Fue en el marco de la 75° Asamblea de las Naciones Unidas. A pesar de haber criticado el “endeudamiento tóxico e irresponsable” agradeció el apoyo internacional en la renegociación de la deuda y aseguró que será responsable con los compromisos contraídos con el FMI. Llamó a un acuerdo colectivo para un supuesto “crecimiento inclusivo de las naciones”.
Miércoles 23 de septiembre de 2020 12:29
Foto: Tiempo de San Juan
En su discurso de 15 minutos, tiempo otorgado a los mandatarios de los distintos países que participaron de la conferencia virtual, el presidente argentino abundó en frases abstractas como “globalizar la solidaridad” en el mundo, y en definiciones difíciles de tomar por reales como “el verdadero progreso se construye con todos adentro”. Invocó al Papa Francisco y llamó a ser “arquitectos de una casa común” en referencia a la tensa relación entre los Estados que se da en estos años. Resaltó las medidas tomadas en el país contra la pandemia del Coronavirus, condenó “el terrorismo en todas sus formas” y reivindicó los derechos de soberanía de la Argentina sobre las Islas Malvinas.
La cuestión de la deuda externa fue un punto que el presidente abordó más de una vez en su exposición. Agradeció el apoyo recibido por diversos países y organismos como el FMI para poder llegar a un acuerdo con los acreedores internacionales, en referencia al acuerdo que implicó una mejora en la oferta argentina a favor de los especuladores de 17.000 millones de dólares respecto de la oferta inicial.
Llamativamente ese agradecimiento fue hecho a la par de criticar el tipo de “endeudamiento tóxico e irresponsable” pero que sin embargo el gobierno de Alberto Fernández terminó convalidando. A la vez recordó que Argentina será “responsable” con sus compromisos de deuda con el FMI, con quien ya se encuentra en negociaciones para renegociar su deuda.
En un pasaje de su intervención señaló que ningún país puede pagar su deuda “a costa de que su pueblo quede sin salud, sin educación, sin seguridad o sin capacidad de crecer". Una afirmación que quitando el tema de la “seguridad”, en el cual se pudo ver su “compromiso” reforzando el envío de miles de efectivos a las barriadas populares, pareciera no aplicarse para el país que él mismo conduce.
Con una pobreza cercana al 50 %, con un sistema de salud en el que varias provincias muestran signos de saturación de su capacidad y con una perspectiva de crecimiento que no llega a la mitad del anterior a la pandemia, las palabras emitidas por Fernández no parecen más que frases vacías. Los hechos parecieran mostrar que sus planes para el país son de ajuste, como lo refleja el presupuesto 2021 presentado por el oficialismo, en el que se recorta un 12 % en términos reales de las partidas sociales, y un 9,4 % en áreas claves como Salud.
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Además de reivindicar los derechos de soberanía sobre las Islas Malvinas y ratificar el reclamo argentino a las autoridades de la República Islámica de Irán en cuanto a la cooperación por el atentado a la AMIA, sostuvo que "las banderas de memoria, verdad y justicia guían las instituciones" de la democracia argentina. Recordemos que bajo su mandato se produjo la desaparición forzada seguida de muerte del joven Facundo Astudillo Castro, en el que se encuentra fuertemente implicada una fuerza de seguridad estatal y donde desde el propio gobierno se mantiene en el poder al responsable de esa fuerza policial, Sergio Berni.