El debate constitucional se ha centrado en el reglamento de la Convención. Buscan legitimar una instancia diseñada a la medida de los empresarios con normas de funcionamiento que hagan más digerible la trampa constituyente.
Martes 23 de febrero de 2021
Desde el Partido de Trabajadores Revolucionarios hemos sostenido, desde la firma del Acuerdo por la Paz, que este proceso constitucional es una trampa diseñada a la medida de los empresarios y la casta política para que "todo cambie sin que nada cambie".
Muchos activistas y militantes de la izquierda revolucionaria se preguntan si no existe una evidente contradicción entre dicha posición y el hecho de que lancemos más de 50 candidaturas a la Convención Constitucional.
Para las y los marxistas, las elecciones en ningún caso resolverán jamás las contradicciones sociales que la rebelión puso en el tapete. Muy por el contrario, el terreno electoral es siempre el campo de disputa más adverso para las fuerzas revolucionarias.
Las clase dominante cuenta con el monopolio de los medios de comunicación, las instituciones educativas, los partidos políticos y la ayuda siempre oportuna de la izquierda reformista para moldear lo que se denomina como "sentido común" y "opinión pública". De esa manera logran moldear a su antojo los resultados de los procesos políticos para evitar que la institucionalidad sea desbordada.
Nosotros como PTR creemos en un socialismo de la autoorganización de la clase trabajadora. Por lo mismo no podemos imponer una salida revolucionaria que aplaste la Convención Constituyente de los poderosos por nuestra mera voluntad. Nuestra tarea consiste en persuadir de dicha perspectiva para imponer una verdadera Asamblea Constituyente Soberana con capacidad real para dar solución a las enormes injusticias que aquejan al país.
Por esto, es que usamos las elecciones como tribuna para desplegar una agitación de masas de las ideas socialistas. De esta manera fortalecer la organización de los trabajadores, las mujeres y la juventud, preparando así el terreno para continuar la batalla por conquistar las demandas que planteo la rebelión.
Si en estas elecciones nuestro Partido logra obtener escaños para la convención, la tarea consistiría en utilizar dicha tribuna para continuar la denuncia de todos los negocios y límites de dicha instancia para conquistar por esa vía el programa de la rebelión.
Mientras la Concertación, El Frente Amplio, El PC y la derecha discuten cual sería el reglamento para normar dicha instancia, de ganar nosotros contrapondríamos una serie de medidas para lograr o que dicha instancia se transforme en una Asamblea Constituyente Libre y Soberana u horadar sus bases para preparar el camino mediante la movilización para reemplazar la Convención por una verdadera Asamblea Constituyente.
1.- Desconocer y anular "Acuerdo por la Paz"
Los partidos del régimen quieren imponer mediante la discusión de un reglamento, que haga más "democrático" el proceso constitucional , lo esencial del acuerdo por la paz.
Como Partido nos oponemos a legislar sobre hechos consumados. Jamás aprobaremos un reglamento que mantenga los límites de la Convención, como la prohibición de alterar tratados internacionales o el quorum de los 2/3. La primera medida que haremos votar será que la Convención desconozca el Acuerdo por la Paz y Nueva Constitución y se otorgue sus propias reglas de funcionamiento sin las trabas impuestas por la institucionalidad pinochetista.
2.- Supresión de los poderes del Estado Pinochetista y declaración de soberanía:
Mientras exista la institucionalidad pinochetista ninguna instancia "constituyente" tendrá fuerza material efectiva para "constituir". ¿Puede existir un proceso constituyente con el principal responsable de la represión, Sebastián Piñera, aún en el poder y en la máxima impunidad? Creemos que no.
Candidatos como Atria (FA) insisten en que la Convención Constituyente es el equivalente a una Asamblea Constituyente. Esta afirmación constituye o un acto de ingenuidad que raya en la estupidez o una mentira descarada.
La convención no puede alterar a las Fuerzas Armadas y de Orden. Un aspecto clave si queremos conquistar el fin a la impunidad en las violaciones a los derechos humanos.
Toda controversia que se suscite entre la convención y otros organismos del Estado debe ser resuelta, según el acuerdo por la paz, por la Corte Suprema... ¡que es elegida por el senado mediante el cuoteo entre los partidos de la transición! es decir carece de cualquier autonomía.
Para llevar adelante las transformaciones profundas que se requieren es necesario que ninguna institución del estado este por sobre la instancia constituyente. Formulada como esta la convención es simplemente una "extensión" consultiva del poder legislativo, una institución del estado más y no una instancia con poder real para acabar con las bases del estado y el modelo neoliberal.
