Según la Secretaría de Salud de la Ciudad de México, el 85% de casos nuevos de COVID corresponden a la variante Delta.
Óscar Fernández @OscarFdz94
Lunes 2 de agosto de 2021
Así lo dio a conocer la Secretaria de Salud de la Ciudad de México, Oliva López Arellano, en conferencia de prensa el pasado domingo. “Lo que se ha identificado en la Ciudad de México es que ya la variante Delta, y lo hemos señalado ya hace por lo menos dos semanas, inició su presentación y en este momento ya es la variante dominante. De las secuenciaciones que se realizan estamos estimando que alrededor del 85 por ciento ya de los casos confirmados de COVID-19 son por variante Delta”, dijo.
Las variantes del virus SARS-CoV-2 se están designando con letras del alfabeto griego luego de que diversos países fueran estigmatizados por el brote de mutaciones con diversos grados de resistencia. Pero el surgimiento de éstas no es una casualidad.
Las variantes con más contagios han surgido debido a dos motivos principales: el primero corresponde a la actitud negligente y negacionista de los gobiernos de varios países; es el caso de Brasil, Inglaterra y previamente Estados Unidos (bajo el mandato del ahora expresidente Donald Trump).
En estos países, gobernados por políticos de ultraderecha —exceptuando EE.UU. luego de las elecciones del pasado noviembre—, se tomaron pocas o nulas medidas de contingencia, llegando a la absurda escena, que bien pudo haber estado en una película de comedia, del presidente de Brasil, Jaír Bolsonaro, dando conferencias de prensa sin cubrebocas, tosiendo y al mismo tiempo afirmando que el COVID-19 era una "gripeciña". Lo mismo con su homólogo británico, Boris Johnson, quien no tomó medidas hasta ser internado por COVID-19.
De igual forma, la precariedad de los servicios de salud, a lo que se suma los recortes exigidos por organismos como el FMI en tiempos de crisis económica, redujeron la capacidad de respuesta de otros países. Fue el caso de la India, que además utiliza el grueso de su industria sanitaria (donde se envasan millones de dosis) para dotar a otros países como el nuestro y no su propia población.
En el caso de México, el gobierno de López Obrador ha demostrado que tiene más interés en reactivar la economía a expensas de los trabajadores que en efectivamente inocular a la población. Desde que prefirió llevar adelante eventos como el Vive Latino y el Heaven and Hell Fest con alta cantidad de espectadores, no puso controles de sanidad en los aeropuertos, no dio reconversión industrial en centros de trabajo, reconversión hospitalaria de la industria hotelera para tener más camas COVID, decretar actividades no esenciales como que sí lo eran solamente por dar altas ganancias a los empresarios (como la industria maquiladora y automotriz) y un largo etcétera. Medidas que no se podrían hacer sin atacar los intereses de los empresarios y que desde este diario hemos propuesto con anterioridad.
Tampoco podemos olvidar el famoso "nacionalismo de las vacunas" que hace que los países se rehúsen a abrir las patentes de sus investigaciones contra el SARS-CoV-2, lo que permitiría acelerar los ritmos de inmunidad y frenar el surgimiento de nuevas variantes que potencialmente podrían hacer irrelevantes las vacunas actuales.
Es precisamente esta negligencia la que ha tenido como consecuencia en la capital que los nuevos casos sean justamente por la variante Delta, que es considerada de las más contagiosas, pues el gobierno mantiene actividades a pesar de la alerta naranja.
Ante ello resulta importante que los trabajadores, mujeres y jóvenes de México nos organicemos de manera independiente tanto de la oposición derechista y neoliberal que nos ha sumido en la precariedad y el desempleo, así como también del Morena y sus aliados, quienes han demostrado que prefieren incrementar las ganancias de los de arriba que tomar medidas serias para contener la pandemia.
Óscar Fernández
Politólogo - Universidad Iberoamericana