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A 50 años de Ashita no Joe: Héroe de la clase obrera y la juventud

Edson Elgueta Vergara

A 50 años de Ashita no Joe: Héroe de la clase obrera y la juventud

Edson Elgueta Vergara

Ideas de Izquierda

Este 2020 se cumplieron 50 años de una de aquellas obras fundamentales en la historia de la animación japonesa: “Ashita no Joe” o “El Joe del Mañana”. Creado por el guionista Ikki Kajiwara y el dibujante Tetsuya Chiba, tuvo su adaptación a la televisión a cargo del pionero en anime serializado, Osamu Dezaki, quien retrata la dura vida de un adolescente pendenciero, que al conocer el boxeo, carga sobre sus guantes las esperanzas y sueños del barrio.

Cuando nos preguntamos sobre qué producciones podríamos considerar como indispensables en los más de cien años de animación japonesa, esta se convierte en una interrogante bastante difícil de responder, debido a una serie de factores. Uno de ellos sin duda es el componente subjetivo, ya que para el uso de la crítica, se vuelve necesario contrastar las obras, con una serie de elementos que permitan mostrar el valor del film, o serie por sobre las demás.

Ashita no Joe es probablemente una de aquellas producciones, que cumpliendo 50 años este 2020, contiene elementos históricos, narrativos, políticos y formales que la inscriben como una de las series animadas fundamentales en la historia de Japón. Una obra que proviniendo de aquel manga creado por Ikki Kajiwara y Tetsuya Chiba publicado en la Shonen de Kodansha en 1968, gozó de una adaptación demoledora. Aunque claro está, con todas las dificultades técnicas y de recursos que pudieron haber de por medio.

En este artículo repasaremos una serie de aspectos que hacen de Ashita no Joe, una de las series más significativas e importantes para el país del sol naciente.

El contexto político

El año 1968 tuvo internacionalmente un nivel convulsividad tremendamente alto, en que una serie de protestas y movimientos sociales comenzaron a propagarse por el mundo, motivados en gran manera por el impacto generado por la revolución cubana de 1959. El Mayo francés, la Primavera de Praga, y los levantamientos antimilitaristas en Estados Unidos y otras partes del globo, fueron acompañados de una juventud de izquierda, que enfrentándose a las medidas anti obreras y antipopulares de gobiernos burgueses y a la represión policial, lograron extender tomas de universidades e incluso fábricas junto a obreros y obreras, por la conquista de sus exigencias, y cuestionando las bases del modelo capitalista de explotación y opresión.

En el caso de Japón, el denominado “Zengakuren” o Federación Japonesa de Asociaciones Estudiantiles, se constituyó en 1948 como un gran organismo de lucha en el cual diversas corrientes del marxismo y el anarquismo confluyeron en contra del gobierno japonés y sus medidas pro yanquis. En 1968 fue tal el nivel de radicalidad en los métodos, si es que consideramos el enfrentamiento en las calles, al asalto de cuarteles de policía, y atentados contra figuras del gobierno.

«Zengakuren. 1968.»

Es de este contexto emerge el denominado “Ejército Rojo Japonés”, que haciendo uso de los métodos del terrorismo individual, realizaron una serie de acciones como secuestros, toma de rehenes, y uso de bombas.

En el caso de Zengakuren, las protestas en la Plaza de Shinjuku han sido reconocidas y retratadas en distintos documentales y películas, como las del cineasta Nagisa Oshima, uno de los grandes referentes de la “Nueva Ola Japonesa”. O en el caso del manga, siendo descritas por el artista Naoki Yamamoto en su obra “Red”, del año 2010.

«Manga RED de Naoki Yamamoto.»

Es por tanto, un contexto bastante particular en el que el manga creado por Ikki Kajiwara y Tetsuya Chiba aparece, generándose una gran aceptación sobre todo por la juventud, que acostumbrada a temáticas shonen (dirigido a público adolescente), se sienten embullidas por la densidad de nuevas historias seinen (más adultas), y en este caso spokon (deporte).

