Los paros parciales en el bus urbano de Zaragoza continúan al no aceptar el Comité de Empresa un aumento salarial por debajo del IPC, y exigir un incremento acorde al mismo. No es la única patronal que trata de vender aumentos por debajo del coste de la vida, pero esta plantilla denuncia la trampa y sigue con el conflicto para evitar así la perdida de poder adquisitivo.
Miércoles 3 de agosto de 2022
Tras más de 70 reuniones, tres años de negociaciones, y cientos de jornadas de paros parciales, el conflicto entre AVANZA, empresa que gestiona el transporte urbano en la capital aragonesa, y los trabajadores y trabajadores de la misma continua. La historia se repite, ya que desde los años 80, las diferentes empresas privadas que han tenido este servicio, ya fuera TUZSA, AUZSA o la actual, han tenido siempre una actitud muy dura y nula intención negociadora. Esto ha obligado a los diferentes comités de empresa, a realizar numerosas movilizaciones, desde la histórica huelga de 70 días del año 1986, hasta los paros parciales actuales.
El Comité pide una subida salarial equivalente al IPC
Lo que se está negociando ahora es el Convenio 2020-2023, pero la negociación no avanza, a pesar de llevar ya tres años de negociaciones. La última propuesta de la empresa es una subida salarial del 8% y una cláusula de revisión del 11,25%. Es decir, en cuatro años, una subida salarial máxima del 11,25%. Esto puede parecer mucho, teniendo en cuenta que la mayoría de las subidas por convenio que se están firmado en todo el país, no pasan como mucho del 3% o 4%. Así lo ha vendido en una campaña antiobrera buena parte de la prensa burguesa de la ciudad.
Sin embargo, esta subida sigue estando muy lejos, del IPC oficial, y por supuesto, a “años luz” del IPC real. El IPC oficial de junio se sitúa en el 10,2%, un punto y medio por encima de la registrada en mayo, y todos los expertos indican que esta subida se puede mantener en el tiempo.
Como vemos la subida que plantea la empresa ya esta por debajo del IPC actual, y por supuesto del futuro, por lo que supondría una pérdida de poder adquisitivo. José Manuel Montañés, presidente del Comité de Empresa, lo dejaba claro al afirmar a los medios de comunicación que: “Plantean 5 puntos en cuatro años, con el IPC como está. ¡Cómo vamos a aceptar esto!"
Por ello, el comité de empresa plantea un incremento del 9,7% más pluses a salario base, que significaría una subida salarial en 4 años de un 15%. Como decíamos esto es algo muy progresivo, ya este comité de empresa plantea una subida salarial acorde con el IPC, algo que resultaría progresivo si se replicase en conflictos coordinados en todo el estado.
Los paros continúan frente a la campaña de “acaso y derribo” contra la plantilla
Ante la falta de acuerdo, la plantilla decidido en referéndum, el pasado mes de febrero retomar los paros parciales. Éstos se llevan desarrollado desde entonces, tres o cuatro días a la semana, con paros de una hora, en tres franjas horarias (primera hora mañana, mediodía y última hora de la tarde) cada día. Además, la plantilla ha convocado números actos de protestas semanales y también varias manifestaciones colectivas, junto con el resto de la izquierda sindical, política y social de la ciudad. Movilizaciones en las que siempre hemos participado y seguiremos participando, tanto como CRT, Contracorriente e Izquierda Diario.
Sin embargo, creemos que estos paros se quedan cortos. Solo una completa paralización del transporte urbano en la ciudad, haría finalmente que la empresa tuviera que aceptar las demandas de la plantilla.
Frente a estas protestas, a lo largo de esta huelga los compañeros y compañeras de AVANZA han sufrido una de las mayores campañas de desprestigio, descalificaciones y ataques que se recuerdan en la ciudad.
Prácticamente a diario, desde los periódicos, las radios y las televisiones controladas por la burguesía Zaragoza han lanzado consignas contra los trabajadores en huelga. Con afirmaciones como que: “tienen secuestrada a la ciudad y a los usuarios del bus”, “son unos privilegiados por sus condiciones laborales y salariales, como se les ocurre pedir más”, “ya vale del chantaje que les están haciendo a los zaragozanos” o “hay que intervenir de la forma que sea para parar esta huelga”. Incluso han intentado dividir al comité y a la plantilla, acusando al CUT, actualmente por representación, el segundo sindicato del comité e histórica primera fuerza combativa de la empresa, de ser unos peligrosos radicales que no quieren llegar a ningún acuerdo.
Esto por desgracia no es nada nuevo, ya que ha ocurrido siempre que en el bus urbano se ha puesto en huelga. Ya en la del 2016, ocurrió algo parecido. En aquel momento gobernaba en la ciudad la coalición "del cambio" Zaragoza en Común ZeC integrando IU y Podemos, que intentó tener una política dialogante y de supuesto apoyo a la plantilla.
Sin embargo, de forma similar a la actuación del ayuntamiento de Adelante Andalucía con Kichi en Cádiz durante la huelga del Metal, quedó en casi nada. Esto no implica que el apoyo a la huelga se tradujera en una mera declaración, sino que en los 4 años que estuvo en el gobierno, no llevó a cabo una de sus grandes promesas electorales y una de las demandas históricas de la plantilla del bus urbano: la remunicipalización de todas las subcontratas municipales. Actualmente en el equipo de gobierno municipal está la derecha con una actitud totalmente a favor de la patronal, dando su apoyo total a Avanza y sumándose a la campaña de desprestigio y chantaje a los y las trabajadores en huelga.
No al Pacto de Rentas. Por una gran campaña de lucha contra la pérdida de poder adquisitivo.
Como vemos con el ejemplo de este conflicto del bus urbano en Zaragoza, sí que se puede pedir mucho más de los que nos dice la burocracia sindical. El Comité de Empresa de AVANZA, donde la mayoría la tiene la izquierda sindical (SATTRA, una ruptura de UGT por izquierda, y el CUT), pero donde también está presente CCOO y UGT) lo esta pidiendo. Ante la subida continua del IPC, la clase trabajadora no podemos, ni debemos aceptar más sacrificios como nos piden tanto la burocracia sindical como de la patronal. Como decía nuestro compañero Carlos Muro, en un recuente artículo de este diario:
"Si los empresarios no quieren subir los salarios, hay que exigir que muestren sus balances contables, así se demostrará que es la clase obrera la que está pagando las subidas de precios, mientras los patrones se siguen llenando los bolsillos."
UGT y CCOO tienen que romper con el “pacto de rentas” que solo es un pacto de contención salarial para sostener a este Gobierno, que beneficia a las grandes empresas mientras la clase trabajadora pierde poder adquisitivo. Al mismo tiempo la izquierda sindical tiene una gran responsabilidad para intentar organizar la lucha y la movilización proponiendo una subida salarial equivalente a la subida del IPC real (con cláusulas de revisión salarial que se paguen de forma mensual y automática), al mismo tiempo que se vuelca con decisión a intervenir en todos los conflictos obreros, los dirija quien los dirija.