A 6 años de la primera movilización de “Ni una menos” las docentes nos seguimos organizando contra los femicidios, contra el ajuste y la precarización, por salud y educación.
Miércoles 2 de junio de 2021 14:20
A seis años de la primera movilización masiva contra los femicidios y la violencia machista, este aniversario encuentra a las mujeres en la primera línea luchando contra la pandemia en los hospitales, sosteniendo la educación y continuando la pelea por trabajo, tierra y vivienda.
Mientras se da a conocer que en 2020 y lo que va de 2021, en medio de la pandemia, han descendido las llamadas al 147 para pedir ayuda ante situaciones de violencia de género paralelamente las cifras de femicidios se han incrementado y asistimos a que cada 23 horas una mujer es asesinada en Argentina.
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Las trabajadoras de la educación estuvimos siempre en las calles junto con nuestras estudiantes, con sus madres y fuimos parte de ese movimiento de millones gritando ¡ni una menos! y también señalando la responsabilidad del Estado frente a la violencia machista, así como la complicidad, encubrimiento y en muchos casos el involucramiento directo del poder judicial y de las fuerzas de seguridad.
Con la pandemia las condiciones de vida de la población se vieron golpeadas producto del brutal ajuste que el gobierno de Alberto Fernández viene descargando sobre las espaldas del pueblo trabajador, en medio de una situación sanitaria al borde del colapso y un plan de vacunación que llega a cuentagotas.
Las trabajadoras de la educación, la crisis y la pandemia
Entre las trabajadoras de la educación, un 80% son mujeres y solo en la provincia de Buenos Aires hay 50 mil docentes sin trabajo o con pocas horas, teniendo que verse obligadas a hacer todo tipo de changas, teniendo que elegir entre comer y pagar el alquiler y a quienes el sindicato les viene dando la espalda.
Las condiciones de trabajo se vieron deterioradas aumentando enormemente la desocupación, la precarización, y la sobrecarga laboral.
Esta situación se recrudece entre las mujeres quienes además del trabajo en la escuela, están a cargo en su mayoría de las tareas de cuidado de hijes y personas adultas mayores o con enfermedades de riesgo, repercutiendo en una sobrecarga laboral y cansancio físico y mental que se vuelven agobiantes.
En medio de una crisis social en la que más del 60% de niñes son pobres, cuyas familias perdieron sus empleos se vuelve casi imposible el acceso a la educación pública por falta de insumos y conectividad.
En el día de ayer se conoció que en la localidad de Quilmes una docente de un equipo de orientación escolar pudo evitar un femicidio cuando visitaba en su casa a un estudiante que no se conectaba a las clases virtuales. Una foto brutal que desenmascara el cruce entre el recrudecimiento de las condiciones de vida y el aumento de los femicidios; y ponen al descubierto la realidad de la mujer trabajadora mayormente de la salud o la educación, donde hay una mayoría de mujeres desempeñando diversos cargos de exposición, poniendo en riesgo su salud y su vida misma (como en este caso), con sueldos de miseria.
Las docentes nos organizamos junto a los Sutebas recuperados
Este escenario parece ser ajeno a las direcciones de los principales sindicatos como Suteba, que lejos de organizar a les trabajadores de la educación en asambleas junto a la comunidad educativa, se han pasado con armas y bajajes al oficialismo defendiendo abnegadamente las políticas del gobierno.
Mientras oficialistas y opositores quieren llevar la discusión a un debate entre educación presencial vs virtual, las docentes y auxiliares son quienes vienen dando la pelea por sostener la escuela en este contexto.
Ante este panorama docentes precarizadxs y desocupadxs se vienen organizando para que no haya docentes sin trabajo, estudiantes sin docentes ni docentes sobrecargados y contra los programas flexibilizadores del 2020 como Piedas o ATR. Para que su lucha no sea que brada por hambre vienen impulsando un fondo de lucha para ayudar a lxs compañerxs en situaciones más difíciles, y así fortalecerse, mientras denuncian a la conducción del Suteba provincia por su integración al gobierno exigiéndoles su ruptura, que deje de festejar los programas precarizadores y que colabore con dinero al fondo de lucha.
