Este 25N, Día internacional contra la violencia hacia las mujeres, en Venezuela nos sumamos a la acción global de feministas y disidencias, vamos a repudiar la violencia machista y especialmente el crimen de más 4.000 mujeres y 6.150 niños en Gaza, asesinados durante los bombardeos del Estado de Israel. En Venezuela estaremos levantando estas banderas y también contra los femicidios y por todos nuestros derechos.
Jueves 23 de noviembre de 2023
Este sábado 25 de noviembre diversas organizaciones y colectivos feministas nos concentramos para protestar en un nuevo día internacional contra la violencia hacia las mujeres y disidencias sumándonos a la acción global que se estará llevando a cabo en todo el mundo contra el genocidio en Palestina y contra la violencia patriarcal. En Caracas nos concentraremos en el bulevar Sabana Grande, por las residencias estudiantiles, desde la 1 de la tarde.
La lucha que llevamos adelante las mujeres es una batalla que libramos a diario contra un sistema patriarcal que oprime a las mujeres y a las personas LGTBI. Y que actúa en alianza con el sistema capitalista para legitimar la explotación a las mujeres trabajadoras, precarias y jóvenes.
Decimos en apoyo al pueblo de Palestina porque estamos a más de un mes en que el Estado sionista de Israel está llevando adelante un nuevo genocidio contra este pueblo. Más de 14.000 palestinos y palestinas han sido asesinados, siendo más de 4.000 mujeres y 6.150 niños en Gaza, al momento de escribir esta nota.
Las mujeres palestinas, son parte de la resistencia a la ocupación, la limpieza étnica y el apartheid de Israel desde hace más de 75 años. Las imágenes desgarradoras de niños y niñas asesinados, o niños gritando de dolor, que han perdido a toda su familia, nos conmueven profundamente. ¿Cómo no levantarnos en todo el mundo contra estas masacres?
Millones de mujeres palestinas se han visto obligadas a abandonar sus casas, para tratar de refugiarse de las bombas. Pero ningún lugar es seguro, porque Israel está bombardeando escuelas y hospitales. Las mujeres palestinas embarazadas tienen que dar a luz entre los escombros, otras ven morir a sus hijos día tras día. Muchas luchadoras palestinas han sido detenidas estos días, como Ahed Tamini.
En Venezuela salimos a expresar nuestro hartazgo con la violencia femicida, con la precariedad laboral que nos condena a una vida miserable, con los salarios de hambre, con la desigualdad que busca mantenernos subordinadas en todos los ámbitos.
El Gobierno no publica las cifras oficiales, pero el sol no se puede tapar con un dedo. Las estadísticas extra oficiales señalan que en lo que va del año alrededor de 169 femicidios, siendo que la mayoría de estos casos no han sido procesados o no han tenido un juicio. Con esta impunidad frente a los crímenes de odio hacia las mujeres el Estado es responsable y cómplice.
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A todo esto, se le suma la precariedad en la que viven las mujeres trabajadoras, jóvenes y de los sectores populares, que no tenemos acceso a cuestiones básicas como la salud, la higiene personal, acceso a los anticonceptivos e incluso la alimentación. De todo esto es responsable el Estado, quien ha impuesto salarios de hambre donde el salario mínimo no sobre pasa los 14 dólares mensuales.
Venezuela encabeza uno de los países de Latinoamérica con la tasa más alta de embarazos en adolescentes, esto no es una sorpresa ya que en los últimos años uno de los principales productos que escasearon fueron los anticonceptivos y su gran incremento en precios lo hacen inaccesible para las mujeres.
Violencia hacia las mujeres lo expresa también la cifra alarmante son las muertes por maternidad; aquella mujer que decida ser madre se enfrenta al riesgo de no ser atendida en el proceso de parto en el hospital público por la falta de insumos, personal e infraestructura, teniendo tampoco una posibilidad ir a una clínica privada (el negocio con la salud) con los precios por las nubes y la práctica eliminación de los HCM.
Otra forma de violencia machista es garantizada por el Estado quien mantiene el aborto en la ilegalidad y la consecuente clandestinidad, criminalizando además a las mujeres que deciden interrumpir el embarazo.
Por eso este 25N gritaremos que nos queremos vivas, pero también libres. Libres de toda explotación y opresión. ¡Basta de femicidios!
Exigimos casas de abrigo para las mujeres y sus hijos e hijas víctimas de violencia. Garantizados por el Estado y bajo la autogestión de las organizaciones de mujeres y las trabajadoras, con asistencia profesional y sin presencia policial y judicial.
Exigimos ¡Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir! Por el derecho a un aborto legal seguro y gratuito para evitar que cientos sigan muriendo cada año en la clandestinidad.
Exigimos también un salario igual a la canasta básica familiar indexado mensualmente según la inflación. Basta de precariedad laboral. Basta de las políticas de hambre del Gobierno de Maduro.
Exigimos libertad inmediata para las trabajadoras presas por luchar.