“No son 30 pesos, son 30 años”, fue la consigna que movilizó a millones el 18 de octubre del 2019. Hoy la carestía de la vida se impone en la vida de la clase trabajadora tras los efectos de la pandemia, mientras que las multimillonarias familias dueñas del país se han enriquecido, entre ellas, la familia del criminal Sebastián Piñera. Es necesaria una salida desde la clase trabajadora ¡retomemos el camino de octubre y la huelga general!
Lunes 18 de octubre de 2021
Este lunes 18 de octubre se cumple el aniversario de la rebelión popular del 2019, la cual comenzó desde el salto del torniquete protagonizado por la juventud contra el alza de la subida del transporte público y que cuestionó el sistema neoliberal que opera en nuestro país. Las pensiones de hambre, bajos sueldos, el problema de la vivienda y deudas en salud y en educación en millones de familias trabajadoras, entre otras demandas, generaron un movimiento de masas exigiendo una Asamblea Constituyente. El 12 de noviembre fue el punto cúlmine de la rebelión, con una huelga general protagonizada por distintos sectores de trabajadores acompañado por movilizaciones en barrios y poblaciones. Tres días después, el 15 de noviembre se generó un pacto a puertas cerradas con los partidos políticos del parlamento desde la UDI, Apruebo Dignidad hasta el Frente Amplio, encabezado por Gabriel Boric. Mientras que la madrugada del 16 de noviembre Abel Acuña fallece en Plaza Dignidad producto de la represión, sumando una larga lista de víctimas de la represión entre asesinados por las FF.AA y Carabineros, lesionados, mutilados, torturados y alrededor de 600 presos políticos de la rebelión sin pruebas ni debido proceso.
¿Por qué Piñera sigue en el poder?
Dos años han pasado y Piñera sigue en impunidad, aunque con un gobierno débil y cuestionado por su participación en paraísos fiscales (Pandora Papers) a través de la inversión en la gran minería a través de Dominga -y ahora proyecto Imán- que transforma el saqueo a nuevas zonas de sacrificio. Piñera recibió la notificación de la Acusación Constitucional en su contra, pero este método institucional ya lo ha salvado en más de una ocasión: cuando fue acusado por la violación a los derechos humanos en plena rebelión.
Hoy no sólo Piñera enfrenta una crisis política, sino el conjunto de los partidos de los 30 años: la derecha de Chile Vamos pierde credibilidad entre su sector con los balbuceos del abanderado de Piñera Sebastián Sichel, al negar su participación como lobbista de la minería; la ex Concertación a través de figuras añejas como la DC Yasna Provoste no convence a nadie, el Frente Amplista Gabriel Boric acomoda su discurso hacia el sector empresarial para ampliar el espectro de votantes y el fenómeno ultraderechista de José Antonio Kast se instala ante la debilidad de Sichel.
El desvío institucional de la Convención Constitucional, a través de la dirección del bloque de Apruebo Dignidad, la vieja Concertación y la derecha, fortalecieron las reglas de la Constitución de Pinochet al subordinar la CC al parlamento, expresándose así la aprobación de los ⅔ del pinochetismo, avalado por sectores del Frente Amplio. Y a pesar del levantamiento del toque de queda.- que duró un año y seis meses- en pandemia, Piñera decreta estado de emergencia militarizando las regiones del Bío Bío y La Araucanía contra el pueblo nación mapuche, cediendo a las presiones del sector ultraderechista y empresarial.
A retomar el camino de la rebelión: Por la coordinación de todas las luchas
Una nueva recomposición sindical se desarrolla a través de luchas económicas y demandas abiertas que tomó la rebelión; como el derecho a una salud pública y de calidad, la libertad de los presos de la rebelión y mapuche, entre otros. En todo el país hemos visto huelgas aisladas, paros dispersos y manifestaciones de trabajadores.
Los trabajadores de la salud a inicios de la pandemia se movilizaron y denunciaron la falta de equipos e implementos de protección personal junto a la falta de infraestructura; hoy denuncian los despidos y llaman a enfrentar esta situación. Las movilizaciones en los hospitales base como es el Hospital Barros Luco y Sótero del Río, son una expresión que se extiende a nivel nacional. Trabajadores de la “primera línea de la salud” han denunciado los bajos sueldos y las concesiones en los hospitales, como la lucha del Sindicato Siglo XXI del hospital de Antofagasta. Mientras que desde la industria y minería los trabajadores de Mantos de Luna, Abermale y SGS se han movilizado contra las prácticas antisindicales.Los trabajadores del puerto de Quinteros, las movilizaciones de trabajadores públicos de Puente Alto, la huelga de trabajadores del comercio y el reciente paro y movilización nacional de profesores son una de las recientes expresiones de movilización.
A dos años de la rebelión las luchas dispersas de la clase trabajadora y sectores en lucha deben transformarse en un solo puño. La clase trabajadora se debe poner en el centro de la escena. Para esto, es necesario unificar las demandas en un pliego único de demandas, donde urge la expropiación sin pago bajo control y gestión de los trabajadores y usuarios en las empresas que se coluden y contaminan el medioambiente; por un salario y pensión mínima de 600 mil pesos acorde a la canasta básica familiar, por el fin del trabajo precario sin rebaja de sueldo y repartiendo las horas de trabajo entre ocupados y desocupados, por la desmilitarización ya del Wallmapu y el derecho a la autodereminación del pueblo nación mapuche, por salud, educación y vivienda, sin más subsidio a los empresarios privados que se hacen ricos a costa del presupuesto público, por las demandas de las mujeres como el derecho al aborto legal, libre seguro y gratuito y de la comunidad LGBTIQ+, y para terminar con el saqueo de los grandes recursos en manos de transnacionales.
La importancia de la coordinación de las luchas y un frente único para echar a Piñera y sus amigos empresarios es necesaria bajo un programa y una política independiente a “oposición” de Boric y Provoste, quienes se ubican como los falsos amigos del pueblo en vez de impulsar la auto-organización y movilización de la clase trabajadora.
Los grandes sindicatos como la CUT deben instalar un Pliego Único de demandas mediante la coordinación y unidad de los sectores en lucha, con asambleas de base y organización. La clase trabajadora y el pueblo debe retomar el camino de octubre, en perspectiva de la huelga general para echar a Piñera del gobierno e imponer una salida acorde a los intereses de la clase trabajadora.
Las candidaturas obreras y socialistas como las que levantamos desde el PTR en el Frente de unidad de la clase trabajadora, lucharemos para echar a Piñera con la movilización de la clase trabajadora y el pueblo y por eso la importancia de la coordinación y el frente único, presentando un programa y una política completamente independientes a la “oposición” de Boric y Provoste que buscarán réditos electorales en vez de impulsar la auto-organización y movilización. La candidatura de Lester Calderón en Antofagasta tiene ese trasfondo y ese contenido: que la clase trabajadora se transforme en un sujeto político con un programa independiente a la clase empresarial.