La denuncia que últimamente ha vuelto a la palestra por la conmemoración a 3 años de la revuelta, es la de una mujer de 27 años que se encontraba en la ciudad de Rancagua, en una manifestación tocando la trompeta, cuando fue abordada por cuatro carabineros para comenzar toda la historia de vejaciones y abuso sexual.
Sábado 22 de octubre de 2022
Partimos de la base, ¿qué es la violencia sexual? Según La organización Panamericana de la Salud (OPS) el 2013 estableció que la “violencia sexual abarca actos que van desde el acoso verbal a la penetración forzada, y una variedad de tipos de coacción, desde la presión social, y la intimidación a la fuerza física” La violencia sexual entonces, es todo tipo de acercamiento o contacto sexual sin el consentimiento de la otra persona, por supuesto, con el objetivo de someter a la víctima.
La denuncia que últimamente ha vuelto a la palestra por la conmemoración a 3 años de la revuelta, es la de una mujer de 27 años que se encontraba en la ciudad de Rancagua, en una manifestación tocando la trompeta, cuando fue abordada por cuatro carabineros para comenzar toda la historia de vejaciones y abuso sexual.
En la querella del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) quedaron estampados los acontecimientos: los carabineros la habían reconocido, la grabaron cuando participaba de una actividad musical. Fue alcanzada por la fuerza policial y lanzada al suelo. Le esposaron la mano izquierda; le doblaron uno de sus brazos para causarle dolor. Uno de los carabineros habría sido especialmente más violento y se le escuchó decir: «Hasta que al fin te agarramos, puta».
La mujer a esa altura de la detención estaba semidesnuda, y se une un quinto carabinero, todo esto sucede mientras otra mujer graba desde la ventana de un edificio, en el que se le escucha decir «Mira cómo la tienen»; «¡No la veís!» finalmente la mujer que grababa, llora.
Cuando la víctima de 27 años comenzó a pedir auxilio, fue acallada por el mismo carabinero, quien le apretó el cuello con una mano, cortándole la respiración, y luego comenzó a hacer tenaza con sus dedos directamente sobre la tráquea antes de la agresión sexual.
Si bien, la detención de la mujer se remonta al 15 de noviembre del 2019 por cuatro carabineros, tan solo uno de ellos fue formalizado el 16 de diciembre en el Juzgado de Garantía de Rancagua; el capitán de Carabineros presente por los delitos de abuso sexual y apremios ilegítimos mientras era detenida. El juicio oral del mismo se llevará a cabo el 22 de diciembre de este año.
¿Otro hecho aislado de Carabineros?
Nada más alejado de la realidad, pues la violencia político sexual ya es parte del accionar constante de carabineros. Recordemos la época de la dictadura militar, dónde se registraron altos niveles de este mismo tipo de violencia hacia mujeres y disidencias sexo genéricas, encontrándose centros especiales de tortura de este tipo, como lo es la denominada “Venda Sexy” o “La Discoteque”, pertenecientes a la DINA.
En concreto, los datos conocidos por la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura, más conocida como Comisión Valech, señalan que 3.399 mujeres fueron detenidas políticas durante la dictadura, y casi todas las mujeres denunciantes declararon haber sufrido violencia sexual; 316 declararon haber sido violadas. Por último, 229 de estas mujeres fueron detenidas encontrándose embarazadas, de las cuales 11 confesaron haber sido violadas. De la cantidad de mujeres embarazadas; 20 abortaron y 15 declararon haber tenido sus hijos mientras se encontraban detenidas (página 252 del informe)
Así las cosas, no se trata de casos aislados o responsabilidades individuales de uno u otro carabinero, sino que ya pasa a ser una estrategia en su accionar.
La abogada Catalina Lagos, quien se ha especializado en el tema, asegura que se trata de violencia política sexual con el fin de ejercer control social, ya sea para reprimir, castigar, humillar o enviar un determinado mensaje o lección, “Hay una finalidad de sometimiento y sumisión, de restablecimiento del orden patriarcal, de castigo al despliegue de autonomía de aquellas sexualidades y expresiones que desafían las concepciones de género dominantes”
La ilusoria legitimación de Carabineros en base a la reforma del gobierno de Gabriel Boric
En el marco de la conmemoración de la revuelta, las declaraciones del presidente cada día se derechizan más, tratando de aislar en la opinión popular a los luchadores sociales y olvidando su promesa de liberar a los presos políticos de la revuelta.
Para quienes somos críticos de la estrategia reformista, esto no es de extrañar, pues su programa político contempla una reforma a carabineros, y nunca han sido críticos de la labor de defensa al Estado que realizan, pues los necesitan para mantener el orden en el país y aislar toda lucha que no sea la institucional.
La alardeada reforma a carabineros busca volver a entregarle legitimidad a esta manchada institución, para que la cantidad de postulantes que cayó de manera precipitada en la revuelta, vuelva a subir, por tanto, desde el gobierno dicen, aunque parezca chiste, que ahora se aceptan postulantes con pie plano, caries, y tatuajes. Una medida desesperada del régimen.
Entre otras medidas de la reforma, se incluyen cursos de "enfoque de género" y en el "enfoque de derechos humanos", pero cuando la institución ha sido creada para defender al Estado burgués, a toda costa, y contando con una estrategia de violencia política y sexual hacia mujeres y disidencias sexogenéricas, es no es más que otra de las utopías de la estrategia reformista.