Alberto Fernández se reunió con la CGT y la CTA para presentar el proyecto de “comités mixtos de seguridad e higiene laboral”. Si son aprobados: ¿Cómo serán? ¿La CGT y la CTA harán asambleas para discutirlos o se viene la rosca con las patronales?
Lucho Aguilar @Lucho_Aguilar2
Miércoles 6 de octubre de 2021 14:30
👷🏻♀️ Las claves del proyecto del gobierno, que avalan CGT y CTA | El análisis de Lucho Aguilar - YouTube
Alberto Fernández se reunió este miércoles con las cúpulas de la CGT y las CTA. En la reunión participaron, entre otros, Héctor Daer, Carlos Acuña y Hugo Yasky.
Fue para anunciar, como parte de la campaña electoral, la propuesta de creación de “comités mixtos de seguridad, salud, medio ambiente y prevención de riesgos en el trabajo”. El proyecto original fue presentado por Hugo Yasky con diputadas y diputados “sindicales” del Frente de Todos, afinado por los ministros Claudio Moroni (Trabajo) y Elizabeth Gómez Alcorta (Mujeres, Género y Diversidades). Paréntesis: ¿alguien recuerda en qué quedó el proyecto de reducción de la jornada laboral?
Sigamos. Tras las brutales consecuencias de la pandemia en los lugares de trabajo y transporte, del acuerdo flexibilizador en Toyota, el oficialismo y las cúpulas sindicales intentan mostrar un rostro un poco más amigable. Por eso Daer dijo que el proyecto "muestra claramente hacia dónde va un proceso político que marca el diálogo entre trabajadores y empresarios en la asignación de derechos y mejores condiciones laborales".
Desde algunos diarios ligados a los empresarios ya hicieron críticas. Es que empieza la rosca para su tratamiento: golpean para negociar cambios. ¿La CGT y la CTA harán asambleas para saber qué opinan las y los dueños de los cuerpos sobre los que van a legislar? Por ahora ni una palabra.
⚠️ El Poder Ejecutivo oficializó esta tarde el proyecto de ley de Comisiones Mixtas de Seguridad e Higiene en los ambientes laborales.
¿Sabés de qué se trata? 🤔👇🏼 pic.twitter.com/G160epIbeh
— Hugo Yasky (@HugoYasky) October 6, 2021
Uno se quiere entusiasmar: una medida pensada para cuidar la salud y las vidas trabajadoras. Pero cuando se apagan los micrófonos de campaña y uno analiza el proyecto, empiezan las dudas.
Veamos los 5 problemas centrales, de lo que se conoce del proyecto.
1. Comités mixtos: cuidando el gallinero con el lobo
Como el título lo indica, los comités serán “mixtos”, o sea integrados de manera paritaria por representantes de la empresa y “de los trabajadores” (artículo 3). Esto le impone un primer límite: no se tratará de un organismo obrero o sindical independiente, sino que estará subordinado a una rosca permanente con los mismos que todos los días toman la salud trabajadora como un casillero más de sus registros contables. Esa falta de independencia queda clara en otras condiciones: las partes no podrán actuar directamente sino que tendrán que pedir la intervención del Ministerio de Trabajo como "autoridad de aplicación" (artículo 6); no se superpondrán con las ART, que seguirán teniendo sus potestades. El diario Ambito adelanta que el tratamiento “promete alguna controversia con las cámaras patronales por el acceso a la información de las empresas”, lo que confirma que las empresas pondrán todos los palos en la rueda posibles.
El espíritu de conciliación al que está atado el comité queda claro en sus fundamentos: "como dice el convenio 155 de la OIT, las legislaciones nacionales deben prever la cooperación de los trabajadores en el cumplimiento de las obligaciones del empleador".
Hoy existen estos organismos mixtos en algunas provincias como Santa Fe y en varios convenios colectivos. ¿Y han servido? En las cerealeras, acerías o campos santafesinos siguen los crímenes patronales, igual que en gremios o empresas que lo tienen firmado.
2. ¿Se está por caer un compañero? Llene este formulario…
Las “facultades” del comité serán limitadas (artículo 5). Podrán pedir informes, hacer “recorridas” y cursos, pero cuando haya un “riesgo grave e inminente para la seguridad y la salud de los trabajadores” no tendrán la potestad de detener ninguna máquina o línea (artículo 8). Si le reclaman al supervisor y no responde (no importa cuando leas esto), “podrá recurrir a la autoridad de aplicación”. Solo el Ministerio podrá paralizar tareas. Si ocurre fuera del horario del ministerio, puede dejar un mensaje o llamar al otro día. Si está a tiempo...
La historia de la clase trabajadora muestra que solo cuando se toman medidas de fuerza las patronales aceptan discutir los “riesgos” laborales. Desde las huelgas de la construcción de 1936 a las de Astarsa o Insud en los 70, llegando a los casos más recientes del Subte, Zanon o Donnelley.
3. ¿Tu salud y tu vida en manos de Gerardo Martínez o Ricardo Pignanelli?
El problema no es solo que sean mixtos, sino la “elección de los miembros” quedará en manos de la “entidad sindical”, no de los trabajadores y trabajadores de ese lugar (artículo 2). Una de las tantas opciones es que sean integrantes de las comisiones internas, pero en cualquier caso serán "elegidos a dedo" por el sindicato. Habría “paridad de género”, algo que la CGT no respeta hace 20 años.
