La escuela media N°37 de Berazategui lleva casi 2 años esperando la entrega del edificio. Actualmente funciona de manera unificada en la primaria N°43, pero el dictado de clases se hace insostenible.
Jueves 25 de agosto de 2016 11:48
La escuela originalmente fue fundada como secundaria básica N°45. A medida que fue creciendo la matricula se hizo urgente conseguir un edificio propio. En el 2014 se inicia la construcción del nuevo edificio a cargo del gobierno provincial de Daniel Scioli, la obra debía culminar a principios del 2015, año en el que se conforma como escuela secundaria de ciclo completo (6 años) y pasa a ser la media N°37.
Hoy la escuela cuenta con cinco cursos por turno, pero no dispone del espacio físico para dar las cinco clases simultáneamente, obligando a los docentes a dictar clases en los pasillos, reducir la jornada y compensar con trabajos prácticos domiciliarios.
La voz agotada de una profesora sintetiza el drama de la escuela: “hacemos como que damos clases”, una frase que con facilidad se puede sacar de contexto y usarse en contra de los educadores, pero quienes sostienen la escuela (sin escuela) todos los días, los docentes, que se turnan para explicar por qué las “paredes” de aglomerado que dividen las aulas son tan precarias que no se puede dar dos clases al mismo tiempo, o los estudiantes que preparan trabajos prácticos domiciliarios para recuperar clases perdidas saben que lo único que no falta es voluntad para seguir estudiando y enseñando.
Turnos para enseñar y aprender
En lo que va del año se han perdido semanas enteras de clases por falta de aulas. Aladana, estudiante de 5° “A” lo sabe mejor que nadie: “empezamos en el comedor, pero los porteros tenían que dejar todas las mesas limpias y preparadas para cuando los chicos iban a comer, entonces empezamos a compartir el pasillo con 4°, y bueno, ahí fue cuando tomaron la decisión de que algunos tengan clases y otros no”.
Parece que al actual gobierno provincial de Maria Eugenia Vidal y a su ministro de educación Alejandro Finocchiaro no le interesa que los docentes y estudiantes se vean empujados a turnarse para dar clases por falta de aulas, al igual que al ex gobernador Daniel Scioli no le importó dejar sin terminar la escuela que prometió y que aún esperan.
Como siempre, los trabajadores de la escuela son los únicos que se cargan la tarea de generar un espacio de aprendizaje aún cuando no hay recursos.