Son más de 1500 trabajadores que no pueden volver a su país. Muchos de ellos están sin un techo, sin agua potable, sin comida y sin dinero; y su único abrigo son las ropas que traen en sus maletas.
Sábado 18 de abril de 2020
Agobiantes días viven extranjeros que quieren regresar a sus países, pero no les permiten ingresar debido a políticas como el cierre de fronteras. Especialmente delicada es la situación por la que están pasando 1500 bolivianos y peruanos que se encuentran precarias condiciones mientras sufren la indiferencia de sus gobiernos, más la del irresponsable Piñera.
El jueves hubo una protesta en la que participaron más de cien peruanos frente al consulado de su país en Arica, reclamando soluciones por parte de las autoridades. A esta acción obtuvo como respuesta la represión policial y militar ordenada por el intendente Roberto Erpel y el jefe de la Defensa, Luis Cuellar. Al respecto, Richard Valdés, dirigente de los residentes peruanos en la ciudad, señaló que sus connacionales "están abandonados, el cónsul debiera gestionar una alternativa, aunque sea un liceo mientras abren la frontera".
No menos alarmantes, es que en Iquique cientos de bolivianos se manifestaron fuera de su consulado, lugar donde han levantado carpas que repletan de maletas y frazadas, lo único que tienen. Como forma de lavarse las manos el intendente de Tarapacá, desde su posición acomodada replicó a ellos sosteniendo que "creemos que hemos hecho lo suficiente" y que no se puede abrir otro albergue.
Del mismo modo se encuentran casi 400 personas del país altiplánico en Antofagasta, que estuvieron durmiendo en el terminal de buses y luego fueron trasladados al Liceo Industrial, la mayoría de ellos son temporeros y jornaleros a los que se les impidió el regreso a Bolivia. Un gesto de fraternidad internacionalista realizó el Comité de Emergencia y Resguardo de la ciudad, solidarizando con ellos y entregándoles mascarillas y alcohol gel; productos que fueron elaborados por trabajadorxs miembros del Comité. La golpista presidenta Jeanine Áñez no les permite el regreso a Bolivia siendo que envió aviones a Miami y a Ciudad del México para repatriar a millonarios, evidenciando el desdén con los que trata a las y los trabajadores.
Si algo de remesas logran enviarle sus familiares, las que llegan a sus manos se vuelven insuficientes al tener que dejar comisión obligada a privados que oligopolizan el negocio. Están obligados a pernoctar a la intemperie, son impedidos de alimentarse, carecen de agua potable, el abrigo son las ropas de sus maletas, no poseen una fuente de ingresos fija, mantienen prácticamente un nulo contacto familiar; todo esto es una grave violación a los Derechos Humanos de los que los hipócritas políticos burgueses se jactan de respetarlos. Los gobiernos pro empresariales de Chile, Perú y Bolivia están atentando contra la humanidad al permitir este miserable trato y no hacerse responsables de las condiciones mínimas de dignidad para nuestros pueblos.
Es urgente la solidaridad clasista para detener la crisis humanitaria que viven estas hermanas y hermanos obrerxs para saciar momentáneamente su sed, hambre y frío. Hay que exigir que se dispongan vuelos de repatriación inmediatos. El Estado xenófobo liderado por Piñera no debe seguir haciendo vista gorda a las necesidades de estos trabajadores. ¡Qué la crisis la paguen ellos!
La crisis que ha desencadenado el COVID-19 no sólo reluce la irracionalidad capitalista, sino que la inutilidad del nacionalismo, dividiendo a pueblos en fronteras imaginarias. El drama desencadenado por el coronavirus afecta a las y los explotados y oprimidos del mundo.El interés nuestro: la planificación racional de la economía y los derechos sociales; es opuesto al de ellos: la acumulación anárquica del gran capital para llenarse los bolsillos lucrando con nuestras muertes. Hay que detener esta masacre ¡Nuestras vidas valen más que sus ganancias!
Patricio Araneda
Economía.