Ad portas de un nuevo 8 de marzo, día internacional de las mujeres trabajadoras y del llamado al tercer Paro Internacional de Mujeres, queremos debatir con las políticas hacia esta fecha de las diferentes tendencias que actúan al interior del movimiento de mujeres y que están impulsando esta fecha, como el Partido Comunista (PC) y el Frente Amplio (FA), así como el feminismo autonomista, y el separatista, que representan distintas estrategias, políticas y programas.
El movimiento de mujeres es uno de los movimientos más dinámicos a nivel internacional: la lucha por NiUnaMenos; la marea verde por el derecho al aborto legal, libre seguro y gratuito; las masivas movilizaciones de mujeres contra Bolsonaro en Brasil; y el “mayo feminista” en Chile contra el acoso y el abuso sexual, aunque con sus importantes contradicciones, son algunos de los ejemplos.
En un escenario internacional más convulsionado, donde el avance de la derecha en el Cono Sur alineado tras los intereses de Washington y el salto en la injerencia e intervencionismo de EEUU en la crisis de Venezuela comienzan a ser fenómenos preocupantes que ponen como tarea enfrentar los planes del imperialismo y los ataques de la derecha, el movimiento de mujeres aparece como una esperanza para muchas y muchos, una contra tendencia que sin duda puede jugar un rol fundamental para unir la lucha contra la opresión a la lucha contra la explotación, donde se vuelve clave el debate de con qué estrategia luchar (el cómo) y con qué programa conquistar nuestros derechos y avanzar a un camino hacia la emancipación de la opresión patriarcal, uniendo nuestras demandas junto a la clase trabajadora y los explotados.
El debate entre proyectos políticos nos parece indispensable, más aún en medio de una crisis del orden (neo)liberal que aún no se cierra y que sólo promete mayor pauperización a las masas con planes de ajustes, flexibilización y reducción de derechos sociales, como vemos en Argentina de la mano del FMI, en Brasil con Bolsonaro que tiene a Chile como modelo a seguir, y a pesar que económicamente aún no pega la crisis acá, Piñera ya se prepara con sus “reformas estructurales”1.
¿Qué plantean las diversas corrientes hacia el 8M y el Paro Internacional de Mujeres?
Tanto en el “Encuentro Plurinacional de Mujeres que Luchan” como en la Coordinadora Feminista 8M, y en diversos sectores sindicales, estudiantiles y poblaciones, se han desarrollado varios debates hacia el 8M. ¿Paro nacional productivo? ¿Huelga sólo de mujeres? ¿Huelga general? ¿Protesta popular sin paro en los lugares de trabajo?
El afiche de la convocatoria de la Coordinadora 8M instala una idea fuerza “La huelga general feminista ¡va!” y a ella adhieren diversos organismos sindicales, estudiantiles y colectivos.¿Cuál es el contenido y el objetivo de la “huelga general feminista”? en la declaración podemos leer:
“Pero, ¿Qué es una Huelga hoy en Chile? Hasta ahora, ha sido dos cosas: o el nombre de algo imposible (“¡Nadie puede irse a huelga en este país!”), o bien, el nombre de algo secuestrado (“¿Huelga? Eso es sólo para algunos”). Lo que la Huelga General Feminista del 8 de marzo va a demostrar, es que si una Huelga quiere ser real y efectiva, no puede ser una sola cosa. Una huelga tiene que desafiar lo imaginable, desplegar nuestra inventiva y nuestra capacidad creativa y rebelde, para que las formas de interrumpir la cotidianidad y las formas de protestar contra la precarización y la violencia sean tan diversas como nuestras posibilidades reales de hacernos parte de ella. (…) es un llamado a parar, a protestar, a boicotear, a ocupar espacios, a organizarnos y a encontrarnos, en toda la radicalidad posible.”
Y el objetivo que se plantea:
“Si hoy hacemos este llamado es porque apostamos por un feminismo que emerja como una fuerza internacionalista de transformación social y de oposición transversal: de oposición a los partidos que nos han gobernado, a los empresarios y a sus políticas que precarizan nuestras vidas, a la Iglesia Católica y los fanatismos religiosos con su doble moral.
(…) es que llamamos a una Huelga que nos permita iniciar un ciclo de movilizaciones y de organización, para construir un país en el que nos sea posible, al fin, vivir sin miedo”3.
¿Cómo hacemos “real y efectiva” la huelga?
