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1982: Cómo la Dictadura y los capitalistas fraguaron la peor crisis de la historia

Gabriel Muñoz

1982: Cómo la Dictadura y los capitalistas fraguaron la peor crisis de la historia

Gabriel Muñoz

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Apuntes para una historia de la crisis de 1982 (Parte 1)

En los últimos 40 años, Chile ha sufrido varias crisis económicas. Las dos más importantes fueron la crisis asiática del 98 y la crisis mundial del 2008-9. Sin embargo, ambas, tras unos trimestres en recesión, vieron luego un “rebote” relativamente rápido, burlando una recesión duradera o directamente una depresión. Hoy nos dicen lo mismo: vendrá una caída, y seguirá una recuperación. Sin embargo, si es así: ¿Por qué surge el debate de la crisis de 1982? En esta nota analizamos las causas de la crisis de 1982-83 y cómo esta toma por sorpresa a la Dictadura.

El mundo se encuentra en una recesión mundial. Economistas como Jeffrey Sachs dicen que esta será la peor crisis económica de la modernidad. El FMI pronostica que América Latina tendrá una crisis la peor desde 1945. El origen de estas crisis es la crisis sub-prime de 2008 que fue contenida con rescates millonarios de los Estados a los bancos y cuantiosos préstamos a las economías emergentes. La disputa entre EEUU y China ahora se jugará sobre un escenario aún más estrecho. Chile no está al margen de los vaivenes económicos y la contracción del mundo acelerada por la crisis de la Pandemia, por su economía abierta, su dependencia de EEUU y China, y el alto nivel de endeudamiento privado, tanto de las empresas como los hogares. Para fines de mayo se pronostica una cesantía del 18% y ya hay más de 1.300.000 trabajadores afectados por despidos o suspensiones. La política de cuarentenas comunales acelerará ese proceso. Se comienza a hablar del fantasma de 1982. En ese año Chile vivió la peor crisis de su historia. La Dictadura Militar entre 1976 y 1981 agudizó las condiciones para que el escenario fue catastrófico. En este artículo explicamos las causas de esta crisis y las primeras medidas adoptadas por Pinochet a favor de los empresarios y contra los trabajadores.

El tratamiento de shock y el “milagro” 1976-1981: las nuevas condiciones que prepararon la catástrofe posterior

El golpe militar abrió una etapa contra revolucionaria en la historia de Chile. Se buscaba eliminar físicamente a la vanguardia obrera surgida en los años 70’s, buscando ajustar cuentas con ella en el plano económico. Había altos índices de inflación y deuda pública. La “pequeña crisis de 1975” fue enfrentada con un severo programa de estabilización ideado nuevamente por los dictados del FMI. Se buscaba sacar la economía del estancamiento, reducir la inflación y el déficit fiscal. Y la receta era la misma: descargar la crisis sobre la clase obrera, los sectores popuares y rescatar a los capitalistas. Pero esta vez como “medidas de shock” y fueron:
1) Liberalización arancelaria que progresivamente hacia 1979 llega a un 10%, 2) congelamiento de salarios [1], y 3) ajuste fiscal, sobre todo en salud, educación y gastos sociales, golpeando sobre las familias más necesitadas, que llevó a reducir el déficit general del sector público un nivel récord de 30% [2].

Hacia 1977 el modelo comenzó a afianzarse iniciándose un ciclo de boom que redujo el déficit fiscal, la inflación y llevó a un crecimiento económico hacia 1981. La inflación se reduce a un 10% en 1981, el déficit fiscal consigue un superávit del 5,5% y logró vencer la cifra de 21% de déficit que se registraba en 1973.
Comenzaba a diversificarse la exportación con el sector maderero, frutícola y pesquero, entre todas eran el 35% del crecimiento anual en 1981. Aunque el salario se recuperaba, recién en 1981 alcanzó el nivel de 1974, para luego volver a caer en 1982. El desempleo se mantuvo en un 13% el año 1981.

Con la privatización de 117 empresas en 1976 y el cambio de política, los grandes ganadores fueron los nuevos conglomerados o grupos económicos, como el grupo Cruzat-Larrín, la familia Vial, Matte o Angelini. En 1979, los 10 principales grupos controlaban 135 de las 250 empresas privadas más importantes, y el 70% de las empresas que tranzaban acciones en la bolsa. Si ampliamos a los 9 grandes grupos, la suma del control de los activos bancarios llegaba al 82% [3].

Pero este período pre-crisis 82, que lo llamaron “milagro” sobre todo en los años 80-81 que vivió su peack, era muy frágil. Como señala Javier Rodríguez, fue “un boom del consumo basado en la expansión del crédito” [4]. Entre 1979 y 1982 el dólar se intercambió a un valor fijo de 39 pesos, política conocida como “paridad con el dólar”.

