después en la institución deportiva del país, ya que, la salida que le dio el Gobierno de turno de Michelle Bachelet en el año 2007 , fue la reforma de estatus de estas corporaciones que eran de figura pública-a las que ni un Gobierno nunca planteó políticas-a transformarse en sociedades anónimas por medio de concesiones( como lo tuvo que hacer el equipo popular), con la promulgación de la conocida Ley 20.019 o la Ley SAD, donde se declara que toda las organizaciones que realicen actividad profesional debían transformarse en sociedades anónimas deportivas, corporaciones o fundaciones. Esta ley casualmente intentó ser impulsada originalmente en el año 1998 por Sebastián Piñera, el que se convertiría en el mayor accionista del equipo albo. Por esto último, antiguas directivas de diversos clubes mantuvieron si poder probar hasta el final que la quiebra del cacique y situación de otros equipos pudo haber sido forzada por varios empresarios y sus políticos, ya que, estos fueron los que se hicieron y se repartieron la torta con acciones no sólo dentro de Colo Colo, si no, de la mayoría de los equipos que ya en el año 2005 se convertirían en Sociedades Anónimas, a raíz de esta crisis de administración pública, los equipos de fútbol pertenecen a una gran gama de empresarios que el deporte les importa poco al lado de sus grandes ganancias , si no es así, podríamos preguntarle a los famosos Penta que tienen sus acciones en el Club Universidad de Chile que bastante provecho han sacado de estos últimos años de logros para este equipo emblemático, y a otras tantas AFP’s, ISAPRES, empresas y personalidades millonarias como el mismo Piñera, que hoy han copado como accionistas de todos los equipos del fútbol chileno como los Frei y los Yurazeck.
Administraciones lejos de lo deportivo
Durante los últimos años, el fútbol chileno-así como muchos en el mundo- ha perdido su carácter deportivo, sentimental y apasionado que mueven a millones de personas en el mundo, y se ha transformado aún más de lo que venía siendo en un elemento de consumo, que a las Sociedades Anónimas les calzó como anillo al dedo, es cosa de ver cómo hoy prima el carácter negociador de los clubes por sobre la disciplina deportiva, lo emotivo de lo que eran las constituciones de equipos a partir de lo que los hinchas querían para el club de sus amores, si hasta los mismos cuerpos técnicos han sido afectados al momento de pedir una plantilla que no es posible tener simplemente porque los accionistas quieren vender a toda costa a lo mejor que sale de las inferiores de cada equipo y sustituirlo por jugadores que cobren menos por ponerse al servicio ya no de un club, de una hinchada, de un espacio de dispersión para los sectores populares, si no, de una empresa, lo que hace que este deporte tan bello se aleje cada vez más de la realidad de los mismos trabajadores. |