El sábado 6 de mayo, las agrupaciones peronistas de la Universidad Nacional del Comahue se pusieron de acuerdo para concretar un fraude en la Federación. Con actas de elecciones de 2019, pretenden convalidar los delegados que se acreditarán a este congreso completamente ilegítimo, a espaldas de los y las estudiantes, que confirma el vaciamiento de la FUC.
Martes 2 de mayo de 2023
¿Qué es la Federación Universitaria del Comahue?
En primer lugar, es importante saber que la Federación Universitaria del Comahue es una herramienta de coordinación del conjunto de los Centros de Estudiantes de la región a través de sus representantes. O mejor dicho, así debería ser. Sin embargo, hace años dejó de jugar, ni siquiera formalmente, ese rol.
La conducción de la Federación es elegida por los y las delegadas surgidas de las elecciones de Centros de Estudiantes de cada Facultad, con un sistema de proporcionalidad según la cantidad de estudiantes. Dichos delegados y delegadas son quienes dan el presente cuando la conducción de la Federación convoca a un Congreso de Elección de Representantes. El último en realizarse fue en 2019 en el cual, las agrupaciones alineadas al gobierno nacional MILES y CEPA, obtuvieron la presidencia de la FUC. Desde aquél año, no se ha vuelto a convocar ningún congreso, no sólo para definir con este método poco democrático a la presidencia, sino ni siquiera para debatir los grandes problemas que nos atravesaron a los y las estudiantes en estos 5 años. Está demostrado que ya nadie conoce de la existencia de la FUC, su rol, y a sus representantes.
Sin embargo, esto no siempre fue así en la historia y es importante debatir la importancia de recuperar Centros y Federaciones que se propongan organizar verdaderamente al movimiento estudiantil del Comahue para los tiempos que corren, en los que el ajuste económico, la expulsión de miles de estudiantes cada año por falta de políticas de ingreso y permanencia a la universidad pública y el recorte de presupuesto, golpean sobre el conjunto de la comunidad académica.
Una Federación ausente en la pandemia
Allá lejos por 2019, y como cada año, en todas las facultades de la UNCO se realizaron elecciones estudiantiles para renovar las conducciones de los centros de estudiantes. Luego, en 2020 y 2021, la pandemia obligó a la virtualidad y las conducciones de los centros de los estudiantes sostuvieron sus mandatos, frente a la imposibilidad de realizar elecciones.
Sin embargo, muchas agrupaciones interpretaron la pandemia como un impedimiento para todo, no solo para realizar elecciones. Así estuvieron ausentes, en primer lugar, en las enormes dificultades que implicó la virtualidad. Dejaron en banda, como sus propios compañeros y compañeras de cada Facultad les dijeron, a miles de estudiantes que de pronto se encontraron sin información para dar respuesta a las inquietudes de la comunidad estudiantil; no tenían respuestas a los reclamos por la falta de dispositivos, por la falta de conexión, por la dificultad de acceso a las plataformas de conexión, el cierre de los comedores universitarios en cuarentena -hubo estudiantes que tuvieron que autoorganizarse para repartir los bolsones de comida sus compañeros que lo necesitaban-, la vuelta a sus localidades de origen de quienes no pudieron sostener más las cursadas.
Y además, fueron indiferentes a las principales luchas que se llevaron adelante en la región: como la de los mineros de Andacollo, que protagonizaron una enorme huelga por sus condiciones laborales; la de las familias sin casa de las tomas de Centenario y Casimiro Gomez que enfrentaron los intentos de desalojo; la de las docentes contra las condiciones que imponían los gobiernos con la virtualidad, falta de dispositivos y conexión, etc; la de cientos de jóvenes precarizados que siguieron en las calles contra los despidos y la falta de elementos sanitarios de cuidado frente al Covid; la de las gestiones obreras que mantuvieron sus máquinas funcionando y, en el caso de las Obreras Textiles, reconvirtieron su producción confeccionando barbijos y otra ropa hospitalaria; y ni hablar de la lucha valiente de los y las elefantes de salud que en 2021 paralizaron Vaca Muerta. La FUC estuvo ausente en todas esas luchas.
Por esos años, sólo el Centro de Estudiantes de Humanidades (CEHUMA), bajo la conducción de EnClaveROJA-PanyRosas y el Frente de Izquierda, fue parte activa de cada uno de estos procesos, demostrando que la pandemia no podía ser sinónimo de que avancen sobre los derechos de la clase trabajadora, la juventud y sus familias.
Una Federación en silencio, cómplice del ajuste de los gobiernos y el FMI
Si algún estudiante esperanzado se pregunta si al menos han tomado posición respecto de los grandes problemas que afectan a nuestra universidad, hay que decir que también ahí la FUC brilló por su ausencia. Un instagram inactivo desde 2020 y un facebook que desde noviembre de 2022 no tenía novedades hasta la convocatoria de este congreso trucho. Es decir, que ni siquiera se pronunciaron en rechazo del ajuste a las universidades públicas del 18% que el propio gobierno nacional al que apoyan, llevó adelante. Y que lo hizo con el aval de la oposición de derecha. Un ajuste que tiene larga data y se profundiza año a año, más aún de la mano de la economía atada al FMI que resolvieron juntos el Frente de Todos y Juntos por el Cambio en sus respectivos gobiernos.
