El presidente se jactó de los despidos, el ajuste a la clase trabajadora en su primer año de gestión y llamó al Congreso a votar a favor del acuerdo con el FMI. Milei habló de un “programa exitoso”, pero es una ficción. Las reservas del Banco Central están en rojo y Caputo implora por un acuerdo con el FMI con salarios y jubilaciones que no recuperan todo lo perdido.
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Mónica Arancibia @monidi12
Sábado 1ro de marzo 23:25
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En un Congreso vacío Javier Milei habló durante más de una hora en la apertura de las sesiones ordinarias 2025. Envuelto en un escándalo internacional por la estafa del criptogate, decidió dedicar gran parte de su discurso a los “logros” de su gestión. El libertariano repitió falacias ya conocidas, en materia de inflación que se logró frenar pero sin mencionar que fue con recesión, perdida de empleos y un desplome del consumo masivo. Sostuvo que se sacaron 10 millones de personas de la pobreza, pero los salarios no alcanzan para nada. También se tiró contra el Estado y la casta política – la misma que hace una semana atrás lo salvó de tener que dar cuentas a una comisión investigadora por la estafa de $LIBRA- reivindicando el despido de 40 mil trabajadores estatales.
Habló contra la industria y reivindicó la baja de impuestos como a los autos de lujo y el de bienes personales que favorece a los mega ricos. Sobre el superávit fiscal y los beneficios del plan motosierra, no mencionó que fue a costa de ajustar a los jubilados y recortar áreas como salud y educación. Se refirió al proceso de estabilización monetario como el más exitoso, superando a la convertibilidad de Cavallo, con quien tuvo un fuerte cruce recientemente. Lo que no dijo es que las dudas sobre el rumbo económico inundan a los “mercados”, las acciones y bonos sufrieron fuertes caídas en febrero y el riesgo país sube marcando la posibilidad de default.
Sobre la deuda con el FMI, al igual que el peronismo dijo que van a “honrar los compromisos”. Y llamó al Congreso a votar a favor del acuerdo con el Fondo, cuando sea que eso suceda. Pero este diagnóstico del país y los indicadores económicos suenan muy distintos a la realidad, su discurso fue una estaba a las grandes mayorías. Repasemos las principales falacias de Milei, el estafador:
-Inflación desactualizada
El presidente sostuvo que “seguimos haciendo que la inflación baje. Cuando ya era evidente que la inflación había entrado en un sendero decreciente, empezaron con las acusaciones del keynesianismo berreta diciendo que nos íbamos a morir y que la actividad económica se iba a hundir”. Efectivamente la economía se hundió aunque Milei lo niegue. La inflación se desaceleró gracias al freno de la economía (recesión) por la caída del consumo, el ajuste, se destruyó empleo, es decir Milei y Caputo rompieron todo para que los precios aflojen, así como también mantuvo un “dólar barato” constituyendo un ancla cambiaria. A pesar de esto, en 2024 la inflación se mantuvo en niveles elevados y fue de 117,8%, según informó el Indec.
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Este dato podría ser peor si el Indec actualizara la metodología de medición de la inflación que está basada en una canasta de consumo de 2004/2005 y que, hoy, subvalúa el efecto de las subas de las tarifas en los servicios públicos. Esto significa que el Indec mide la inflación sobre estructuras de consumo atrasadas que fueron modificadas por los cambios tecnológicos (por ejemplo, ahora se utiliza más internet, telefonía celular en vez de telefonía fija) y por los cambios en los precios relativos. Si se hubiese actualizado la metodología, en 2024, la inflación hubiese sido 133,6%, es decir 15,8 puntos más alta de lo que informó el Indec, según calculó el econometrista Martín González Rozada. Esto empeora los datos de pérdida del poder de compra de salarios, jubilaciones y programas sociales.
El Gobierno es responsable en no actualizar la metodología del Indec, así como también el massista Marcos Lavagna, quien está al frente del organismo.