La privatización bancaria y la desregulación, combinado con altas tasas de interés (sobre el 30%), unido a la enorme facilidad para el capital extranjero, llevó a lo que varios autores denominan un “aluvión de créditos externos” en el país, que sin embargo, no fueron hacia la inversión en actividades productivas (al revés, la industria perdía su peso competitivo), sino en el aumento del sector financiero, el otorgamiento de créditos masivos a casi cualquier persona y empresas, produciendo un aumento artificial del consumo y las importaciones (que durante el periodo 76-81 crecieron en promedio anual del 26%). Entre 1973 y 1982 la deuda externa de las empresas (medida en dólares) aumentó de 3.500 a más de 17 mil millones de dólares.

El crédito doméstico subió de 25% en 1976 al 64% del PIB en 1982. Esta dinámica estuvo en la base del llamado “milagro” del 76 al 81, y reventaría de forma catastrófica en 1982.

La crisis de 1982: la dictadura y los grupos económicos desatan una catástrofe sobre el pueblo

En 1982 se inicia una crisis de las crisis de las peores. Se inicia como crisis mundial que golpea de forma brutal en el país. Hubo factores externos: el alza del precio del petróleo producto de los conflictos árabes y el fin del ciclo de pos guerra habían generado una recesión en EEUU que le obligó a cuidar sus intereses. Se produjo también una baja del valor de las materias primas, principalmente el Cobre (baja de un 40%). A la vez incrementar el aumento de las tasas de interés en EE.UU (que ya superaban el 20% en 1980) llevó a la “crisis de la deuda” en los países latinoamericanos.

Sin embargo, estaban en el ’82 las “condiciones internas” para una catástrofe: por un lado bancos sobre-expuestos y empresas sobre-endeudadas. Ambos factores “internos” “generaron las condiciones perfectas para que la crisis externa de 1982 tuviese en Chile efectos devastadores" [5]. El crecimiento “artificial” basado en la deuda (y consumo) como reconoce Juan Andrés Fontaine, jugó ahora sus efectos más destructivos.

La crisis económica desató una crisis política en la Junta Militar, ante la negativa del ministro de Hacienda de intervenir. Los gremios empresariales como la SOFOFA y la Cámara de la Producción y el comercio presionaron a la Junta Militar devaluara la moneda. Como consecuencia Sergio de de Castro y reemplazado por Sergio de La Cuadra tomando la dirección de Hacienda escuchando más al mundo empresarial.

Una nueva catástrofe nos amenaza. Que la paguen los capitalistas, no los trabajadores

Está en debate si la recesión en curso precipitará una crisis catastrófica en Chile. El Banco Central dice que habrá un repunte pronto mientras otorga miles de millones de dólares a los bancos con préstamos a interés casi de 0%.

Sin embargo, es una visión interesada. Ya se están discutiendo medidas similares a la del 82, y el mundo se debate si cae o no a una nueva depresión. En nuestro país habrá con mucha probabilidad una caída económica de las más grandes desde aquella crisis; la bolsa ha caído todo este año; se disparó el precio del dólar a niveles históricos con el peso como una de las monedas más devaluadas del mundo y el cobre vive sus peores niveles en términos de precios. Según una consultora llamada Plusmining, con los actuales precios del cobre, el 45% de las mineras están operando a pérdida. La crisis del Covid-19 está llevando a paralizar importantes sectores económicos, como servicios financieros, comercio, construcción y está arrastrando a la caída a la industria y la paralización de minas. El desempleo trepará a niveles históricos. Lejos del Banco Central, todo parece apuntar a que la situación será peor, preparando las condiciones para una crisis de magnitudes históricas.


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NOTAS AL PIE

[1Rodríguez Weber, Javiera, Desarrollo y desigualdad en Chile (1850-2009) Historia de su economía política, LOM Ediciones, Santiago, 2018., p. 251.

[2Fontaine, Juan Andrés, Transición económica y política en Chile: 1970-1990, Estudios Públicos, Santiago, 1993, p. 253

[3Fisher, Karim, Clases dominantes y desarrollo desigual. Chile entre 1830 y 2010, Editorial Universidad Alberto Hurtado, Santiago, 2017, p. 114.

[4Rodríguez Weber, Javiera, Desarrollo y desigualdad en Chile (1850-2009) Historia de su economía política, LOM Ediciones, Santiago, 2018., p. 251.

[5Salazar, Gabriel y Julio Pinto, Historia contemporánea de Chile III. La economía: mercados, empresarios y trabajadores, LOM Ediciones, Santiago, 2002, p. 89.
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Gabriel Muñoz

Licenciado en Historia
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