Estafa. Bad Bunny, Tickemaster y la necesidad de espacios de recreación para la juventud

Uno de los eventos más esperados de este año por grandes sectores de la juventud fue el concierto del puertoriqueño Benito Antonio Martinez Ocasio, mejor conocido como Bad Bunny, que se dio cita en el Estadio Azteca los días 9 y 10 de diciembre en la CDMX. Sin embargo miles de fans no pudieron disfrutar del espectáculo de su artista favorito debido a la clonación de boletos, así como su duplicación o sobreventa de las entradas. Perp la juventud no se quedó callada e hizo explotar las redes sociales denunciando dicha estafa de la empresa Ticketmaster.

Tal fue el escándalo y la presión en redes sociales que la Profeco tuvo que salir a intervenir, mencionando que se le impondrá una multa millonaria a Ticketmaster, además de regresar a los afectados el 100 por ciento de lo que pagaron más el 20 por ciento de indemnización.

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Aunque los fans afectados esperaban que Bad Bunny se pronunciara en contra de lo que pasó en el Estadio Azteca, no ha dicho ni una sola palabra.

No es la primera vez que los usuarios sufren una situación así. Recientemente se denunció en redes sociales la sobreventa de boletos o entradas duplicadas para los conciertos de Dua Lipa y Harry Styles. También pasó en Estados Unidos en el concierto de Taylor Swift.

Ticketmaster es una empresa trasnacional que actualmente tiene presencia en 34 países y en los cinco continentes. En 2008 realizó la transición de los boletos físicos a digitales, además en 2009, Ticketmaster y la promotora de eventos Live Nation se fusionaron para crear la empresa Live Nation Entertainment en EUA. A su vez, esta pertenece a Liberty Media. Pero en Live Nation Entertainment adquirió el 51 por ciento de las acciones de Ocesa en diciembre del 2021 por 5 mil 206 millones de pesos. Ocesa es la promotora de conciertos mexicana más importante del país y fue fundada en 1990 por Alejandro Soberón Kuri. Ahora Lorenza Baz Braun es la CEO de Ticketmaster en México.

La Comisión Federal de Competencia Económica mencionó que Ticketmaster controla el 65% del mercado de espectáculos en vivo, operación de centros para espectáculos en vivo y venta automatizada de boletos. Además esta empresa cobra tarifas de 15 y hasta 27% adicional al valor de cada boleto.

Bad Buny, un ídolo para la juventud

Más allá de las críticas que hay hacia el género del reggaeton, Bad Bunny ha se ha catapultado a ser, al menos en México, el tercero más escuchado en los sectores de la juventud. Es importante rescatar que este artista ha resaltado su repudio en contra de actos de homofobia, tanto en sus redes sociales como en sus videos, donde se presenta vestido con atuendos femeninos y uñas largas pintadas; en sus redes y en entrevistas ha repudiado los feminicidios y transfeminicidios, como fue el caso de “Andrea” en Puerto Rico. Además, en algunas de sus canciones ha denunciado la gentrificación, la colonización y los apagones de su país natal que han afectado a millones de boricuas, expresándolo con la canción- documental “el apagón”.

Recordemos que en el 2019 Bad Bunny y otros como Ricky Martin, Residente, Nicky Jam, Luis Fonsi y Daddy Yankee se unieron, apoyaron y agitaron en las multitudinarias protestas que exigieron y lograron la renuncia del gobernador de Puerto Rico, Ricardo Roselló, acusado de corrupción en su gobierno y posiciones homofóbicas.

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Luchemos por el derecho a espacios de recreación

El costo de los boletos ha tenido un aumento sustancial del 2019 al 2022, tanto para espectáculos en los que opera Ticketmaster como por parte de otras empresas. Por ejemplo, de acuerdo a datos de INEGI, tan solo en la Ciudad de México se incrementó un 30% el precio de las entradas para ver una película en el cine. Otro dato que mostró es que en los espectáculos y eventos culturales en vivo, en mayo de 2022, el precio fue de 9,11% superior a la inflación. Tan solo para el concierto de Bad Bunny los precios iban desde 3 mil 600 hasta más de 90 mil pesos.

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Cada vez se atenta más contra los espacios de la recreación, para poder acceder a ellos hay que pagar grandes cantidades y éstos están en manos de los empresarios que se enriquecen con conciertos y espectáculos; la gente se endeuda con créditos para poder asistir, porque divertirse parece cada vez más un privilegio y no un derecho.

De manera oportunista Claudia Sheinbaum, quien se busca legitimar con los ciudadanos de la CDMX y que sectores de la juventud la vean con buenos ojos para las elecciones, ya que ella se quiere postular como candidata para la presidencia del país, publicó en sus redes sociales que había llamado a Bad Bunny para que ofreciera un concierto en el Zócalo, pero éste le contestó que su agenda estaba llena.

Es de esperarse que las estafas seguirán pasando, más allá de que se se intente que haya una regulación como mencionó Claudia Sheinbaum, ya que no se cuestiona el monopolio, ni los precios altos de los espectáculos, ni la especulación que practican empresas como Ticketmaster.

Por tanto la juventud, en conjunto con distintos sectores de trabajadores, debemos de luchar por aumento al presupuesto para cultura (y no para la militarización), para que haya más espacios para la recreación y el arte, contra los monopilios y sus prácticas, así como por que el salario aumente por arriba de la inflación y se actualice automáticamente de acuerdo a la misma, para poder acceder a la cultura.

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