«Ikki Kajiwara y Tetsuya Chiba.»

Así es que dan comienzo a la leyenda de Ashita no Joe o El Joe del Mañana, el joven que marcado por una historia de vida bastante difícil y compleja, ve en el boxeo una salida a la miseria que vive la clase trabajadora y la juventud, hundidos en una sociedad que los margina y excluye.

Sin embargo el salto al anime no se dio hasta 1970, el cual estuvo a cargo de la dirección de Osamu Dezaki, quien era parte aún hasta ese entonces de Mushi Production, y transmitido por Fuji TV.

«Osamu Dezaki.»

¿De qué trata Ashita no Joe?

Ashita no Joe relata la historia de Joe Yabuki, un joven pendenciero, sin padres ni amigos que le acompañen, y que vaga durante todo el día de un lugar a otro, atravesándose con algún que otro problema, y de alguna manera llevándole a los golpes.

En una de esas tantas caminatas por el barrio de Tokio en el que busca instalarse, se encuentra con Danpei, un exboxeador alcohólico, que al ver la forma en que Joe utiliza sus puños, busca a como dé lugar poder entrenarlo, ya que en él ve la futura promesa del boxeo japonés.

«Escena del capítulo I de Ashita no Joe.»

Este primer acercamiento con Danpei será determinante para la vida de Joe, quien tras pasar de una penuria a otra incluyendo arrestos, problemas con bandas Yakuza -entre otros- paulatinamente irá dirigiendo su interés al boxeo, y con ello todo lo que concierne a este deporte, alegrías, frustraciones, rivalidades, amistades y un sin número de momentos que pondrán a prueba su temperamento y tenacidad.

La segunda parte de la serie se estrenó oficialmente en el año 1980, lo que vino a su vez de la mano con nuevas técnicas de animación y fluidez en los movimientos, hasta su último capítulo, un final que hasta hoy es reconocido por el impacto que produjo en miles de seguidores en Japón.

«Escena del Opening de Ashita no Joe II.»

Reivindicar la animación

Una de las principales quejas que se le hace a Ashita no Joe, refiere a su animación como poco lograda en comparación con producciones actuales. Una mirada sin duda simplista, más allá de aludir a las evidentes dificultades técnicas y de recursos para una animación serializada de aquellos años, sino porque no se toma en cuenta un tipo de estética que se volverá un referente para muchas obras posteriores incluso hasta el día de hoy.

El lenguaje cinematográfico dispuesto en el uso de los primeros planos, picados, planos holandeses -entre otros- son acompañados de una experimentación cuasi lisérgica proveniente de los fenómenos de vanguardia de aquellos años, influenciados en gran manera por la nouvelle vague, y el cine independiente norteamericano, bastante presente en los trabajos del director Osamu Dezaki.

«Escena del Ending de Ashita no Joe.»

Para la animación de 1970 se contó con la dirección de tres figuras centrales en la historia de la animación japonesa serializada, Akio Sugino (Golgo 13, Takarajima), Akihiro Kanayama (Vampire Princess Miyu) y Shingo Araki (Lady Oscar, Saint Seiya). Y en la dirección de los fondos, Tsuyoshi Watanabe. Mientras que la versión de 1980, la animación estuvo directamente a cargo de Sugino.

«Akio Sugino, Akihiro Kanayama y Shingo Araki.»

Banda Sonora

En el caso de la banda sonora también se puede evidenciar un salto desde la obra de 1970 a la segunda parte de 1980 en que los instrumentales orquestados, utilizados en aquellas producciones más antiguas, se suman nuevos tipos de instrumentos como teclados y sintetizadores.