Los sindicalistas de la UOCRA o la UATRE, desde sus cómodos sillones, elegirán sus “delegados”. Los mismos que dejan caer de los andamios a miles de albañiles todos los años, o trabajar en pésimas condiciones a las cosecheras. O Pignanelli (SMATA), que en Toyota les sacó el sábado de descanso a los músculos. Y claro, Naldo Brunelli (UOM) velará para que no exploten los hornos en las siderúrgicas y el propio Daer para que las enfermeras tengan los descansos y elementos necesarios.
Lo mismo vale para un punto sensible del proyecto: la violencia y el acoso sexual. Un tema que afecta, sobre todo, a miles de trabajadoras. Las patronales y la burocracia casi siempre dejan correr la violencia machista, cuando no son parte directamente. Lo saben las obreras de Mondelez, que en el 2011 pararon en repudio a la suspensión de una compañera que denunció un acoso por parte de un jefe. Y en 2019 le impusieron un paro a la comisión interna y el sindicato por un caso de violencia de género.
¿Pueden confiar en que un comité mixto de burócratas y gerentes va a estar con ellas?
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4. Sigue el negocio de las ART
Más allá del debate sobre los “poderes” y ataduras de los comités, hay algo que no podemos perder de vista. Todas estas medidas siguen siendo no solo en el marco de un sistema de riesgos de trabajo heredado del menemismo, donde la salud de millones es un negocio. Las Aseguradoras de Riesgos de Trabajo administran un sistema destinado a abaratar los gastos derivados de la explotación capitalista, sean asesinatos laborales o enfermedades. Según el proyecto, el comité participará "de todas las facultades y obligaciones que concede la ley 24557 de ART". Recordemos que para que la “economía funcione a pleno” en la pandemia, el covid-19 se transformó en una “enfermedad profesional no listada” y las ART se encargaron de administrar pérdidas y ganancias. 16 muertes laborales por día vivimos, solo entre trabajadores reigstrados.
Un dato interesante: durante el menemismo Alberto Fernández y Claudio Moroni eran funcionarios de la Superintendencia de Seguros. ¿Por qué cuestionarían a sus amigos?
5. Un proyecto de campaña para negociar con la UIA y la oposición de derecha
Por ahora se trata de un proyecto, no lo olvidemos. Redactado por las y los diputados sindicales, corregido por los funcionarios y “tanteado” con algunas cámaras empresarias. Estas semanas será utilizado como relato de campaña. Luego vendrán las negociaciones. Con la Unión Industrial Argentina, como siempre. Dentro del mismo bloque de la coalición de gobierno, que tiene sus matices. Finalmente en las comisiones con Martín Lousteau (senadores) y Cristian Ritondo (diputados), que para generar empleo en los últimos meses presentaron proyectos antiindemnizaciones y de contratos basura, respectivamente. Una garantía.
¿Y a vos quién te preguntó qué opinás?
Hay otra historia, otro proyecto
Este miércoles se conoció el proyecto oficial. Por lo que analizamos, no parece que vaya a cambiar la realidad cotidiana de quienes hacen funcionar el país.
Lo cierto es que la historia de la clase trabajadora tiene miles de páginas sobre huelgas y rebeliones en defensa propia. Hace pocos días se cumplieron 20 años de gestión obrera en Zanon. Uno de sus primeros hitos fue la huelga de 9 días tras la muerte del joven Daniel Ferrás, que impuso una comisión de seguridad e higiene con mandatos de base. Los accidentes graves empezaron a bajar y directamente se terminaron en la fábrica sin patrón. MadyGraf cumplió 7 años el mes pasado. Una de sus grandes peleas fue por controlar la seguridad e higiene por parte de la comisión interna, cuyos delegados hacían encuestas de salud por sector y paraban las líneas cuando había riesgos. Como olvidar ese grito solidario que paró Kraft en 2011 y 2019, con el grito de "No estás sola" ante las compañeras víctimas de acosos y violencia. Durante la pandemia, en algunos Suteba opositoras las docentes pusieron en pie comisiones de seguridad de higiene independientes, porque las medidas de Roberto Baradel no garantizaban la presencialidad segura. También en el Subte los delegados paralizaron el servicio ante las condiciones inseguras que imponía Metrovías, que por eso los quiso despedir. Las movilizaciones de las familias de "Mechi" Cantero, "Chochy" Stauffer, Matías Dimuro o David Ramallo, encabezada por sus madres, son otro grito de dolor y lucha.
El Frente de Izquierda plantea: comités de seguridad e higiene democráticos, elegidas por las bases y controladas en asambleas, con capacidad para imponer protocolos y paralizar la producción o sectores cuando sea necesario. Y le exige a las centrales y sindicatos que no negocien las vidas trabajadoras entre cuatro paredes: asambleas para discutir lo que opinan los millones que ponen el cuerpo.
Lucho Aguilar
Nacido en Entre Ríos en 1975. Es periodista. Miembro del Partido de los Trabajadores Socialistas desde 2001. Editor general de la sección Mundo Obrero de La Izquierda Diario.