No podemos estar más de acuerdo en que se necesita un movimiento internacionalista de mujeres en las calles contra la derecha, los empresarios y las iglesias, y que “iniciar un ciclo de movilizaciones y organización” es necesario.
La idea de huelga general feminista se ha empezado a instalar en varios sectores, y de seguro hay miles que quieren hacerla posible. Sin embargo, la pregunta central es ¿Cómo la hacemos “real y efectiva”? Y aquí hay un primer debate abierto. La respuesta al plantear la “huelga general feminista” con un llamado general a “protestar”, diluye el propio rol que podría tener un paro nacional efectivo si lo tomara el conjunto de las y los trabajadores y sus organismos. Sin esto, la huelga feminista se plantea como que cada quien proteste como pueda, pero no como organización activa y preparada para paralizar la producción, el transporte y los servicios en medio de la discusión sobre reforma laboral y donde Bárbara Figueroa y el Partido Comunista que dirige la CUT convocó a una movilización hacia el 11 de abril totalmente desligada el 8M y la lucha por los derechos de las mujeres trabajadoras.
Y aquí surge inevitablemente la pregunta: ¿Temblará el país entero con las mujeres al frente si no paralizamos de forma activa y efectiva los transportes, las empresas estratégicas, los grandes comercios y retail, etc.? Porque para que la gran mayoría de las mujeres puedan desplegar la mayor capacidad creativa, y sin duda que hay miles de mujeres que quieren parar por sus propias demandas, tienen que estar garantizadas las condiciones para que eso se pueda desarrollar. Sin un paro nacional efectivo y activo, donde seamos cientos de miles en las calles, donde paren miles de mujeres trabajadoras el servicio, comercio o los trabajos precarios, junto a sus compañeros. De otra manera, el llamado a “protestar” queda en un simbolismo vacío de capacidad efectiva de que las mujeres (la gran mayoría) paren. Por algo este llamado lo ha tomado la burocracia de la CUT en Valparaíso, que mientras por un lado representa un punto progresivo para la unidad de acción en las calles, por el otro es una forma de recubrirse hablando de “huelga” sin mover ni siquiera un dedo para organizar un plan de acción que lleva a la paralización, con piquetes y movilización, donde millones de mujeres estén al frente, dividiendo además la lucha de las mujeres con la pelea contra la reforma laboral que afecta principalmente a las mujeres trabajadoras en un Chile con cada vez mayor feminización del trabajo.
Por esto la lucha por un paro nacional efectivo es indispensable, exigiéndole a las centrales sindicales y estudiantiles que lo garanticen, si no se garantiza la paralización efectiva es muy difícil que se pueda desplegar la fuerza de miles de mujeres atadas al trabajo asalariado y al trabajo doméstico no remunerado. Qué distinto sería si el 8 de marzo para el transporte, los servicios, que garantice efectivamente el cese del trabajo doméstico y asalariado para que las mujeres desplieguen toda su fuerza. Por tanto, no da lo mismo si es un paro planificado, efectivo, organizado en cada lugar de estudio y de trabajo que si cada una como puede intentar participar, donde aquí, la inmensa mayoría de las mujeres explotadas y oprimidas, tendría muchísima más participación activa y posibilidad para desarrollar iniciativas creativas si el paro con movilización es efectivo.
No podemos olvidar que las burocracias se han limitado este año de Piñera a los marcos impuestos, centrado su intervención en las maniobras por arriba vía negociación para “administrar mejores condiciones”, mientras mantienen una tregua permanente en las calles con el gobierno, negándose a dar un combate consecuente contra los miles de despidos que se vienen desarrollando desde el 2018 (Maersk, CIAL, Iansa, canal 13, etc.) y este año (El mercurio, Anglo American, Unilever, Enap, sector público y profesores), que sin duda afecta a miles de mujeres, y sin enfrentarlos, llegamos más debilitados al 8M y al paro nacional convocado el 11 de abril.
Pero esa no es la única forma de luchar, y un ejemplo a pequeña escala, pero cualitativo, mostraron los trabajadores de Ferrocarril Antofagasta Bolivia junto a sus familias, donde las mujeres estuvieron en la primera línea de combate contra los despidos, enfrentando a un gran magnate en Chile como Luksic, y también en ligar esa lucha con la demanda del aborto legal, seguro y gratuito, donde se unieron las chaquetas naranjas con los pañuelos verdes.
Para que la tierra tiemble, no basta con declaraciones de buena voluntad, con adherir para el afiche y la foto sin que se garantice un paro nacional efectivo y la preparación de este por medio de asambleas, comités y toda la iniciativa que desplieguen las y los trabajadores, y estudiantes, para aumentar la confianza de millones de mujeres, que formen sus comités y organicen la pelea.
