Festival de Mar del Plata. Ana García Blaya: "Dirigir es también dar la voz para que todxs opinen"

Foto: Lucas Escarbajal

Tu primer película, Las Buenas Intenciones, partió de una vivencia muy personal en relación a tu familia. Si bien estamos en otro momento y "La Uruguaya" parte de una novela la cual fuiste convocada para adaptar al cine, ¿Hubo algo de esta historia que te apropiaste y te empujó aún mas a dirigirla?

En un principio no, era la simple oportunidad de una segunda película, pero sabía que para hacerla iba a tener que apropiarme de esa historia. Después empecé a pensar y dije por ahí es el mismo personaje de la otra peli, inmaduro y huidizo de los problemas, empecé a encontrar todo, incluso que Jazmin (Stuart) me haya llamado para ser Cata, era la misma persona solo que en esta película le hago un poco más de justicia a esa mujer que acompaña a ese inmaduro. Me la tuve que apropiar, hice ese ejercicio y creo que ahora se puede hacer con lo que sea, si te lo apropias podes filmar cualquier cosa.

De la novela a la película encontramos un marcado cambio en la narración que va de un personaje masculino, a uno femenino. ¿Como fue el trabajo con Pedro Mairal, escritor de la novela? ¿Tuviste libertad total para hacer la adaptación?

A Pedro lo tuvimos de amigo desde el principio, hacíamos podcast para los coproductores. El primer podcast que hice fue con Pedro, que contó su experiencia de "Una noche con Sabrina Love", donde él con 28 años decía que esa no era su novela. En ese mismo podcast le dije que salvo que la dirija él, nunca va a ser de la misma manera, y así y todo nadie hace la misma película que se imagina al principio. Unx hace lo que puede, con el presupuesto que tiene, con lxs actores que responden de diferentes maneras. Le dije a Pedro que su libro estaba a salvo, pero que el guión es otra obra, y la película es otra obra diferente incluso al guión, y que iba a ser dirigida por mi que soy mujer y va de la mano de otra visión. Lo entendió inmediatamente, participó del rodaje, de las cosas que fuimos cambiando del guión, hizo de extra, aportó un tema musical, y entendió perfectamente el cambio. Tuve libertad total para hacerlo, lxs demas aportaban pero la desición final la tenía yo.

¿Como fue el proceso de financiación con cientos y cientos de co-productores y un equipo tan grande que participó?

Fue una cosa rarísima, que un ente privado te de la plata y te diga hace lo que quieras es muy difícil, me pareció un escenario ideal. La única condición que nos pusieron fue que comuniquemos todo lo que hagamos, teníamos reuniones virtuales por telegram, estaban anotadas unas 1900 personas de las cuales participaban un promedio de 500, donde ibamos charlando sobre el proceso de la película, se proponían locaciones, se charlaba sobre el guión, el equipo se sorprendió, equipo que fue convocado por mi, no podían creer esto de hacer podcast todos los días. Hernán (Casciari) quería hacer todo totalmente transparente, los productores siempre trabajaron de forma transparente, pero había que ir diciéndole al equipo hace con esto lo que puedas, y todo estaba a la vista de todxs.

Foto: Lucas Escarbajal

¿Como manejaste el tema del casting? ¿Fue a votación?

No todo el casting pero si los protagonistas, lo que no es poco, pero yo hice las combinaciones a votar. Antes de la votación diferentes miembros del equipo dieron su favorito, estuvo muy peleado, yo lo viví como la final del mundo. La pareja que ganó (Sebastián Arzeno y Fiorella Bottaialli) se conoció recién tres semanas antes del rodaje, durante los ensayos, si no había química sonábamos, pero la hubo sin duda.
¿Qué es lo que significa para vos hacer cine desde tu visión de mujer y desde una óptica feminista?
Hacer cine para una mujer ya de por sí es un acto de feminismo, no sabes las que tenés que pelear. Siendo mujer y súper principiante tenía mucho miedo de estar haciendo la película y que no fuera una película feminista, pero feminista desde un punto de vista respetuoso, estar reflexionando todo el tiempo, horizontalizar todo. Es hacer la diferencia desde otro lugar, no es una venganza el feminismo. Todas las desiciones que tomaba las charlaba muchísimo con las compañeras directoras del colectivo al cuál pertenezco, me empujaban a ocupar el espacio y a hacer lo mejor que pueda, que lo iba a hacer muchísimo mejor que si otra vez el lugar lo ocupaba un director varón, charlar con las compañeras me hacía reflexionar mucho. Dirigir también es compartir las desiciones, hablar con la directora de arte que sabe más que yo, con la directora de fotografía que sabe más que yo, primero escucho a las que saben, luego tomo la palabra final. Eso es el feminismo, no si castigamos al varón o no, es dar la voz para que todxs opinen.

En octubre salió la ley que promueve por 50 años más la subvención a la cultura en nuestro país, ley que se gano gracias a la lucha en las calles y la denuncia de todxs en contra del apagón cultural. ¿Cómo vez la actualidad del cine nacional? ¿Crees que alcanza solamente con esta ley?

Ahí estuvimos. Esta ley tiene que estar y es importantísima, pero se está trabajando otro proyecto de ley, una nueva ley de cine que garantince también otras cosas, paridad en las asignaciones, en los jurados y en los comités. Está buenísimo el INCAA pero tiene otra lógica que a veces las mujeres sufrimos más, somos las que más nos mandan a reescribir nuestros proyectos, nos cuestionan mucho nuestras historias. El fomento hay que garantizarlo y está buenísimo pero hay que dar la siguiente batalla, no significa que ya está, la ley es un punto de partida.

¿En qué estas trabajando, cuál es tu nuevo proyecto?

Estoy editando ya desde la pandemia un documental junto a mi compañero editor de "La Uruguaya" que también editó una parte de "Las Buenas Intenciones". Es un documental que lo vamos escribiendo en el timeline, por lo que también es mi co-guionista. Es una historia muy personal, que tiene también humor y cuestiones que a mi me parecen muy importantes resaltar. Se llama "Tiempo de Morir", pero va a ser una película sobre la vida.

(Entrevista por Santiago Garat, Nahuel Sanguinetti y Pedro Garay)