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Red Internacional
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Cumbre del G7. Alemania: Miles protestan contra la cumbre de los G7 a pesar de represión policial

El sábado, 6.000 personas se manifestaron en Múnich en el sur de Alemania contra la cumbre del G7, contra la guerra, el rearme imperialista, la pobreza y la destrucción del medio ambiente. La policía atacó la manifestación varias veces.

Domingo 26 de junio de 2022 17:48

Los gobernantes de los siete países más poderosos de Occidente se reunirán como G7 en el castillo bávaro de Elmau, cerca de Garmisch-Partenkirchen, a partir de este domingo para debatir cuestiones geopolíticas y económicas. El tema principal será la guerra de Ucrania, así como la política energética y medioambiental y la inminente crisis del hambre en el mundo. Ya desde mucho tiempo, el formato ha sido criticado por ser una reunión de los Estados imperialistas más influyentes, ellos mismos responsables de la guerra, la pobreza y la destrucción del medio ambiente en todo el mundo.

Por lo tanto, este fin de semana hay de nuevo grandes protestas, el sábado en Múnich y el domingo y el lunes en Garmisch. El recinto de la conferencia de Elmau está ampliamente acordonado por la policía y las vallas de protección. Una amplia alianza de organizaciones de la sociedad civil (ONG) había convocado la manifestación en Múnich, entre ellas asociaciones de protección del medio ambiente como Greenpeace y el WWF, así como organizaciones humanitarias e incluso de la Iglesia. La manifestación estaba anunciada para 20.000 participantes, al final acudieron 6.000, principalmente de la izquierda radical. Los grupos anticapitalistas habían viajado desde toda Alemania a la manifestación y habían puesto en el centro su oposición a la guerra y al rearme, así como las cuestiones sociales.

Las ONG sólo exigen reformas del G7

Las ONG han ocupado la mayor parte del tiempo de intervención en el escenario, pero luego apenas se han movilizado. La razón se vio inmediatamente en el contenido de sus discursos: Greenpeace, por ejemplo, pidió la independencia energética de Rusia "para no financiar la guerra de Putin", lo que coincide con la política del gobierno alemán. Aunque criticaron que el Gobierno quiera ahora importar gas de otros países como Qatar o Estados Unidos, pero fundamentalmente están de acuerdo con el curso de Ucrania del canciller socialdemócrata Olaf Scholz y la ministra del Exterior Annalena Baerbock de los Verdes. Por otro lado, desde las ONG no dijeron nada sobre la cuestión de las entregas de armas o las sanciones económicas que contribuyen significativamente a la inflación en todo el mundo.

Otras ONG esperan que el G7 simplemente tendría que hacer una mejor política en lugar de formular una crítica de fondo. El representante de Campact, por ejemplo, dijo: "Pedimos al G7 que deje de hacer políticas neoliberales para los bancos y las empresas, y que tome decisiones para el futuro de todos nosotros.“ Esto no deja de ser una cierta ironía en un momento en el que el gobierno alemán subvenciona a las empresas petroleras con una rebaja de impuestos para los carburantes que las empresas puserion en sus propios bolsillos, o cuando el ministro de Finanzas Christian Lindner de los Liberales pide exenciones fiscales para las empresas al tiempo que advierte de cinco años de vacas flacas, o en el que el ministro de Economía Robert Habeck de los Verdes declara que el gas ya es un bien escaso. Los G7 hacen política para las grandes corporaciones precisamente porque quieren mantener y mejorar su posición en la competencia capitalista global. El lema de las ONG para una “reforma“ del G7 es como intentar educar a un tiburón en el vegetarianismo. No ofrecen soluciones, como exige Campact, son ellos mismos el problema. Al mismo tiempo, también hubo discursos más izquierdistas, como el de un activista argentino de Deuda por el Clima, que pidió la anulación de la deuda externa y subrayó que sólo la cooperación de la clase trabajadora internacional puede construir una sociedad mejor.

