Anahí Benítez fue hallada muerta este viernes. Por el pan y por las rosas: organizarnos en cada escuela para imponer nuestro grito.
Miércoles 9 de agosto de 2017
La realidad nos mostró de la manera más cruda la imperiosa necesidad de organizarnos. El pasado sábado, muchos estudiantes de Lomas de Zamora planteábamos marchar al Congreso y exigir la aparición con vida de Anahí, pero lamentablemente nuestra marcha se convirtió en otro grito de Ni una menos, junto al movimiento de mujeres.
Mientras movíamos cielo y tierra para buscarla, con marchas y volanteadas presionando al gobierno municipal, provincial y a la policía para que la encuentren, en la tele todo era circo. Nos tuvimos que bancar que los medios tengan el tupé de felicitar a la policía local: ¡hallaron el cuerpo sin vida seis días después a quince cuadras de su casa! Los mismos que entraron al ENAM, donde estudiaba Anahí, y que se llevaron a su amigo en un patrullero, la misma policía vinculada a las redes de trata que tantas pibas desaparecen. Que no te la cuenten: sabemos que la policía es cómplice.
Ni hablar de la crueldad que tuvieron los medios a la hora de manejarse. Se lanzaron sobre la primicia, cruzando todo tipo de fronteras para alimentar una morbosidad gigante, hablando de todos los detalles escalofriantes y mostrando todas las imágenes crudas que podían encontrar, sin importar cuanto afecte a la sensibilidad de su familia y amigos, sin importar que nada tienen de necesarios, sin importar que con esas coberturas Anahí fuera otra vez violentada, ahora por los medios, como sucede ante cada caso. Así es como, mientras el tiempo corría y otro femicidio se consumaba, ellos eran funcionales a la estrategia de encubrimiento.
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El decano de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora dijo que donde encontraron a Anahí "es como un campo". Una falta de respeto. ¿Acaso el decano no sabe que Santa Catalina, donde pasamos tardes de nuestras vidas, es una reserva natural amparada por una ley que establece responsables municipales y provinciales? El bosque es un lugar al que vamos para divertirnos y pasar el rato. Que no nos vengan a decir que es un ‘descampado peligroso’, bien sabemos que si hay cuerpos sin vida ahí no es por la desolación del paisaje, sino porque hay gobiernos cómplices y responsables directos que no se ocupan de las condiciones necesarias para su uso. ¿Así nos cuidan?
Fue una semana intensa, de búsqueda, corridas, angustia y mucha bronca. Vivimos en carne propia lo más asqueroso de esta sociedad. Este sistema capitalista y patriarcal se cobró una vida más. Si, todo el tiempo vemos que muere una mujer cada 18 horas. Y cuando conocés a la persona y pasan estas cosas, es como un baldazo de agua fría. Una más, cuando dijimos Ni Una Menos. Una más que te demuestra que en este sistema nuestras vidas tienen muy poco valor. Alguien que es arte, como Anahí, un día puede ya no estar. Duele. Y nos da bronca, porque la vida es hermosa, y en nuestras cabezas no cabe la posibilidad de que se la sigan arrebatando a más pibas. Por eso salimos a la calle, por eso alzamos nuestra voz el sábado que pasó, porque no estamos dispuestos a permitir que nos sigan matando.
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Los estudiantes y la comunidad educativa nos pusimos a la cabeza de la búsqueda de Anahí, lo tomamos en nuestras manos. Sabemos que el Estado es cómplice y con todas sus instituciones garante de que ella. igual que otras tantas pibas, ya no estén con nosotros. ¡Ella y cuantas más!
En la zona sur de Buenos Aires dimos una gran pelea. Fuimos la expresión de ese gran movimiento de mujeres que se levantó en Argentina y tantos otros países del mundo, movimiento del que Anahí también era parte. Una piba que no agachaba la cabeza y quería transformarlo todo. Con los valores y las experiencias que nos dejan las escuelas como el ILZ o el ENAM, donde se respira lucha, supimos gritar Ni Una Menos una vez más. Gritamos bien fuerte que Vivas nos queremos y demostramos que la salida para tanta violencia y tanta impunidad que garantizan los gobiernos y las instituciones del Estado, como la justicia o la policía, es nuestra organización. Marchamos por Anahí, con su foto y sus banderas en alto.
Anahí, sos bandera. Ya les hicimos saber que si nos tocan a una, nos organizamos miles. Estarás en cada una de nuestras marchas, de nuestras reuniones, de nuestras asambleas, de nuestros sueños, porque queremos justicia, porque nos queremos vivas y libres, porque estamos cansadas de que nos pisoteen y porque elegimos decir ¡basta! a este sistema que nos condena a tener vidas miserables. Que no nos quiebren. Nuestra fuerza es imparable. Ya lo mostramos en las calles. Con las lecciones de cada lucha y las convicciones renovadas, después de esa gran movilización, ¡sigamos organizándonos en cada escuela para imponer nuestro grito!
A los gobiernos de turno, a los funcionarios que se sacan la foto pero siguen garantizando que haya impunidad, a la justicia, a la policía: no se crean que nos vamos a rendir. Sentir su inmundicia tan de cerca no nos va quebrar, al contrario. Nos mostraron lo más repugnante de todas sus instituciones. Con todo el dolor y la tristeza que nos inunda, sabemos bien qué hacer. No nos vamos a quedar sentados viendo cómo nos arrebatan oportunidades y hasta nuestras vidas. Que les quede claro: Nuestras vidas valen mucho más que su sistema.
Como ya supimos demostrar, transformamos todo el dolor y la bronca en organización. Más pibas matan, más calles les cortamos y más fuerte cantamos. Sepan que con nosotras no van a poder, porque cada vez somos más las que peleamos por nuestro derecho al pan y a las rosas.