En el caso del PC y el FA amplio a pesar de tener la política de la “La huelga general feminista ¡va!” y con un discurso más radical, mantiene una continuidad de moderación en la política, como se ha expresado en la lucha contra los despidos; en la lucha por el aborto legal, seguro y gratuito, que, en vez de desplegar la fuerza de la movilización, prefirieron junto a la ex -Concertación presentar un proyecto de despenalización rebajando las expectativas del movimiento, y con ello la posibilidad de desatar en Chile la marea verde con las pibas del “mayo feminista” y secundarias a la cabeza junta a las y los trabajadores; o en repudio del asesinato de Camilo Catrillanca, y la lucha por la desmilitarización de la Araucanía, donde nuevamente los ausentes fueron los organismos de masas, porque energía y bronca había y hay de sobra para dar todos esos combates.
El programa
Otro punto importante es el programa que se levanta, el por qué se lucha, porque si bien las mujeres tenemos un montón de demandas por las cuales pelear, un pliego de peticiones con más de diez ejes y más de 30 demandas como el emanado del “Encuentro Plurinacional de Mujeres que Luchan” quita la unidad de propósito, y transforma la movilización en un hito de visibilización donde cada cual muestra lo que más cree importante y/o urgente. Desde Pan y Rosas creemos que generar la fuerza social capaz de enfrentar los ataques, y al gobierno, es indispensable en ese camino, es por eso que hemos planteado en cada espacio que el programa que movilice sea la lucha por el aborto legal, libre, seguro y gratuito; igual trabajo, igual salario; la desmilitarización ya de la Araucanía; en la perspectiva de forjar un movimiento de mujeres contra la reforma laboral enfrentando los planes del imperialismo y los ataques de Piñera, Bolsonaro y Macri de forma independiente al progresismo.
Esta política debe oponerse a la estrategia de una “unidad de la oposición” de la mano del viejo progresismo, con sectores que abiertamente han estado contra nuestros derechos. A la estrategia de “unidad de la oposición” le oponemos la de una oposición en las calles y en la lucha de las mujeres, las y los trabajadores, la juventud y el pueblo Mapuche. Ya es sabido que el “progresismo” de la vieja concertación manchado de sangre Mapuche, responsables de la profundización neoliberal, nada tiene que ofrecernos más que desvíos a nuestras luchas como la famosa “beca de gratuidad”.
El feminismo autonomista, que también toma la política de la política de la “La huelga general feminista ¡va!", lo hace negándose a levantar un programa que dispute al Estado, sino que “sólo interpele a la sociedad”, critican el reformismo del PC y el FA pero se niegan a dar una disputa por un paro efectivo, igualando a las direcciones sindicales con los organismos. El feminismo comunitarista, por otro lado correctamente plantea que hay que forjar redes, que podemos traducirlos en aliados y volúmenes de fuerza, lo que es completamente necesario, pero la desliga de la lucha política a la burocracia, de la exigencia a estas porque centra el paro en el trabajo doméstico, quedando en una línea política estéril para avanzar contra el Estado y los partidos empresariales; al diluir el problema del poder, y por tanto el cómo avanzar hacia una sociedad antirracista, anti patriarcal, anticapitalista, hace que también se diluya el sujeto revolucionario capaz de hacer temblar la tierra y subvertir el orden: las y los trabajadores, desplazándolo por la comunidad en general. Así el feminismo autonomista y el feminismo comunitarista se transforman en feminismos de la resistencia, de los márgenes, que no orienta la acción política capaz de tomar el cielo por asalto y algún día vencer.
Por otro lado, el feminismo separatista hacia el 8 toman la política de “La huelga general feminista ¡va!” desde su perspectiva, una movilización sólo de mujeres, y como en el encuentro de mujeres esa posición fue minoritaria, se niegan a movilizarse porque irán varones a la marcha, por tanto se niega a organizar un paro efectivo, y aunque les duela, si no para la mitad de la población del país, sin esas energías será imposible arrebatarle nuestros derechos a nuestros verdaderos detractores: el Estado empresarial, sus partidos y las iglesias.
