Una asamblea de más de 200 artistas en la ciudad de Neuquén resolvió sumarse al cacerolazo del 10 de enero y convocaron a parar y movilizarse en el marco del paro general del 24 de enero.
Martes 9 de enero 16:40
Más de 200 personas participaron este lunes de la asamblea de artistas en el anfiteatro Gato Negro de la ciudad de Neuquén. Artistas, trabajadoras y trabajadores del teatro, la danza, las bibliotecas populares, artes visuales y audiovisuales, música y comunicadores debatieron y resolvieron sumarse al cacerolazo y al paro nacional del 24 de enero contra el DNU y el proyecto de ley ómnibus.
La asamblea es parte del Frente Cultural de la Norpatagonia que reúne artistas de numerosas localidades de Río Negro y Neuquén. Analizaron y debatieron las implicancias negativas del Decreto de Necesidad y Urgencia del presidente Javier Milei en diferentes sectores de la cultura.
En el camino de comenzar a organizar la resistencia frente a tamaño ataque al arte y la cultura se organizaron comisiones de intervención artística para visibilizar el reclamo de estos sectores en defensa de la cultura. También se organizaron comisiones para estudiar en profundidad el impacto del DNU en la región al igual que una comisión de prensa y difusión.
No hay cultura posible con hambre, no hay país posible sin cultura
La asamblea tambien redactó y envió una carta abierta a diputados y diputadas nacionales de Neuquén y Rio Negro instando a rechazar el DNU y el proyecto de ley ómnibus. "Somos cientos de personas del campo cultural de Neuquén y Río Negro que estamos organizadas y que no vamos a permanecer en silencio ante el horror", alertan.
Y explican que en el marco del ataque contra el conjunto de la población la cultura no se mantiene indemne. "En el Capítulo 3 Culturas del proyecto Ley de Bases y Puntos de Partida de la Libertad de los Argentinos, se plantea el desfinanciamiento de organismos que han resultado fundamentales para el desarrollo cultural de nuestro país". Y detallan las implicancias:
En este sentido, aseguran que estas reformas son "un ataque directo a la fuente laboral de miles de trabajadorxs de la cultura, una industria que en términos económicos, representa el 1.8 del valor agregado bruto total del país".
Denuncian que "en nombre de la libertad, las políticas del gobierno nacional intentan hacer ver en la inversión cultural algo parasitario, haciendo un reduccionismo absolutamente preocupante de su dimensión". Y entienden el ataque a la cultura como parte del plan de "empujar al conjunto de la clase trabajadora a la miseria y vender el país". Y afirman: "No hay cultura posible con hambre, no hay país posible sin cultura".