Los empresarios de las cadenas de restaurantes que amenazan con decenas de miles de despidos si el gobierno no autoriza reapertura, antes de la pandemia pagaban 2,900 a meseras y meseros por 12 horas de trabajo.
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La Izquierda Diario México @LaIzqDiarioMX
Miércoles 13 de enero de 2021
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Un cacerolazo del sector restaurantero irrumpió el lunes 11 de enero y ha seguido manifestándose el martes 12. Empresarios restauranteros y trabajadores al ritmo de ollas y sartenes exigen que el gobierno defina la actividad como esencial para poder reabrir, y mientras tanto alrededor de 500 restaurantes abrieron en el Valle de México, con la oferta de servicio presencial.
Quieren volver al aforo de 30% con horario de cierre a las 22 hs, y afirman que desde el inicio de la pandemia se perdieron 50 mil empleos con el cierre de 10 mil restaurantes. Los empresarios del sector prometen garantizar las medidas de protección sanitaria que les soliciten para no realizar despidos masivos.
Entre las cadenas que desafían el semáforo epidemiológico en rojo se cuentan Sonora Grill, Grupo Fisher’s y La Cervecería de Barrio, Potzocalli, entre otras. Algunas abrieron sus puertas al público, otras pusieron mesas pero mantuvieron el servicio sólo para llevar.
El gobierno de la Ciudad de México, por su parte, apercibió a sólo 4 de los restaurantes que abrieron, pero también inició una mesa de diálogo con los empresarios. Luego de la reunión, las secretarías de Gobierno, de Desarrollo Económico y de Turismo, junto con la Agencia Digital de Innovación Pública y las 16 alcaldías dieron a conocer que este 13 de enero se realizará una segunda mesa para “determinar una posible fecha de reapertura de restaurantes”. Hasta ahora el gobierno les otorgó la condonación del Impuesto Sobre la Nómina (ISN) para negocios afectados y 100 mil apoyos directos de 2 mil 200 pesos a trabajadores del sector.
Explotación de trabajadores de restaurantes
Sin embargo, aunque los empresarios restauranteros afirman que abren por ellos y por sus empleados, no todos tienen los mismos intereses. Antes de la pandemia, una mesera de Potzocalli ganaba alrededor de 2900 pesos por mes. Para completar su salario con propinas que ayudaran a la economía familiar, tenía que hacer turno de 12 horas.
Con la actual crisis sanitaria, las cadenas restauranteras que vivieron por años una gran prosperidad económica basada en el trabajo mal pago y la explotación de sus empleados, así como en el consumo de amplios sectores de las clases medias y los ricos, junto con el turismo, ahora amenazan con dejar en la calle a decenas de miles de familias.
Son inaceptables estos chantajes de los empresarios restauranteros a sus trabajadores y al gobierno. Los restaurantes, en tanto implican la concentración de personas, son foco posible de contagio, incluso con sanitización recurrente, porque el SARS-CoV-2 se propaga por aire y cuando las personas comen o beben no usan cubrebocas.
Con las ganancias obtenidas previo a la pandemia, así como con las ganancias obtenidas por la venta de comida para llevar, las empresas restauranteras tienen la obligación de garantizar los salarios de sus trabajadores.
Cada cadena de restaurantes que despida o recorte salarios, debe ser nacionalizada sin pago, y todo su capital debe quedar bajo custodia de sus trabajadoras y trabajadores. Que la crisis la paguen los empresarios, porque nuestras vidas valen más que sus ganancias.