La clase trabajadora, la mujer trabajadora y la emancipación
Queremos establecer algunos elementos de debate estratégicos que serán profundizados posteriormente en otros artículos, pero que nos parece necesario mencionar: la lucha por la emancipación femenina, el trabajo doméstico como un problema de clase, dejando asentado el problema estratégico del sujeto revolucionario y el rol que puede cumplir el movimiento de mujeres si la mujer trabajadora se pone al frente en revolucionar los organismos de masas, los sindicatos, y con ello ser la vanguardia en el resurgimiento de una nueva clase trabajadora que le de una salida a la crisis, para que esta vez la paguen los capitalistas.
La crisis capitalista del orden neoliberal está poniendo en evidencia que cualquier derecho conquistado en este sistema social basado en la explotación y la opresión es efímero1. Así millones de mujeres que despertaron a la vida política en la lucha contra el machismo comienzan a identificar la alianza criminal que hay entre capitalismo y patriarcado. El límite es que aún no son las trabajadoras quienes se ponen a la cabeza de esta batalla.
Por otro lado, el orden neoliberal trajo una profunda metamorfosis del mundo del trabajo con la progresiva feminización de la fuerza laboral, la precarización de la vida con la reducción del “salario familiar” junto con la reducción presupuestaria y la tendencia a la privatización de los servicios públicos; lo que se ha traducido en una enorme crisis de la reproducción social de la fuerza de trabajo2, la cual se carga sobre los hombros de la clase trabajadora, principalmente de las mujeres trabajadoras (ocupadas y desocupadas), la burguesía para sortear la crisis ofrece sólo más ajustes y precarización, augurando la profundización de la crisis de reproducción social y con ellas de las penurias arrojadas sobre las familias trabajadoras y sobre todo sobre sus mujeres.
Las mujeres no sólo somos la mitad de la población mundial, sino que componemos el 40 % de la fuerza laboral global. El neoliberalismo que implicó la liberalización e integración de los mercados financieros internacionales impulsó este proceso de cambio estructural, económico y social, que incorporó masivamente a las mujeres al mundo laboral como mano de obra barata, con desigualdades salariales, empleos precarios y una doble jornada laboral, debido a que el trabajo doméstico no pago no disminuyó para las mujeres trabajadoras.
El capitalismo necesita cada vez más de la fuerza laboral femenina, usa sus puestos laborales peor pagados para presionar a la baja de los salarios, con el trabajo doméstico no remunerado los capitalistas se ahorran el garantizar las condiciones mínimas para que las y los trabajadores puedan salir a ser explotados al otro día y para la reproducción de las siguientes generaciones de la clase trabajadora. La alianza criminal entre capitalismo y patriarcado se hace evidente, le es profundamente servil en términos económicos e ideológicos para mantener la división al interior de las filas de la clase trabajadora, y entre oprimidos y explorados. Sin una lucha consecuente contra el capitalismo, con hegemonía de las y los trabajadores, será imposible barrer con el patriarcado, sin una lucha consecuente contra el machismo al interior de las filas obreras será imposible generar la fuerza social capaz de barrer con el capitalismo. Y si bien, el fin del capitalismo no asegura el fin del patriarcado, genera las bases indispensables para su erradicación: el fin de la propiedad privada, el fin de la división entre lo “público” y lo “privado”, terminando con el problema de las labores domésticas que pasarán a ser problemas sociales y no “femeninos” por medio de la sociabilización de los medios de producción y la creación de grandes lavanderías, comedores y guarderías.
La esfera de lo productivo y lo reproductivo están inescindiblemente unidas, el capitalismo las busca separar a merced de sus ganancias a costa de las penurias de la mayoría, por tanto, la lucha contra la explotación y la opresión también están completamente ligadas. Y aquí no nos perdemos respecto a otras corrientes feministas, el problema del trabajo doméstico no es sólo un problema de género sino un problema de clase, las mujeres trabajadoras son las que cargan con la doble jornada laboral, ese no es un problema de las mujeres empresarias, que tienen resuelto el problema reproductivo en la compra de esos servicios por medio de la explotación.
En momentos de crisis, donde el capitalismo no tiene nada que ofrecer más que miseria a las amplias capas de la sociedad, la única clase capaz de dar otra respuesta es la clase trabajadora, esto es imposible hoy sin pensar a la mujer trabajadora.
