Después de los recientes casos de violencia sucedidos en Ciudad Universitaria y en otros planteles de la UNAM, sorprendió el mensaje “Fuera Narcos de la UNAM” que se pudo ver en el Estadio Olímpico durante el encuentro entre Pumas y Chivas.
#FueraNarcosdelaUNAM rápidamente se convirtió en tendencia y muchos tuits se enfocaron en criminalizar a quienes consumen drogas.
En el marco de la salida que propone el rector Enrique Graue, que niega que intente militarizar la Universidad aunque en los hechos estén implementándose rígidas medidas securitaristas, desde la Agrupación Juvenil Anticapitalista exigimos la legalización de la mariguana y todas las drogas, para que deje de ser tomado como un tema de seguridad y se piense como un tema de salud.
La ilegalidad sólo sirve para mantener los grandes negocios que los cárteles y el Estado, que está coludido con las mismas bandas del crimen organizado. Mientras a los jóvenes y consumidores sólo nos ha causado una ola de violencia, criminalización y dificultades para acceder a un servicio médico integral.
Más allá de pensar en medidas de fondo para la violencia que se vive dentro y fuera de la universidad, el mensaje apunta a criminalizar a la juventud en su conjunto y a los sectores organizados al interior de la universidad.
Las medidas propuestas para “acabar” con la violencia no son pensadas para resolver de fondo la situación de violencia en la universidad. Esto es claro porque pareciera que se pueden resolver las problemáticas de la universidad de manera aislada de lo que pasa en el resto del país.
Según la lógica de las autoridades universitarias, la vía para acabar con la violencia es replicar en los hechos un modelo de “seguridad” implementado a nivel federal de guerra contra el narco, modelo autoritario que cabe recalcar, no ha acabado con la violencia y por otro lado, sólo ha agravado la situación del país.
La “guerra contra el narco” nos ha dejado estos doce años un país lleno de fosas clandestinas, desapariciones forzadas y feminicidios. Aunado a esto, significó la criminalización de la juventud en general, de los consumidores y más concretamente, ha sido el pretexto perfecto para criminalizar y hostigar a los sectores organizados que luchan contra los planes del gobierno, y una Ley de Seguridad Interior que legitima las arbitrariedades de los militares y el estado de sitio.
Son múltiples los casos de crímenes de Estado contra los sectores organizados, siendo los militares y la Marina los brazos armados que los garantizan. ¿Qué garantiza que estas bandas de narcotraficantes que actúan en la UNAM no cuentan con esa protección?
La legalización debe venir de la mano de planes de educación y salud para jóvenes, con información de la reacción del cuerpo a las sustancias.
Para combatir la violencia ¿nos quitan los espacios?
A partir del semestre pasado, entramos a una universidad llena de rejas, cámaras y mayor vigilancia, con el pretexto de “combatir la violencia”. Ésta es la línea política que pretende continuar Graue, como solución a los últimos hechos violentos.
Sin embargo, hemos visto cómo estas medidas no han solucionado nada, pues no dan una salida de fondo, y al contrario, hacen que como jóvenes, no podamos acceder a espacios que antes eran usados para el esparcimiento.
Ante la violencia creemos que no debemos tener miedo; es importante la reapropiación de los espacios. Lejos de lo que pretende Graue con las rejas, debemos llenarlos de actividades políticas y culturales; para tener espacios de recreación de la juventud, y poder transitar de manera tranquila y libre por el campus universitario.
La salida no es, ni serán más rejas, cámaras, ni vigilancia. Es necesario construir espacios de autoorganización tripartitos (docentes, trabajadores manuales y estudiantes), para discutir colectivamente y con independencia de las autoridades, qué hacer con nuestra universidad, pues somos nosotros, los estudiantes, trabajadores y académicos quien le damos vida.
No tenemos ninguna confianza en los planes impuestos desde rectoría –representantes del régimen político-, que es la institución que históricamente se ha dedicado a atacarnos como sectores organizados políticamente al interior de la UNAM. |