En lo que del 2021, los capitales extranjeros lideraron la exportación de granos, aceites y harinas. El kirchnerismo reivindicó sus ganancias siderales, mientras millones viven en continúa emergencia social y alimentaria.
Lunes 19 de julio de 2021 21:07
Este domingo tanto el periodista de Página 12 Alfredo Zaiat como la vicepresidenta Cristina Fernández, apuntaron a los productores bonaerenses de soja, maíz y girasol para recriminarles que a pesar del odio que manifiestan hacia el kirchnerismo, las cúpulas agrarias obtuvieron los mejores resultados económicos bajo sus gestiones. En la última cosecha, registraron la rentabilidad más importante de los últimos veinte años.
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Según puede leerse de las estadísticas que lleva adelante la subsecretaría de Mercados Agropecuarios del Ministerio de Agricultura, las principales ganadoras durante el primer semestre del año fueron las multinacionales extranjeras. Gracias a la suba internacional de los precios de los commodities del agro y a las bajas retenciones, el sector acumuló un récord de u$s16.600 millones en el ingreso de divisas a partir de la exportación de granos, aceites y harinas.
El rubro granos, con una exportación de 27,8 millones de toneladas, es liderado por la empresa estatal china Cofco, con el 15,7% de las exportaciones. Le siguen en el ranking tres empresas de capitales norteamericanos que concentran casi el 40% de los envíos de granos: Cargill con el 15,5%, ADM con el 12,5% y Bunge con el 11,92%. En el quinto puesto aparece la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA), una empresa de capitales nacionales con el 10%.
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En el rubro de subproductos (harina y expeller de soja) lidera la multinacional de capitales suizos Viterra (exGlencore) con el 19,3% de las exportaciones. Operando en la Argentina bajo el nombre de Oleaginosa Moreno, se quedó con casi la totalidad de la cuota de mercado de la empresa Vicentin, empresa nacional que entró en default a fines de 2019. Junto con las nacionales Molinos Agro y ACA actualmente negocian para quedarse con la totalidad de Vicentin.
En segundo lugar aparece la Aceitera General Deheza, con el 13,9% del total. En el tercero, se encuentra Molinos Agro. el brazo agroindustrial de la familia Pérez Companc, con el 13,4%. En el cuarto y quinto lugar, otra vez aparecen dos multinacionales norteamericanas, Cargill y Bunge.
En el rubro aceites, lidera nuevamente Viterra, con el 23,1% de las exportaciones, lejos le sigue Molinos Agro. El cuarto y quinto lugar es ocupado por las empresas norteamericanas AGD y Cargill.
Los beneficios otorgados por el Estado a estas empresas mediante la baja en los impuestos (retenciones), mientras millones de familias se endeudan para comer demuestra que las ganancias siderales del sector se mantienen a costa del hambre de las mayorías.
Recordemos que el 42,1 % de les niñes y adolescentes de +2 a 18 años que asisten a comedores y merenderos presentan malnutrición, según el Indicador Barrial de Situación Nutricional (IBSN), realizado en el marco del Observatorio "Argentina contra el hambre". Hace tan solo unas semanas, el ministro de Desarrollo Social Daniel Arroyo reconoció que a pesar de la reactivación económica, 10 millones de personas asisten a los comedores y merenderos para alimentarse.
El carácter extranjerizado del sector tira por la borda cualquier promesa del gobierno nacional alrededor de la "soberanía alimentaria": cuando había que apostar a ella frente al quiebre de Vicentin, el gobierno decidió priorizar los intereses privados. Como afirma Gastón Caligaris, Doctor en Ciencias Sociales, y miembro del Centro para la Investigación como Crítica Práctica, si bien el kirchnerismo postula discursivamente a los terratenientes como sus enemigos, bajo sus gobiernos han sido beneficiados con rentas extraordinarias.
El viento en popa en los negocios de las agroexportadoras dejan claro dos cuestiones: que el hambre de millones no se explica por la escasez de recursos alimenticios en el país, y que la emergencia alimentaria que reconoce el propio ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, tiene solución. La nacionalización del comercio exterior mediante la expropiación de las grandes agroexportadoras permitiría que ni un pibe más pase hambre en la Argentina.
Redacción
Redacción central La Izquierda Diario