La música a cargo de Masao Yagi, junto a la interpretación de Isao Bito y Yuuki Hide de los temas principales de la producción de 1970, y las posteriores realizaciones hecha por Ichiro Araki en 1980, son un elemento fundamental de la serie en que la nostalgia, la ira, la felicidad a los más diversos sentimientos se pueden palpar a través de los personajes, que van madurando con el paso del tiempo, tanto en sus relaciones con otros, como a nivel personal.

Los temas de Joe y Rikishi, junto con el Midnight Blues y Beyond the Dark Endless, capturan los más de 126 capítulos en total.

«Masao Yagi, Isao Bito y Yuuki Hide.»

El impacto de Ashita no Joe: El héroe de la clase obrera y la juventud

Es difícil encontrar en la historia del manga y de la animación japonesa alguna obra que pueda haber tenido una importancia a nivel popular como Ashita no Joe. No tan sólo por el gran valor que encierra como una manifestación artística audiovisual, sino por el impacto generado en un época tan intensa a nivel mundial como al final de los años 60’ y comienzo de los 70’. Y en donde sin existir el nivel de comunicación y conectividad como con la que contamos hoy, sus historias se transmitieron como pan caliente entre la juventud estudiantil y proletaria.

«Una de las tres estatuas de Joe Yabuki en Tokio, Japón.»

Incluso circula el rumor de que las y los integrantes del grupo ultraizquierdista Ejército Rojo Japonés manifestaron “Nosotros somos los Ashita no Joe (Joe del mañana)”. Y para qué hablar del funeral que se le hizo a uno de sus personajes en un gimnasio de box, un nivel de fanatismo totalmente insólito. Un legado que se puede visualizar en diversas producciones totalmente contemporáneas como “Espíritu de Lucha”, “Tengen Toppa Gurren Lagann” o incluso en la reconocida “Megalobox”, producción del 2018 que nace a partir de los 50 años del manga de Ashita no Joe.

«Distintas series en las que se tributa una escena icónica de Ashita no Joe.»

Una obra cuyos primeros minutos de transmisión muestra sin ningún reparo al Tokio divido en dos clases sociales. El Japón del desarrollo, la modernidad y los lujos por una parte; y el Japón de la clase obrera, de los comerciantes empobrecidos, los niños errantes que fuman pateando piedras, por otro lado.

Un joven que es capaz de entender el sentido de su vida, en un momento bastante duro transitar, teniendo que enfrentarse a la ira en contra del mundo que lo abandonó a su propio destino, rodeado de reformatorios, y lugares que construyeron su carácter conflictivo y antisocial. Enfrentándose a los barrotes de la correccional, que apresan los sueños de miles de jóvenes.

«Representación del Puente de las Lágrimas en Megalobox.»

El adolescente que con un sin número de demonios en su interior, y estrellándose con la cruda realidad, y aprendiendo de los golpes que le de la vida, una y otra vez sin cesar, conoce una técnica nueva con la cual desafiar a su rival. Pero también alguien que vive un cambio drástico en su vida, cuando reconoce en él las esperanzas de todos los vecinos y vecinas que le conocen. Quienes le brindan su apoyo, y lo ayudan a avanzar tras cada pelea. Surciéndole guantes, diseñando su vestimenta, dándole trabajo para poder solventarse. Cada uno de los vecinos y vecinas transmiten un inmenso cariño por Joe Yabuki, volviéndolo el héroe del barrio.

«Escena de Ashita no Joe II.»

Una historia de duras emociones y vivencias que marcan la vida de los personajes, como también la duras pruebas de la realidad que marcan a la clase trabajadora y los sectores más marginados de la sociedad, quienes van por las noches hacia el puente de las lágrimas con la esperanza de tener una oportunidad en su vida, y darle un giro al destino.

El legendario Joe Yabuki, quien llevando su vida al límite, quema hasta la última célula de sus sueños de libertad, quedando solo pura y blanca ceniza.

Puedes conocer más sobre la historia de Ashita no Joe aquí


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Edson Elgueta Vergara

Psicólogo y Magíster en Cine y Artes Audiovisuales