Las dirección sindicales y el partido reformista Die Linke no se sumaron a la movilización

Los sindicatos no se han movilizado en absoluto para las protestas, a excepción de algunos miembros de base. Las cúpulas sindicales respaldan el rumbo del gobierno y -con la excepción de las actuales huelgas en los puertos marítimos- se niegan a luchar por un aumento de los salarios por encima del nivel de inflación del ocho por ciento. De este modo, están aceptando una reducción del nivel de vida de los trabajadores en interés del imperialismo alemán, que se está armando para sus próximos desafíos geopolíticos.

Especialmente perjudicial fue el comportamiento del partido Die Linke, que -aunque se declara parte de los movimientos sociales- prefirió celebrar su conferencia de partido en el mismo fin de semana de la protesta. Aunque algunas secciones locales participaron, la ausencia de la dirección del partido demostró que no prioriza el apoyo a una de las movilizaciones más importantes del año contra las políticas de los estados imperialistas más poderosos.

La policía ataca la manifestación

Hacia el final de la manifestación, la policía atacó el bloque anticapitalista después de que dos policías “en civil“ sacaran a un manifestante del bloque sin motivo alguno. Nueve personas fueron detenidas, seis de las cuales siguen bajo custodia policial un día después. Ahora van a ser juzgados por un magistrado.

Incluso de camino a casa, los participantes fueron acosados por la policía. Fueron rodeados bajo el sol abrasador, se les tomaron sus datos personales y fueron registrados individualmente por la policía. Este procedimiento era una práctica habitual de la policía hasta altas horas de la noche. También hubo comentarios y controles transfóbicos.

La policía intentó intimidar a los manifestantes con 18.000 agentes. Se desplegaron 3.000 para la demostración en Múnich. Condenamos la represión policial y nos solidarizamos con los detenidos y afectados por la violencia policial. No debemos dejar que esto nos disuada de salir a la calle en el futuro por un mundo justo.

El domingo, las protestas continuaron en Garmisch con miles de participantes. También en este caso, la policía ha empezado a acosar y atacar a los manifestantes con un contingente masivo.

Charla-debate antiimperialista en Múnich

Ya el viernes, como RIO (Organización Internacionalista Revolucionaria) organizamos un evento sobre la cumbre del G7 con nuestro periódico Klasse gegen Klasse. Participaron 65 personas de diferentes organizaciones de izquierda y particulares. Juntos discutimos la actual militarización, la alta inflación y la amenaza de la catástrofe climática.

Diferentes camaradas de nuestra corriente internacional FT-CI (Fracción Trotskista - Cuarta Internacional) nos enviaron saludos e noticias internacionales. Desde el Estado español se nos informó de la próxima cumbre de la OTAN en Madrid, que tendrá lugar inmediatamente después de la cumbre del G7 en Elmau con los mismos líderes. Un compañero de Argentina informó sobre la huelga de diciembre en Chubut, en la que trabajadores de distintos sectores de la logística y la alimentación se solidarizaron con los activistas del clima. Juntos lucharon contra una ley de minería perjudicial para el clima que planeaba el gobierno y bloquearon el envío de carbón. La ley fue anulada gracias al poderoso movimiento de protesta. Esta experiencia nos muestra cómo el movimiento climático debe luchar en solidaridad con la clase trabajadora por un interés común y qué presión política pueden ejercer juntos fuera del gobierno alemán en tiempos de crisis.

Un camarada de Francia vino y dio una conferencia sobre la situación de la izquierda allí y sobre el perjudicial apoyo del NPA al candidato nacionalista de izquierda Jean-Luc Mélenchon. Habló de la candidatura presidencial de Anasse Kazib, trabajador ferroviario migrante y militante de Révolution Permanente, nuestra organización hermana en Francia. Este ejemplo nos permitió debatir no sólo el impacto de las políticas del G7, sino también la estrategia revolucionaria que se necesita. No podemos confiar en los partidos reformistas como también Die Linke en Alemania, que a pesar de algunas promesas en el gobierno están aplicando ellos mismos políticas antiobreras, sino que debemos construir nosotros mismos una alternativa revolucionaria.

Este artículo fue publicado originalmente en el sitio Klasse gegen Klassen, parte de la Red Internacional de La Izquierda diario.