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Red Internacional
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Activistas de la PAH Vallekas y vecinas consiguen parar el desahucio de Pili ¡No toleramos ni un desahucio más!

Pese a las declaraciones del gobierno tras la masiva manifestación por el derecho a la vivienda del domingo 13, la crisis de la vivienda continua. Esta misma mañana en un gran despliegue policial, CaixaBank trataba de desalojar a Pili, vecina de Vallecas, victima de violencia de género sin alternativa habitacional a la que quieren echar de casa con sus hijas. Gracias a la movilización y la solidaridad de las activistas de vivienda el desahucio se ha parado hasta el día 31.

Irene Ruiz

Irene Ruiz @IreneYpunto

Viernes 18 de octubre

La PAH de Vallecas llamaba estos días a acudir a parar el desahucio de Pili. Sobre las 07:00 de la mañana, todavía de noche, empezaba a llegar policía al lugar donde ya se congregaban decenas de personas para acompañar a Pili y tratar de parar el desahucio. Desde dentro y fuera del portal se cantaba ¡Pili no estás sola, estamos contigo!, en un ejercicio de solidaridad que solo la clase trabajadora hace con los suyos. La policía obligaba a identificarse a todas las personas que estábamos fuera del portal en el cordón de seguridad, amenazando con que quien no se identificara seria llevado a dependencias policiales y que íbamos a ser todos denunciados por oponernos a que pudieran ejecutar una orden judicial. La realidad es que la orden estaba dada para las 09:00 por lo que se han justificado tirando de Ley Mordaza y aduciendo que la concentración de personas no estaba autorizada y por tanto era ilegal.


Las activistas de la PAH y vecinas hemos resistido defendiendo el portal mientras denunciábamos que la Ley de Vivienda es una ley de desalojo y que no sirve para nada. La comisión judicial compadreaba con la policía mientras las allí presentes poníamos de manifiesto la culpabilidad de CaixaBank y la complicidad del Gobierno. Sobre las 09:45 llegaba Samur Social para hablar con Pili y constatar que no dispone de alternativa habitacional, esto es, que si la echan se queda en la calle con sus hijas. Finalmente se ha conseguido parar el desahucio y lo han retrasado al día 31 cuando lo volverán a intentar.


A pesar del discurso hipócrita del Gobierno “progresista” de que los iban a parar, sólo en el primer trimestre de este año ha habido 7.424 desahucios, un 12% más que el mismo periodo de 2023. Un 73,3% de ellos a causa de lanzamiento por impago de alquiler. A ellos se suman 7.850 desahucios en el segundo trimestre de este mismo año. Mientras tanto hay 3,8 millones de viviendas vacías en todo el territorio, la mayoria de ellas en manos de bancos y fondos buitre. Desde 2008 hasta hoy ha habido más de 836.159 desahucios. Con una media de 2.5 personas por hogar supone más de 2.000.000 de personas desahuciadas.

Solo CaixaBank ha ejecutado 50.000 desahucios desde 2008. En 2023, mientras estos se multiplicaban, la entidad bancaria obtuvo un beneficio de 4186 millones, un 54% más que el año anterior. Esta entidad que recordemos fue rescatada con dinero público tras la crisis anterior, sigue lucrándose con una necesidad básica como la vivienda, a costa del sufrimiento de los sectores más desfavorecidos de la clase trabajadora mientras el Estado mira para otro lado, teniendo un 17% de participación en el banco, como denuncian las activistas de la PAH Vallekas.


No hay solución a la crisis de la vivienda de mano de los gobiernos del Ibex35, es necesario levantar un gran movimiento de solidaridad, con independencia de clase y de las instituciones capitalistas para pelear por vivienda para todas, y para pelear contra cada uno de los ataques contra la clase trabajadora y las mayorías populares a través de los métodos de la lucha de clases. Los sindicatos mayoritarios marchaban en la manifestación del 13 de octubre, pero siguen sin llamar a secundar una gran huelga general para imponerle al gobierno, los bancos y los fondos buitre la expropiación de todas las viviendas vacías. Solo en un sistema irracional como el capitalista puede haber gente sin casa y casas sin gente. Es la hora de cambiarlo todo.


Irene Ruiz

Burgos

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