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Red Internacional
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Denuncia. Agresión policial a joven y su familia: la policía no cuida, la policía agrede.

Joven denuncia en redes sociales agresión policial ocurrida este fin de semana. Hagamos escuchar la consigna que gritamos el 8M pasado: me cuidan mis amigas, no la policía.

Martes 29 de agosto de 2023

El fin de semana anterior se cometió un acto de agresión policial en las afueras de un bar ubicado Alajuela. Esta agresión se dio a una joven y su familia. La joven denuncia que, mientras se encontraba tomando aire fuera del bar, de un pronto a otro “se bajaron un montón policías sumamente agresivos, provocando demasiado miedo y temor, como si estuvieran llegando a una balacera”, según el relato de redes sociales.

Sin motivo alguno, los policías pusieron contra la pared a los hombres que se encontraban en el lugar. Mientras que, a la joven denunciante, entre 15-20 policías hombres la agredieron de varias formas: la insultaron verbalmente de forma misógina en repetidas ocasiones, recibió fuertes amenazas y también llegaron a cometer mucha y fuerte agresión física. Su familia, al intentar ayudarla, también recibió agresión policial. La joven fue subida a la fuerza a una patrulla y trasladada a otro sitio, haciendo que su miedo, como mujer, aumentara. Allí continuó la agresión, esta vez incluso por parte de una mujer policía y una mujer oficial. La mujer oficial le dijo algunas frases como “está bueno lo que le hicieron”, “yo más bien le hubiera reventado todos los dientes”, “usted se lo buscó”. 3 días después, la muchacha sufre consecuencias de las múltiples agresiones.

Video publicado en redes sociales

Policía, ¿para qué?

Se tiene la noción de que la policía está para cuidar a la ciudadanía, incluyendo, además, la noción de que ciudadanía es el conjunto de todos los sujetos (mayores de edad) que abarcan la sociedad. Sin embargo, ni una ni otra son ciertas. La sociedad no está conformada por sujetos iguales, sino por clases sociales antagónicas, lo que hace que ese “cuidar a la ciudadanía” se traduzca en cuidar la propiedad privada y los intereses de una minoría: la burguesía. Mientras que, a la otra gran parte de la sociedad, la clase trabajadora, la policía se encarga de reprimir, intimidar y contener el “orden” establecido por la clase represora.

Ejemplos de este accionar lo vemos cuando el gobierno manda a reprimir con violencia luchas de la clase trabajadora, las mujeres y la juventud, o incluso cuando manda a desalojar a familias enteras de sus viviendas, haciendo uso hasta de gases lacrimógenos a niños y personas adultas mayores. Es, lamentablemente, también muy común escuchar “¿y dónde estaba la policía?” en situaciones de violencia de género.

Estas situaciones las encontramos en Costa Rica, pero también en el resto de países de Latinoamérica, donde hay cientos de ejemplos de abuso de autoridad, por lo que no se trata del mal accionar de unos cuantos policías, sino de toda una institución que defiende otros intereses contrarios a las y los trabajadores, las mujeres y la juventud. En México, por ejemplo, las manifestaciones de mujeres que reclaman sus derechos mínimos, han sido reprimidas por la fuerza policial.

Regresando a la situación en específico ocurrida el fin de semana, la joven denunciante menciona dos aspectos importantes. Uno es que denuncia la posibilidad de que algunos de los feminicidios que quedan en impunidad, a nivel nacional e internacional, puedan ser a causa de los policías por abuso de autoridad. Esta idea no es errónea, pues recordemos el caso de Keyla Martínez en Honduras, quien fue asesinada en una celda por la policía, cuyo femicidio sigue sin tener justicia, o, algunos de los femicidios en Costa Rica, que hasta son minimizados por el mismo cuerpo policial.

El segundo aspecto es que la joven denunciante en su video en redes sociales hace una crítica a la institución policial que es resguardada por el gobierno, pues menciona que, mientras Rodrigo Chaves pasa sacando comunicados y hablando de la seguridad, el gobierno no estaba (ni le interesa) en el momento en que a ella la intentaban matar alrededor de 15 policías, pero bien quieren llevar adelante políticas para aumentar el presupuesto a este sector. “¿Para esto están pidiendo más dinero?” Cuando he necesitado ayuda de policía (incluso siendo menor de edad), nunca me han ayudado. Me hicieron esto solo por ser mujer. Y a las bandas no se ve que les hacen eso. ¿Dónde están los policías deteniendo a los verdaderos criminales? Pegándole a las mujeres”. El gobierno ha llevado adelante políticas para aumentar el presupuesto para la policía, a costa de rebajar el presupuesto de la educación, con lo que han tenido un envalentonamiento al sentir respaldo del gobierno.

Movilización en San José, 2022

No por ser mujer…

Las clases sociales antagónicas y el papel de la policía también permean a las mujeres, pues las mujeres no somos todas iguales, sino que nos ubicamos dentro de alguna de las clases sociales, y las mujeres que se ubican dentro del cuerpo policial también responden a la función mencionada anteriormente. Y con las agresiones que sufrió la joven, incluso producto de dos mujeres (una policía y otra oficial), nos basta para afirmar que en la policía, ya sean hombres o mujeres, no podemos encontrar alianza de ningún tipo. No por ser mujer vamos a encontrar solidaridad.

En las últimas manifestaciones del movimiento de mujeres, una de las consignas que está más presente es “me cuidan mis amigas, no la policía”. Levantemos una vez más esta consigna, para no dejar pasar este abuso policial.

Desde La Izquierda Diario nos solidarizamos con la joven que padeció estas agresiones. Ponemos a disposición nuestro diario, para denunciar todas las veces que sea necesario todas aquellas agresiones que los medios de prensa tradicionales y las instituciones estatales callan, porque no es nuestra culpa.

Pero además de denunciar, también es importante plantearnos otras salidas: en medio de una coyuntura de explotación laboral, donde quieren que la clase trabajadora trabajemos más por menos dinero, es necesario levantar la voz para defender nuestro derecho al ocio, nuestro derecho a salir y divertirnos sin tener miedo a que nos toquen, nos violen o nos maten. El panorama es de rabia por todo lo que ocurre y queda en impunidad, pero tenemos la fuerza suficiente para convertir esa rabia en lucha y organización.