Propondremos entonces disolver todos los poderes del Estado y que la convención se declare soberana, para que tenga verdadera fuerza para "constituir".
3. Abolición de las instituciones represivas. Verdad, juicio y castigo a los responsables políticos y militares de las violaciones a los DDHH
Sin las trabas impuestas por el régimen actual, se puede avanzar a disolver el ejercito y la policía , instituciones destinadas a reprimir la movilización popular. Ni un peso más será destinada a estas instituciones asesinas.
Votaremos además que se conforme una comisión que se dedique a recopilar los casos de represión, establecer los responsables políticos y militares para que exista un verdadero juicio y castigo a quienes atentaron contra el pueblo y su legitimo derecho a movilizarse.
4. Liberación de todos y todas las personas sometidas a prisión política de la rebelión
Sin la complicidad del Poder Judicial, el ministerio público y carabineros de chile, propondremos la libertad inmediata de todos los presos políticos de la rebelión. No existe ninguna posibilidad de emprender un proceso constituyente mientras se mantengan privados de libertad a quienes se movilizaron contra el chile de los 30 años.
5.- Convocatoria a elecciones Complementarias
Los actuales 155 escaños elegidos por el sistema electoral restrictivo y diseñado a la medida de los partidos del régimen no otorgan una representación legitima a los sectores populares y a la clase trabajadora.
Propondremos convocar a elecciones complementarias donde se elija un 1 constituyente por cada 10.000 electores, sin ninguna restricción para participar de dicha convocatoria. Propondremos otorgar el voto a los mayores de 14 años , hoy excluidos del proceso constituyente, para que la juventud que fue el motor de la rebelión pueda expresar su voz.
6.- Otorgar el derecho a la autodeterminación de los pueblos. Desmilitarización del Walmapu
Ningún proceso constituyente puede considerarse legitimo mientras continúe la opresión del Estado Chileno a los pueblos originarios que habitan el territorio. No puede considerarse suficiente un par de "escaños reservados" sin siquiera preguntarle a dichos pueblos si quieren ser parte de un estado conjunto.
Propondremos que se otorgue el derecho a la autodeterminación de dichos pueblos y que mediante una consulta democrática ellos decidan libremente ,y sin los fusiles del estado apuntando a sus cabezas, si es que desean ser parte del proceso constituyente.
7.- Plan de emergencia contra la violencia hacia la mujer y la comunidad LGBTIQ+
Para que efectivamente el proceso constituyente garantice a todos los sectores populares y de la clase trabajadora una efectiva participación y poder de decisión, es necesario atacar las trabas que imposibilitan que las mujeres y la diversidad sexual puedan hacerse parte del proceso, algo que es limitado por la ola de violencia que vienen sufriendo ambos grupos oprimidos.
Es necesario que se implemente un plan de emergencia para otorgar una protección eficaz, ayuda económica y material , acompañado de planes de educación y prevención de la violencia hacia las mujeres y la diversidad sexual que les permita un pleno desenvolvimiento político en la sociedad.
8.- Plan de emergencia económica y sanitaria
La pandemia del Covid-19 ha dejado tras de si a miles de muertos, ha desnudado la precariedad de la salud pública y una crisis económica que los ricos han descargado sobre la clase trabajadora, dejando cerca de 2 millones de cesantes, para mantener sus ganancias.
Es urgente que se imponga un impuesto a las grandes fortunas (empresarios como Luksic aumentaron en un 84% su patrimonio mientras el pueblo padecía la crisis) y a la minería para financiar urgentemente un plan de emergencia para remodelar el sistema de salud y garantizar un ingreso de emergencia equivalente a la canasta familiar. De la misma manera garantizar a todos trabajo mediante el reparto de las horas de trabajo y reducir las extenuantes jornadas laborales con que los empresarios agobian a aquellos que conservan su empleo.
Estas medidas probablemente concitaran el rechazo de quienes defienden el modelo neoliberal y el acuerdo por la paz. Ninguna podrá ser conquistada por el mero hecho de ser propuestas al debate. Su objetivo es esclarecer los límites del actual proceso constitucional y proponer un camino para conquistar una verdadera Asamblea Constituyente Libre y Soberana que permita ponerle fin a la herencia de la dictadura.
Nada de esto podrá ser conquistado sin la movilización y organización activa de la clase trabajadora, los sectores populares, las mujeres y la juventud. En esta perspectiva debemos prepararnos para ponerle fin a este modelo y conquistar las demandas de la rebelión, para que no tengamos que esperar 30 años más para acabar con los padecimientos del pueblo trabajador.
Ιωαχειν
Editor y columnista de la Izquierda Diario