Otra forma de visibilizar las contradicciones existentes entre el dato oficial de inflación que usa el gobierno en su discurso para mostrar un logro, es el creciente peso de los servicios en los ingresos. Es decir, cada vez se destina un porcentaje mayor de los sueldos a pagar el transporte, la luz, el gas y el agua. La prepaga y el alquiler, así lo mostró un informe de la consultora Focus Market que señaló que en marzo una familia de 4 integrantes deberá gastar más de $2 millones para cubrir la canasta básica de servicios que elaboran.
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Además, el Presidente dijo que la pobreza bajó durante su primer año de gestión. Pero como sucede con la inflación el número tiene limitaciones. La Canasta Básica que se usa para medir la pobreza sigue basada en hábitos de consumo de 2004-2005, lo que subestima el impacto de la suba en tarifas y servicios públicos. Si se ajustara con el IPC de la Ciudad de Buenos Aires, la tasa de pobreza sería del 39,6%, según calculó el Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPPYP). El dato tampoco refleja el mayor deterioro de las condiciones de vida de las mayorías populares, mayor precarización laboral, se gastaron ahorros y muchos hogares se endeudaron para llegar a fin de mes.
Fiel a su estilo border, Milei sostuvo que en los últimos 50 años la pobreza pasó de 5% a 50%, perpetuando la decadencia que recae sobre millones de personas gobierno tras gobierno. En este punto sensible subyacen dos elementos que hace falta tener en cuenta, el primero es que no son comparables las medidas de tasa de pobreza de la década del 70 con la que rige actualmente. Así lo confirmaba en su tuit el especialista del CEDLAS, Leo Tornarolli.
Más allá de eso, es verdadero que en el país la pobreza fue aumentando en las últimas décadas su piso estructural y esto está muy relacionado a las consecuencias de las crisis de deuda con el FMI, a sus planes de ajuste y reformas estructurales. De esto no habla Milei, pero seguir el camino del endeudamiento externo, que es un saqueo de recursos y de la riqueza generada en el país, ha empeorado tras cada crisis de deuda las condiciones de vida del pueblo trabajador. Este camino fue el que siguieron cada gobierno y el que ratifica Milei.
-De lo que no se habló mucho: salarios y jubilaciones en ruinas
Milei afirmó que “el ajuste cayó sobre la casta y nunca sobre los sectores más vulnerables”. Pero esto no fue así. Salarios y jubilaciones fueron ajustados y no se recupera todo lo que se perdió en los últimos años. Según datos del Indec, el salario real promedio de 2024 del sector privado registrado cayó 6%, en el sector público la merma es del 20% y en el privado no registrado del 30%.
También se puede observar cuánto se perdió en pesos. Según calculó el Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía (MATE), a cada trabajador y trabajadora del sector privado registrado le robaron más de un 1 millón de pesos durante el año pasado y a cada empleada o empleada pública más de 3,3 millones de pesos. De conjunto, hubo un saqueo directo de 19,2 billones de pesos que perdieron los asalariados y embolsó mayormente los grandes empresarios.
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Los jubilados fueron otro de los sectores ajustados por Milei y Caputo. Según datos de la Oficina de Presupuesto del Congreso, el poder de compra de los haberes superiores al mínimo registró una caída real de 18,7% en el promedio de 12 meses de 2024 respecto de igual período de 2023; en tanto, los haberes mínimos (con bonos) perdieron 15,0%. Jubiladas y jubilados todos los miércoles se concentran y movilizan en el Congreso contra el ajuste en curso, en reclamo por sus haberes, contra el fin de la moratoria previsional, pero el Gobierno solo ofrece palos y gases a nuestros adultos mayores.
-Motosierra y recesión
Javier Milei afirmó que su política de “motosierra” continuará. Es decir, se profundizará el ajuste. El presidente terminó su primer año con un superávit fiscal. La fórmula para alcanzarlo fue la motosierra con despidos a los trabajadores estatales y la licuadora a las jubilaciones, pensiones, transferencias a las universidades, provincias, subsidios al transporte, energía (implicó aumento de tarifas) y salarios de los trabajadores públicos.
