Endeudamiento. Bajo el gobierno de Alberto Fernández la deuda pública subió U$S 40.215 millones

La estrategia de "desendeudamiento" de Alberto Fernández y Martín Guzmán no hizo más que aumentar la deuda pública. A pesar de la refinanciación de la deuda externa e interna con los fondos privados realizada en plena pandemia por el ministro de Economía, y de la continuidad de los pagos al FMI por más de U$S 6.000 millones, la deuda pública no paró de crecer en los últimos dos años.

De acuerdo al último informe de la Secretaría de Finanzas, la deuda bruta de la administración central ascendió a U$S 353.514 millones en noviembre de 2021 la cifra más alta de la historia, reflejando un incremento de U$S 5.168 millones respecto al mes anterior. Asimismo, en relación a noviembre de 2019 la administración nacional acumuló un salto en el stock de deuda de U$S 40.215 millones.

En cuanto a la renegociación con los fondos externos privados, cabe recordar que el canje cerrado por Guzmán en agosto de 2020, así como el alcanzado por la deuda en legislación argentina, sólo incluyó una rebaja de las elevadas sobretasas de interés que había fijado la administración macrista, sin afectar prácticamente el stock de capital de deuda (apenas una reducción de 1,9%).

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Durante el primer año la deuda subió U$S 19.995 millones, a U$S 333.254 millones en noviembre de 2020. En el segundo año subió otros U$S 20.260 millones.

Si se observa el detalle de la planilla publicada por Finanzas, la mayor parte de ese incremento durante la gestión de Fernández responde a la emisión de títulos públicos, en U$S 35.764 millones, al pasar de U$S 191.686 millones en noviembre de 2019 a U$S 227.451 millones en el mismo mes de 2021. De ese monto, el 40% corresponde a un incremento en deuda en moneda extranjera y un 60% a deuda en moneda nacional.

Por su parte, la deuda con organismos internacionales tuvo un incremento de U$S 1.576 millones en el mismo período, observándose una leve reducción del capital con el FMI a U$S 42.845 millones porque el Gobierno no dejó de realizar los pagos de vencimientos de capital (así como de intereses y la membresía), y sin contar el pago de otros U$S 1.890 millones que se efectuó en diciembre pasados. En tanto que se registra una suba de la deuda con el BID y FONPLATA.

El Gobierno se encamina a firmar un nuevo acuerdo de Facilidades Extendidas con el Fondo Monetario Internacional que implicará la injerencia del organismo en nuestro país por al menos 10 años más. Ayer el ministro Guzmán realizó una exposición a un conjunto de gobernadores en donde indicó que busca reducir el déficit "sin realizar un ajuste", lo cual se contradice con lo realizado hasta aquí en los dos años de gestión que implicó un ajuste del gasto en distintas partidas sociales (como la quita del IFE a pesar de la elevada pobreza) y con las proyecciones que estimaba para este año en el proyecto de Presupuesto 2022.

Mañana el ministro anunciaría un nuevo "esquema de precios cuidados" donde eliminará los precios congelados para pasar a un esquema de incremento de precios de alimentos al ritmo de 2 % mensual, a la medida de las grandes patronales y las exigencias del Fondo. ¿Pagar sin ajustar?

La reestructuración que busca el gobierno sólo apunta a posponer por unos años los plazos con el organismo lo cual volverá a generar un problema de imposibilidad objetiva de pagar más de U$S 20.000 millones a partir de 2026 (cualquiera sea el grado de ajuste), al tiempo que busca por todos los medios conquistar dólares mediante el extractivismo para el pago de la deuda. Una estrategia que, lejos de solucionar el problema de la deuda, profundiza los grados de dependencia.

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