El aumento considerable de casos de covid-19 en el Valle de Traslasierra, en la provincia de Córdoba, anticipa un pronóstico de colapso sanitario.
Miércoles 19 de mayo de 2021 09:13
Muchas denuncias llegaron de parte de pacientes, familiares y el personal de salud alertando la situación.
La alta complejidad para el valle de Traslasierra está sólo en las noticias.
El sistema sanitario de la zona serrana cuenta con sólo dos hospitales, uno en la localidad de Mina Clavero dedicado a la atención de pacientes con Covid. Desde el comienzo de la pandemia sólo cuenta con 8 respiradores para pacientes críticos.
Otro es el Hospital Regional de Villa Dolores que originalmente fue destinado a atender el resto de las patologías. Estos dos hospitales atienden los departamentos San Javier, San Alberto y Pocho.
El sistema sanitario de Traslasierra se completa con los dispensarios y hospitales municipales de los tres departamentos que se avocan a la atención primaria de la salud.
El personal de salud ha hecho llegar su denuncia informando que; “las camas del Hospital Luis M. Bellodi están ocupadas en el 100%, solicitamos a la Ciudad de Córdoba el traslado de los pacientes pero no hay cama en dicha ciudad.” El resultado es que se han ocupado las camas del Hospital Regional de Villa Dolores, hospital que no estaba destinado para pacientes con covid-19.
Andrea, tuvo a su padre internado en el hospital se comunicó con este medio contando que “en el hospital hay camas en los pasillos, mi papá que está contagiado de covid-19, como no había cama en Mina Clavero ni en Córdoba, lo han derivado a Villa Dolores. Hoy está en casa con suero puesto”. Además nos contaba que “no hay personal suficiente para atender a los pacientes, en el turno noche había un sólo enfermero para toda la guardia".
La segunda ola en los pequeños pueblos de Traslasierra
Pensar en salud, implica pensar además en la atención primaria y en el primer nivel de atención. En los dispensarios están enfermeros, técnicos en emergencias, médicos que son esenciales y están en la primera línea desde el comienzo de la pandemia. Hoy hacen llegar sus denuncias porque están cansados, deprimidos, sobreexigidos por estar a disposición durante jornadas extenuantes sin descanso, con salarios a la baja, con contratos mensuales sin estabilidad laboral, totalmente precarizados. Esas son las condiciones en las que se trabaja en el interior de la provincia, en los pueblos alejados de las ciudades cordobesas.
En algunos parajes del Valle de Traslasierra, Eugenia cuenta que “en los dispensarios o salas de salud municipal los trabajadores llegamos a cobrar $ 10.000 al mes, estamos a disponibilidad para traslado de pacientes o para operativos por covid-19, no hay ni siquiera guantes, y escasea el oxigeno en ambulancias para los pacientes que lo necesitan.”
¿Qué se necesita para enfrentar la segunda ola de COVID?
Lo que sucede en Traslasierra no es ajeno a lo que vive el interior de la provincia y hasta la misma capital de Córdoba. El personal de salud denuncia que no se informa acerca del aumento de los casos, que son insuficientes los puntos de testeo, de seguimiento de los pacientes, que se está ocultando información y que no hay recursos ni personal. Lejos de incorporar más personal se despiden trabajadores como fue el caso del odontólogo despedido en San Vicente por exigir mejores condiciones, de esta forma se deja sin atención en otras áreas a la población. Vergonzoso.
Es urgente poner todos los recursos a disposición de los trabajadores de la salud, los docentes y las familias trabajadoras. Para frenar el contagio se requieren testeos masivos y seguimiento de los casos, campaña de vacunación masiva. Es posible prevenir mayores contagios.
Por su parte la legisladora Noel Argañaraz del Frente de Izquierda hizo un pedido de citación para que se presente el ministro de salud a la legislatura e informe acerca de la situación. Hay un silencio atroz, el gobierno oculta información.
No se puede seguir sin vacunas, sin camas, sin recursos, sin personal. Es necesario que en cada hospital o dispensario, los trabajadores y usuarios se organicen para exigir medidas sanitarias y recursos a la altura de las circunstancias. La vida de los trabajadores importa.