El expresidente del FC.Barcelona, Josep Maria Bartomeu, pasó la noche del lunes en prisión debido a la investigación llevada a cabo por los Mossos d’Esquadra, en lo que es, hasta la fecha, el último episodio del “Barçagate”.
Ivan Vela @Ivan_Borvba
Miércoles 3 de marzo de 2021 17:04
EFE/EPA/KIYOSHI OTA
Nada más y nada menos que la cúpula principal de la última directiva del expresidente del FC.Barcelona, Josep María Bartomeu, fue detenida este lunes por los Mossos d’Esquadra en el marco de la investigación del “Barçagate”.
El propio Bartomeu, junto a Òscar Grau, Roman Ponti y Jaume Masferrer fueron detenidos y llevados a disposición judicial donde los cuatros detenidos se negaron a declarar. Mientras Grau y Ponti pudieron abandonar las dependencias policiales el mismo día de la detención, tanto Bartomeu como Masferrer pasaron la noche en prisión.
Tras esta primera actuación policial que se completó con un registro en las oficinas del Camp Nou. No ha sido esta la primera vez que el cuerpo policial visitaba las oficinas blaugranas. La primera inspección de los Mossos d’Esquadra a las oficinas del FC Barcelona tuvo lugar el 29 de junio, requeridos por la citada jueza.
Además de las oficinas del Camp Nou, también los domicilios de Bartomeu y Masferrer han sido inspeccionados, por orden del juzgado que centra la investigación sobre los ex responsables del club sobre un presunto delito de administración desleal y corrupción entre particulares.
Un total de cinco registros simultáneos ordenados por la titular del Juzgado de Instrucción número 13 de la ciudad condal, Alejandra Gil, que investiga el presunto perjuicio causado al patrimonio del club por parte de Bartomeu y la excúpula del Barça y que busca corroborar indicios sobre el Barçagate.
El último capítulo escrito por el considerado por muchos el peor presidente de la historia del club blaugrana, salió a la luz gracias a una trama destapada por la Cadena SER - Catalunya el pasado 17 de febrero del 2020.
Según la información desvelada por la emisora, la cúpula del club, dirigida por Bartomeu, contrató los servicios de una empresa, I3 Ventures, con el objetivo de inundar las redes sociales con comentarios contrarios a jugadores de la talla de Leo Messi o Gerard Piqué, así como al actual entrenador citizen Pep Guardiola o al expresidente, y hoy candidato en las elecciones del próximo domingo, Joan Laporta.
Todo con el objetivo de erosionar y desprestigiar a personajes que se habían mostrado contrarios y críticos con la gestión de Bartomeu e incluso previamente con la de Sandro Rosell.
La ejecución de la trama puesta en marcha consistió en “trocear” la factura a I3Ventures en seis pagos inferiores a 200.000 euros, justo el mínimo exigido para ser aprobadas por la junta directiva. Es decir, un burdo mecanismo para saltarse el control del resto de directivos.
Antes de avanzar en las consecuencias que tuvo este procedimiento, señalar que la factura con I3Ventures rozaba el millón de euros. Varios especialistas consultados en los diferentes platos y radios han llegado a señalar que este precio estaba inflado ¡hasta 6 veces en comparación con el precio real de mercado!
El estallido del caso, una vez la Cadena Ser lo hizo público, provocó la rescisión de los contratos con I3 Ventures el 18 de febrero y un motín en la propia cúpula azulgrana liderado por el entonces vicepresidente institucional, Emili Rousaud.
Días después, el 21 de febrero tuvo lugar una reunión extraoficial en la que se debatió adelantar un año las elecciones con una división en el seno de la junta que se tradujo semanas después, el 10 de abril, en la dimisión del propio Rousaud, el vicepresidente económico Enrique Tombas, la secretaria de la junta Maria Teixidor y los directivos Jordi Calsamiglia, Silvio Elías y Josep Pont. Al día siguiente de dimitir, Rousaud aseguró en RAC 1: “Creo que alguien del club ha metido la mano en la caja”. Como diría el célebre Shuster, “no hace falta decir nada más”.
Las investigaciones siguen en marcha y el “Barçagate” vuelve a ensuciar la imagen del club centenario. Una imagen que desde la llegada de Sandro Rosell y con la posterior presidencia de Bartomeu ha sido empañada en numerosas ocasiones, entre ellas con el lamentable honor de haber sido la única vez que el club fue imputado como persona jurídica por presunto delito contra la Hacienda Pública, cometido en el fichaje del brasileño Neymar.
Casi una década de pesadillas para la afición culé, especialmente en el plano organizativo, institucional sólo aliviada con momentos de alegría deportiva, ya hoy lejanas, como la consecución de la última Champions.
Una gestión que deja en bancarrota económica, retroceso deportivo y desprestigio de marca al Fútbol Club Barcelona. Un periódo que los aficionados y socios culés esperan dejar atrás a partir del próximo domingo, fechas de las elecciones para la presidencia culé.