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Red Internacional
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PRECARIZACIÓN LABORAL. Adultos mayores se movilizan: piden recuperar su empleo en las tiendas Walmart

Al grito de ¡queremos trabajar! ¡queremos trabajar! más de doscientos adultos mayores se movilizaron rumbo a Palacio Nacional para que se les permita regresar a sus labores como empacadores voluntarios en cientos de tiendas Walmart.

Jueves 24 de junio de 2021

Cómo informamos la semana pasada en las páginas de La Izquierda Diario, desde hace algunos meses la cadena de tiendas Walmart anunció que miles de trabajadores que fungían como empacadores voluntarios no regresarían a sus labores. Esto a raíz de que el gigante minorista rompió el acuerdo de colaboración que tenía con el INAPAM.

A causa de las restricciones por la pandemia, los adultos mayores que trabajaban en cientos de estas tiendas, en condiciones de suma precarización - sin reconocimiento de la relación laboral ni prestaciones- fueron retirados de sus puestos de trabajo bajo la promesa de que una vez completado el esquema de vacunación regresarían a trabajar. Meses después, esa promesa ha sido rota y miles de trabajadores enfrentan la pandemia sin comida sobre su mesa

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El problema de fondo no es nuevo, si bien ahora hace crisis tras la pérdida del empleo para cerca de 35 mil empacadores, la realidad es que las cadenas de autoservicio se han beneficiado por mucho tiempo del trabajo de los empacadores llamados voluntarios, que cumplen con todo lo necesario para ser considerados trabajadores de planta; tienen horarios establecidos, están bajo el mando de los supervisores y del resto de la estructura jerárquica de las tiendas, pero no reciben un salario por parte de Walmart.

¡Explotación laboral sin más!

Si Walmart se coloca entre las empresas que generan más ingresos a nivel internacional esto sólo es gracias a los salarios de miseria que paga al resto de sus empleados y a la explotación laboral hacia los trabajadores-empacadores.

Si se abrieran los libros de cuentas de la empresas y se hicieran públicas las enormes ganancias de la cadena de tiendas, quedaría más que claro que mientras ellos ganan millones la mayoría recibe migajas. Una piso más que mínimo sería exigir que con esas ganancias se paguen salarios y jubilaciones que alcancen por lo menos para cubrir la canasta básica de una familia.

No es aceptable que mientras un empacador o un trabajador de piso se truena los dedos para estirar la quincena, la patronal tenga ganancias de miles de millones de dólares, más aún cuando son los trabajadores y trabajadoras quienes hacen funcionar la empresa.

Por si fuera poco la mayoría de empacadores son adultos mayores, quienes a pesar de haber trabajado por muchos años, algunos, en el comercio informal o en empresas cuyos salarios de hambre no les permitieron una jubilación digna, ahora se enfrentan a este tipo de empleos ultra precarizados y donde ahora fueron despedidos sin responsabilidad alguna para las empresas

Se necesitan salarios y jubilaciones dignas

Durante la movilización el sentir de las y los trabajadores pedía regresar a trabajar, en su mayoría esa exigencia se levanta sobre la necesidad de mantenerse así mismos y a sus familias, pero también sobre la necesidad de sentirse útiles y tener una vejez digna.

Frente a esa demanda legítima, las empresas hacen oídos sordos y se lavan las manos y el gobierno se limita a intentar mediar el conflicto mientras que miles de trabajadores continúan sin recibir ingresos. En el mejor de los casos su única política es la pensión universal para adultos mayores que sin embargo es insuficiente para cubrir siquiera una parte de la canasta básica. Pará 2021 la pensión universal será de $3,105 cada dos meses.

La crisis incrementa con la emergencia sanitaria y la pandemia pero también producto de la política del gobierno que, pese al aumento salarial impulsado por la 4T y dado que la pérdida del poder adquisitivo ha caído enormemente desde hace décadas, mantiene los salarios por debajo de lo necesario, que además solapa los despidos y que se niega a defender los intereses de los pobres y trabajadores contra la voracidad de los capitalistas.

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En vez de que después de años de trabajo acumulado las y los trabajadores tengan derecho a vivir una vejez digna, sin preocuparse por tener que trabajar, por trabajar para comer, vestir e incluso por tener dónde vivir, la realidad de millones es lo opuesto. Esta realidad es insostenible, no obstante, las perspectivas apuntan que el mismo escenario se repetirá para las próximas generaciones, que además de todo enfrentarán la jubilación bajo el régimen de las afores dejando el monto de la misma, nuevamente, por debajo de lo necesario.

En nuestra opinión, las y los adultos mayores que se movilizaron esta semana, más que recuperar su fuente de trabajo, necesitan en primer lugar jubilaciones dignas y suficientes, a la vez que se les provee de una red de seguridad social que garantice su derecho a la salud de manera integral. Para acceder a una vejez digna es necesario también garantizar el derecho a la recreación para todas y todos los adultos mayores. Y para las generaciones posteriores, el ánimo de movilización que mostraron ellas y ellos debe ser un ejemplo para luchar por plenos derechos laborales, salarios suficientes y jubilaciones dignas.