Históricamente las mujeres hemos sido parteras de grandes luchas y conquistas, la mujer trabajadora por la irracionalidad de este sistema se ven arrojada a dobles jornadas, pero como el capitalismo va generando sus propias contradicciones esta doble carga se puede transformar en un arma de doble filo, al estar la mujer trabajadora en lo laboral y en la crisis de la reproducción de la fuerza de trabajo. Esto, combinado con que el movimiento de mujeres es el fenómeno político más dinámico a nivel global, si se empieza a unir más profundamente la lucha contra la opresión a la lucha contra la explotación, es decir, la lucha de las mujeres a la lucha de la clase trabajadora, poniéndose las mujeres trabajadoras a la cabeza, podría transformarse en la chispa que encienda la llama de un nuevo movimiento obrero combativo y antiburocrático, sacándolo de su alicaimiento arrastrado por una practica y conciencia forjada en una educación de más de 30 años de estabilidad burguesa y de una burocracia sindical adormecedora.
La mujer trabajadora puede transformarse en la vanguardia del surgimiento de un nuevo movimiento obrero, poniéndose a la cabeza de la lucha contra la burocracia, siendo un factor clave en retornar a la escena de la historia a la clase trabajadora, única capaz de desatar la fuerza necesaria para torcer la balanza contra los planes de ajuste y austeridad en favor del conjunto de los trabajadores. Pero para que ello pueda ocurrir es indispensable la lucha ideológica, programática y estratégica por la independencia política de las y los trabajadores, contra las corrientes que llevan constantemente a las y los trabajadores tras el derrotero de la democracia de los ricos, y que niegan el desarrollo de la confianza en los métodos de la lucha de clases tras la estrategia estéril de ser oposición con el progresismo de la burguesía como empuja constantemente el FA y el PC; o a quienes se niegan a ver en la clase trabajadora y en la mujer trabajadora el sujeto capaz de hacer templar la tierra y hacer que la tortilla se dé vuelta, como el autonomismo; o a quienes limitan a las mujeres a luchar contra los hombres haciéndole un flaco favor al Estado empresarial. La lucha por un programa anticapitalista es una tarea de primer orden al interior del movimiento de mujeres, esa es la perspectiva y la batalla por la cual luchamos las y los militantes del Partido de Trabajadores Revolucionarios y de Pan y Rosas, te invitamos a dar esta pelea con nosotras.
NOTAS
1 Para un análisis más profundo de las tendencias en la situación política en Chile revisar: https://www.laizquierdadiario.cl/Las-tendencias-en-la-situacion-politica-este-2019-123042
2 Extracto de la declaración de la Coordinadora feminista 8 de marzo, ver completo en: http://www.theclinic.cl/2019/01/08/columna-este-8-de-marzo-la-huelga-feminista-va/?fbclid=IwAR1tkSU2k8dFHCoV1Z0AZWvoU82IIJLwtv9MQlBxjxYmfoBWk3PdfOyV_yc
3 ibidem
4 Revisar en http://www.laizquierdadiario.cl/Las-tendencias-en-la-situacion-politica-este-2019-123042
5 Para profundizar este debate revisar el artículo de Andrea D´Atri “Feminismos populares: resistencia o revolución (permanente)” enhttp://www.laizquierdadiario.com/ideasdeizquierda/wp-content/uploads/2017/04/31_32_DAtri-Untitled-Extract-Pages.pdf. También se puede revisar una polémica realizada a Silvia Federicci, una de las teóricas más conocidas del feminismo, que viene de la corriente comunitarista: http://ideasdeizquierda.laizquierdadiario.cl/2018/marxismo/federici-y-la-polemica-abierta-una-respuesta-desde-el-feminismo-marxista/?fbclid=IwAR2qYVZl1pa6BN0VPdkcPZaWBGK-JOcT-lu_aGgObv0dRvFdgRC1AaNfMsE
6 Revisar “La emancipación de las mujeres en tiempos de crisis mundial” en: http://www.fundacion.uocra.org/documentos/recursos/articulos/La_emancipacion_de_las_mujeres_en_tiempos_de_crisis_mundial.pdf
7 El concepto de crisis de reproducción de social de la fuerza de trabajo es desarrollado en mayor profundidad en el artículo “Con los ojos de las mujeres” que puede ser encontrado en: https://www.laizquierdadiario.com/Con-los-ojos-de-las-mujeres
8 El artículo “la clase obrera tiene rostro de mujer” contiene daros y estadísticas interesantes que fundamentan estas afirmaciones, revisar en: https://www.laizquierdadiario.com/La-clase-obrera-tiene-cara-de-mujer
9 Para una profundización teórica revisar la Teoría de la Reproducción Social en Tithi Bhattacharya, dejamos una entrevista realizada por LID http://laizquierdadiario.com/Sobre-la-relacion-entre-genero-y-clase
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