Desde temprano en la mañana de este lunes, vecinos, amigos y familiares de Facundo Ferreira junto a organizaciones solidarias como La Garganta Poderosa y partidos de izquierda (PTS, PO) iban llegando a la puerta de su hogar.
Comenzaban a concentrarse para luego marchar a los tribunales locales para exigir justicia por el niño de 12 años que el pasado jueves fue fusilado por una bala policial. La marcha también tiene el objetivo de acompañar a su madre y abuela que serán atendidas por la fiscal que lleva adelante la causa.
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Instantes después de conocida la noticia, el pasado viernes por la mañana, los poderes del Estado con la ayuda de los grandes medios de comunicación comenzaron la construcción del relato oficial. “Un enfrentamiento entre bandas”, “los pibes estaban armados”, “eran chorros”, “en el sepelio lo despidieron a los tiros”, son algunas de las mentiras sostenidas por quienes quieren garantizar la impunidad de los brazos ejecutores de la “doctrina Chocobar”: disparar, disparar y disparar.
Declaraciones de Claudio Maley, ministro de Seguridad de Tucumán
“No sé que pensar ya de los medios, los canales que dicen cosas, por qué ellos no vienen acá y muestran lo que nosotros tenemos para decir” denuncia Rita Ferreira, tía de Facundo, a este medio mientras se prepara para movilizarse exigiendo justicia. “El gobernador nunca se acercó acá, a dar la cara, a preguntar qué pasó con Facundo” sentencia.
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Más vecinos y amigos van llegando a la casa de Facundo en el Barrio Juan XXIII, conocido como “La Bombilla”. “No seré la madre, pero somos quienes lo hemos criado, mi mamá y yo. Por ahí si tenía un capricho, yo se lo daba. Lo vi crecer y nunca se le iba a terminar esa sonrisa que tenía de oreja a oreja. No era un chico que se lo fuera a ver triste, o mal hablado, nunca, nunca, nunca. Para mí todo esto parece un sueño, y no me puedo despertar. No puedo creer aun lo que pasó” relata Rita con una fortaleza inmutable a pesar del dolor.
El caso, como tantos otros, está plagado de mentiras e irregularidades que siempre tienen el mismo fin: demonizar a la juventud de los barrios populares, justificar (como si hubiese justificación alguna para fusilar por la espalda a un niño de 12 años) el accionar de las fuerzas represivas y garantizar su impunidad.
“A nosotros nos pegó más fuerte todavía porque primero nos dijeron que se trató de un accidente de tránsito, al llegar al hospital me dijeron que chocó. Después vino el doctor y me dijo que tenía un impacto de bala 9mm. No entendemos, por qué si esto pasó a la 1.30 am, yo me entere a las 4 de la mañana” denuncia Rita.
Y continua: “Estaba tirado en un rincón, yo sé porque entré y lo vi, le pusieron tubos y todo eso siendo que él ya estaba muerto, ¿entendés? Eso es lo que nosotros no entendemos del hospital, encubrir a la propia Policía. Queremos que el médico este dé la cara. Yo quería que él me explique que pasó, y dijo que el ya se retiraba, que no podía porque estaba en un tema de urgencia. ¿Por qué? Porque pasó algo ahí, lo tienen presionado desde la Policía o no sé”.
Sobre el actuar de la Policía, Rita es categórica: “¿Usted vio la foto en la que están todos los policías alrededor de él? Sin embargo, cuando llegamos al hospital no había nadie, ningún policía. Después que llegamos nosotros, empezaron a llegar policías, y preguntaban: ¿qué pasó?, ¿cómo se llamaba?, como si no tuviesen conocimiento de lo que había pasado”.
“Cuando fuimos a la seccional 1°, nos sacaron afuera del brazo, nos tiraron afuera con escudos. Siendo que nadie hizo problemas, andaba yo y mi mamá, una señora de 75 años, cómo nosotros íbamos a ir hacer problema. Yo quería saber si los policías estaban presos, porque un taxista se nos había acercado a decirnos ‘yo no quiero tener problemas con la policía, yo vi todo’. Y nos dijo a nosotras que el policía le pegó a quemarropa para matarlo y que no solo tenían balas 9 mm, sino también balas de goma”, relata Rita.
Y sentencia: “Facundo tenía toda la espalda con balas de goma, no como ellos dijeron, que era una sola bala de 9 mm. La bala le entra por la nuca y le sale por la frente”.
Comienza la movilización hacia los tribunales, pero Rita se demora tiene mucho que decir no va a permitir que el “relato oficial” se crea verdad. Los hechos fueron otros: “El amiguito de él cuenta que ellos iban en la moto y que el policía nunca les dio la voz de alto. Que han disparado sin decirles que se paren. Ellos (en referencia a la Policía) han dicho en la tele que eran dos bandas que se estaban enfrentando y que ellos también estaban con revólveres. Si esto fue así, ¿dónde están las pistolas de los chicos?. Cuando fuimos a tribunales dijeron que la parafina salió negativa, ahora dicen que es positiva. No entendemos que digan una cosa y después otra”.
Declaraciones de Claudio Maley, ministro de Seguridad de Tucumán
El relato de Rita va llegando al final, “nosotras queremos justicia, que estén presos los dos, y que saque los nombres de los policías a la luz” fueron las palabras que le dijo a la fiscal que lleva el caso. “Ella tiene que dar los nombres de ellos, que no los esconda, porque si ella los esconde es por algo, ¿no está para hacer justicia acaso?” reclama.
“Exigimos justicia y verdad para que no haya otro Facundo, porque si esto queda en la nada, va haber muchos Facundos” finaliza.
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