Este año en la provincia de Buenos Aires ante las políticas del gobierno de Axel Kicillof, y el silencio cómplice del sindicato, es que les docentes vienen organizándose para que se aumente el presupuesto educativo y deje de destinarse dinero al FMI y a la ilegal e ilegítima deuda externa. También contra el desprecio de los gobiernos con las vidas de les trabajadores pretendiendo vueltas a clases presenciales en condiciones inseguras y en situaciones epidemiológicas adversas, exponiendo a trabajadores, estudiantes y familias al contagio en transportes públicos en los que se viaja como ganado.
Para esto pusieron en pie desde el inicio del año comisiones de seguridad e higiene, reclamando que se destinen recursos a insumos y conectividad, salarios de emergencia para las familias sin ingresos, por la creación de cargos y trabajo con derechos para todes, y por un plan de vacunación para les trabajadores y la comunidad educativa.
En esta pelea los sindicatos multicolores, opositores a la conducción de Roberto Baradel, son los únicos que vienen luchando y son un punto de apoyo para impulsar estas políticas y organizar a la docencia de forma unitaria con las demandas de las familias de la comunidad educativa, enfrentando al gobierno y sus planes de ajuste, precarización y flexibilización.
Las trabajadoras de la educación nos movilizamos por Ni una menos
Les docentes organizados en la agrupación Marrón y Pan y Rosas, peleamos por recuperar los sindicatos de sus conducciones burocráticas, abrirlos a la comunidad, y convertirlos en un verdadero espacio democrático de organización de les trabajadores, de forma independiente de los partidos patronales. Este 3 de junio nos movilizamos junto a las seccionales multicolores y peleamos para que Suteba provincia convoque a jornadas de lucha por Ni una menos, contra la violencia machista y por todas nuestras demandas.
La conducción celeste de Suteba, a menos de 24 horas de un nuevo aniversario de “Ni una menos” no ha sacado ninguna convocatoria en uno de los gremios con mayor composición femenina, a tono con los ministerios de género y diversidad que vienen siendo de cartón pintado frente a la gravísima situación que atraviesan el conjunto de las mujeres, como es el caso del ministerio liderado Estela Díaz, integrante de la CTA de la que el sindicato forma parte.
Estos ministerios y secretarías de género vienen demostrándose estériles ante la violencia machista. Las consecuencias de no destinar presupuesto a políticas públicas al combate de la violencia de género, tienen nombre y apellido. Es el caso de Ayelén Jara que fue asesinada en el domicilio en el que una amiga le cedió un espacio luego de que Axel Kicillof y Sergio Berni la desalojara junto a miles de familias que como ella, peleaban por tierra y vivienda en Guernica.
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Este 3 de junio las trabajadoras de la educación salimos a las calles junto a las familias de los estudiantes que pelean por trabajo, tierra y vivienda como lo venimos haciendo desde el año pasado en Guernica, Los Ceibos, Nueva Unión, etc. Este 3 de junio decimos ¡Ni una menos sin vivienda!
Para garantizar condiciones dignas de enseñar y aprender exigimos aumento del presupuesto educativo en base al no pago de la ilegal e ilegítima deuda externa. Que ese dinero vaya a salud, educación, vivienda y salarios de emergencia. ¡Viva la lucha de las trabajadoras de salud como lxs elefantes de Neuquén!
Implementación ya de la educación sexual integral (ESI) en todos los niveles educativos. ¡Aparición con vida de Tehuel!
Una vez más transformamos la bronca en organización, este 3 de junio salimos a las calles y seguimos diciendo que si tocan a una nos organizamos miles. Por las que ya no están y por los derechos que nos faltan, señalando la responsabilidad del Estado que mientras suben las cifras de femicidios y empeoran nuestras condiciones de vida cuida los intereses de los poderosos. ¡Vivas nos queremos! ¡Ni una menos!