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Red Internacional
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Jueves 31. A Fernández se le va a romper la caja de cambios: ahora la UTA dice que va al paro, pero sola

Hoy estaba la audiencia entre el gremio y las empresas, por una paritaria que no descongelan ni las olas de calor. ¿Presión para que el gobierno “ponga plata” o huelga nacional? Difícil asegurarlo. Lo único seguro que hay bronca en los bondis y la conducción del gremio desaprovecha el paro del transporte para golpear con más fuerza.

Lunes 28 de octubre 14:49

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La audiencia del transporte de colectivos duró una hora. Nuevo fracaso. Los colectiveros tienen los salarios congelados hace meses y las empresas lo utilizan como presión para negociar tarifazos y subsidios con el Gobierno.

No hubo ninguna oferta”, dijeron desde el gremio, que pide un aumento del 25% con retroactividad a agosto para el AMBA.

Hoy es el último día de la conciliación obligatoria dictada por la Secretaría de Trabajo. O sea que desde la medianoche ambas partes quedan liberadas de tomar medidas que quisieran si no se alcanzaba un acuerdo.

¡Parada!

La conducción de la UTA tuvo que anunciar lo que no quería: un paro nacional. Es que hay mucha bronca arriba de las unidades y en las cabeceras. No lo pudo frenar.

El recorrido era fácil: sumarse al paro común del transporte de este miércoles 30, junto a camioneros, ferroviarios, pilotos, aeronavegantes, subtes, marítimos y portuarios. Una huelga colectivera le sumaría más poder de fuego hasta convertirlo, casi, en un paro general.

De hecho la conducción de la UTA, a través de Mario Caligari, había estado en las primeras dos reuniones de la Mesa Nacional del Transporte. Al mismo tiempo, Fernández iba a la Casa Rosada. Parecen dos ramales distintos, pero siempre terminan en el mismo destino.

Según le dijeron desde el gremio a Infobae, “no podemos quedar cautivos del moyanismo”. Un argumento ridículo y sectario. Se trata de una acción común donde cada cuál marcará su impronta. De hecho la izquierda será parte de la medida pero con sus propias banderas.

Fernández hace rato perdió el volante. Tiene a los grupos empresarios usándolo de remolque para negociar sus prebendas, pero a los choferes siguiéndolo de cerca.

Hay que exigir asambleas en cada línea para imponerle a la burocracia que se sume al paro general hasta conseguir todos los reclamos.