El fuerte ajuste hundió a la economía. La actividad económica se derrumbó 1,8% en 2024 en comparación a 2023, según el Indec. En diciembre, el estimador mensual de actividad económica (EMAE) registró una suba de 5,5% en la comparación interanual y de 0,5% respecto a noviembre en la medición desestacionalizada. “Desde abril que la economía no para de crecer y que ustedes, keynesianos, no pueden parar de llorar”, celebró Milei en el Congreso. El presidente festeja el aumento interanual de diciembre, pero la comparación es contra una base baja, fue el mes de una economía estancada tras la fuerte devaluación de Luis Caputo. Todavía el consumo no se recupera, tampoco la obra pública, el saldo comercial (diferencia entre exportaciones e importaciones) se redujo en enero producto del aumento de las importaciones.
El Gobierno quiere mostrar una economía en crecimiento, pero hace más de una década que está estancada. Además, no se pueden descartar cimbronazos mundiales por el impacto de la implementación de los aranceles de Donald Trump y que afectará a la economía local. Las fotos y las declaraciones amigables de Milei con Trump no podrán evitar los coletazos de la economía mundial.
-FMI y dólar: pedido de apoyo al Congreso
Milei afirmó que "estamos avanzando en un acuerdo con el FMI” y anticipó que en los próximos días pedirá “al Congreso que apoye al gobierno en este nuevo acuerdo con el FMI". Este pedido se debe a que el Fondo suele exigir respaldo político para un nuevo acuerdo.
El Fondo también pretende una devaluación (no importa cuando lean esto) para avanzar en un acuerdo. El ministro de Economía mantuvo un encuentro virtual con Gita Gopinath, la número dos del Fondo, pero por el momento solo hay declaraciones generales en la red social X (“excelente conversación con el ministro”, “avances positivos”), pero no hubo anuncios concretos sobre la llegada de dólares frescos como pide Luis Caputo.
Mientras tanto febrero terminó con los “mercados” nerviosos. Se registraron bajas de los ADR argentinos en Estados Unidos de hasta 33,9%, lideradas por Bioceres, Globant y Supervielle, también hubo caídas del panel del Merval que llegaron hasta 27,9%. El índice Merval retrocedió 14% en pesos y 16,8% medido en dólares al contado con liquidación (CCL). También subió el Riesgo País a 780 puntos al terminar febrero cuando a fines de diciembre de 2024 fue de 635 puntos.
La incertidumbre en los “mercados” (la élite económica) se debe al impacto negativo de las primeras medidas de Donald Trump junto con la falta de definición de un acuerdo con el Fondo y las implicancias que puede tener en el cepo y en la cotización del dólar en un contexto donde las reservas de libre disponibilidad están en negativo, según especialistas rondan los U$S 10.000 millones, una cifra parecida a lo que recibió el Gobierno en 2023. También incorporó más inestabilidad la estafa de Milei con la criptomoneda LIBRA.
Además, siguen las intervenciones del Banco Central para que no aumenten las cotizaciones paralelas del dólar, que de todos modos se movieron al alza. Se calcula que en enero las intervenciones del BCRA para que no suba el dólar le habrían costado casi U$S1.000 millones. Varios economistas hablan de un atraso cambiario. El Gobierno pretende mantener el tipo de cambio para evitar que la inflación vuelva a dispararse y más en un año electoral. Pero el nivel del tipo de cambio tiene consecuencias en que la cuenta corriente del Banco Central es negativa desde julio del año pasado, esto significa que ingresan menos dólares de los que entran al país.
Las salidas que se proponen son continuar este rumbo o devaluar, pero ningún camino es beneficioso para la clase trabajadora. Necesitamos otra salida y para eso hay que enfrentar el saqueo en curso de Milei y Caputo. Son necesarias medidas como rechazar el acuerdo con el FMI, movilizarse por el desconocimiento soberano de la deuda fraudulenta, el monopolio estatal del comercio exterior para que sea gestionado en función de la necesidades sociales y no en función de la necesidad de los especuladores financieros con un dólar planchado o de una pocas empresas exportadoras, del agro, que se benefician con una devaluación.
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Mónica Arancibia
Nacida en Bs. As. en 1984. Es economista. Miembro del Partido de los Trabajadores Socialistas. Coedita la sección de Economía de La Izquierda Diario.