Sus representantes estudiantiles en el Consejo Superior de la UNCO ni siquiera pidieron la palabra para hacer alguna mención a este avance contra la universidad pública y terminaron votando a favor del recorte.
Te puede interesar: Un nuevo presupuesto de ajuste para la Universidad Nacional del Comahue
Te puede interesar: Un nuevo presupuesto de ajuste para la Universidad Nacional del Comahue
Sobre esta pasividad -que impulsa y alimenta la conducción de la Federación- en tiempos donde estudiar se hace cada vez más difícil, se montan los discursos de privatización de la universidad pública que impulsan Milei y compañía. Pero no es que "no se podía hacer nada", como se defienden MILES y la CEPA, sino que fue una definición política de las agrupaciones del Frente de Todos dejar correr inmóviles las consecuencias de las políticas que se implementaron en pandemia y los ataques a la universidad que hoy afectan concretamente las posibilidades de continuidad de miles de estudiantes.
Una Federación antidemocrática
En 2022, cuando en la mayoría de las facultades de ambas provincias se volvió a la presencialidad, algunas agrupaciones estudiantiles realizaron nuevas elecciones para renovar las conducciones de los Centros de Estudiantes: fue el caso del CEHUMA, el resurgimiento del CETRASO (Trabajo Social), el Centro de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, de Ciencias de la Educación entre otros. Sin embargo, más de la mitad de las facultades no realizaron elecciones y los mandatos de sus conducciones se encuentran vencidos desde 2020. Entre ellas se encuentran facultades enormes, con las matrículas más grandes como Ingeniería, Economía, Informática, Ciencias del Ambiente y la Salud.
Es en esta situación absolutamente irregular que las agrupaciones que quedaron formalmente en la presidencia de la FUC, el MILES y la CEPA -corrientes alineadas al gobierno nacional- deciden impulsar un nuevo Congreso de la Federación. Lo hacen 5 años después, sobre la base de los y las delegadas surgidas de las elecciones de 2019 y con el aval de las agrupaciones que quieren aprovechar esta convocatoria para hacerse de la conducción, como Aluvión (también alineada al gobierno nacional). Un verdadero fraude por donde se lo mire.
El planteo del Frente de Izquierda
Las agrupaciones estudiantiles del Frente de Izquierda denuncian la situación como un robo de la Federación por parte de estas agrupaciones para un uso político en función de sus intereses, en alianza con las gestiones de cada Facultad. En consulta con La Izquierda Diario, Flor Beltran, presidenta del CEHUMA planteaba que “lejos de estar preocupados por cómo hacer de la Federación Universitaria del Comahue una verdadera herramienta de lucha, organizada desde abajo y de forma democrática, que se proponga articular las demandas de cada una de las facultades donde estamos, que son muchas y profundas; que se prepare para enfrentar los ataques sobre la educación pública que se avecinan y que una su fuerza a la de quienes enfrentan el ajuste, lo que va a suceder el sábado es una burla a los y las estudiantes. Estas agrupaciones van a presentarse el sábado a acreditar delegados surgidos de elecciones del año 2019, entre cuatro paredes, sin haber involucrado al estudiantado del Comahue -que además ni sabe que existen-, porque no ven a la Federación en ningún lado salvo cuando algún funcionario los llama para la foto”.
Agustín Donnadieu, consejero estudiantil en la Facultad de Ciencias Sociales y Derecho agregó que “estas agrupaciones son las que sus facultades avalan los convenios con las petroleras y empresas multinacionales, que defienden la generación de “recursos propios” con los que financian posgrados, especializaciones y compra de materiales que el Estado no garantiza, obturando cualquier discusión democrática sobre qué herramientas de organización necesitamos las y los estudiantes. No estamos dispuestos a aceptar esta falsa normalidad, un supuesto orden para que pasen el ajuste sin problemas: queremos prepararnos junto a quienes ven con preocupación los problemas estructurales que nos afectan a estudiantes y docentes, por la falta de presupuesto, la inflación, el alto costo de los alquileres, la falta de comedores universitarios y becas de estudio y transporte, que ya se están agudizando, expulsando a miles de la UNCo”
Para finalizar Flor agregó que “nuestro llamado al resto de las corrientes de izquierda y a las que se opongan verdaderamente a este mecanismo, es a no acreditar delegados y delegados que avalen esta verdadera truchada. Esto no significa paralizar la Federación, como algunos se atrevieron a plantear, sino contraponerle otro mecanismo: el impulso de asambleas interfacultades y coordinadoras de los centros de estudiantes con delegados y delegadas votadas por las asambleas en cada facultad, para empezar a pensar planes de lucha. Extenderse los mandatos por 5 años, como defienden no solo MILES y CEPA sino agrupaciones como Aluvión, que pretende hacerse de la presidencia de la FUC en estas condiciones, no es una forma democrática para resolver la parálisis de la Federación. Solo el debate de ideas de forma democrática y la unidad de los y las estudiantes con el pueblo trabajador y los sectores populares nos pueden preparar para intervenir en común en las luchas que, más temprano que tarde, resurgirán en la región y en todo el país, en respuesta a la crisis económica, política y social que estamos viviendo y nos quieren hacer pagar a la juventud y la clase trabajadora”.