Nos adentramos a la historia de vida de Tony Iommi y de los movimientos sociales de los ’60 y ’70 para sacar a la superficie las raíces que dieron origen al tercer álbum de la banda.
Jueves 21 de julio de 2016
No es ortodoxo, pero funciona
Tony Iommi viajaría a Europa con la banda The Birds and The Bees. Dejaría todo de lado. Lo primero sería su trabajo de soldador en la fábrica; abandonaría su empleo y se convertiría en guitarrista profesional. Era viernes a la mañana, su último día allí. A la hora del almuerzo le dijo a su madre que no volvería al cambio de turno de la tarde, pero ella insistió en que debía terminar su jornada “apropiadamente”. Aquella elección hizo que su mundo se viniera abajo.
Su compañera había faltado y tuvo que reemplazarla sin saber cómo utilizar la máquina que doblaba los metales. Lo suyo era soldar. La amenazante guillotina que funcionaba con un pedal descendió y dobló los metales toda la mañana, pero en la vuelta de turno cayó sobre una de las partes más valiosas de su cuerpo: “Estirá tu mano y trazá una línea entre la parte de arriba de tu dedo índice y el meñique: fueron las partes que sobran de los dos dedos del medio las que se cortaron”. Los huesos sobresalían. Iommi no podía creerlo, estuvo tan en shock que al principio no le dolía.
Lejos de caer en la desesperanza, su fanatismo por la música y la recomendación de un conocido de escuchar a Django Reinhardt, el guitarrista de jazz que solo tocaba con dos dedos (el resto estaba incapacitado por un incendio), hicieron que se decidiera a construir él mismo extensiones para sus dedos y así volver a tocar: “No es ortodoxo, pero funcionó para mí”, explica en su autobiografía refiriéndose al primer par que había inventado.
Black Sabbath: Master of Reality
La historia pasada del Iommi nos trae al 21 de julio de 1971, en donde Black Sabbath larga su disco Master of Reality. Su sonido oscuro y pesado, es, según lo que se sabe, producto de la necesidad de Iommi de tocar en una tonalidad más baja que en los dos discos anteriores (Black Sabbath y Paranoid), disminuyendo tres semitonos para que las cuerdas de la guitarra estén menos tensas y las pueda tocar sin sentir dolor en sus dedos.
Esto hizo que para poder componer los temas y grabarlos, se tuviera que modificar los otros instrumentos como el bajo. En Guitar for the Practicing Musician (1994), Geezer Butler explica que lo disminuyó al nivel de Iommi: “ayudó con el sonido también”. Con estos arreglos, también tuvieron problemas con la voz de Osbourne a la hora de cambiar la tonalidad, dado que se complicaba la parte vocal.
Quizás este cambio haya provocado que el disco sea más complejo que los anteriores. Iommi comentó a Guitar World en 1992 que “durante Master of Reality, empezamos a volvernos más experimentales y nos tomábamos mucho tiempo para grabar. Últimamente creo que eso nos confundió bastante. A veces pienso que realmente me gustaría volver a la forma en la que grabamos nuestros primeros dos álbumes. Siempre prefería simplemente ir al estudio y tocar, sin gastar tanto tiempo ensayando o probando sonidos”.
Tres temas, expresión de un clima de época
En los Estados Unidos se desata una guerra contra el pueblo vietnamita, que se extendió durante quince años, de 1960 a 1975. En 1964 surge en los Estados Unidos un movimiento que se resiste a esta guerra, con su expresión más popular en la subcultura juvenil del movimiento hippie, quienes enarbolaban la búsqueda de la paz y el amor. El misticismo, la resistencia a la guerra de Vietnam y el uso de drogas fueron las características heredadas del hippismo que dieron origen a los estilos musicales novedosos de la época, como el rock psicodélico o el rock progresivo. Sin ahondar más lejos, el disco Master of Reality mostraba algunas características heredadas de ese movimiento.
Representativo de esto fue la primera pista del disco, Sweet Leaf (su nombre fue pensado a partir de un paquete de cigarrillos irlandeses que compró el bajista Geezer Butler), un tema dedicado a la marihuana, que fue grabado, según admitió Iommi, mientras todos los integrantes del a banda estaban fumados, en un contexto en el que la banda consiguió más tiempo en estudio y mucho dinero tras el éxito de Paranoid, que en parte gastaban en drogas. Como dato de color, Osbourne en una de las sesiones de grabación trajo un gran porro de marihuana que hizo toser a Iommi de forma incontrolable, mientras tocaba la parte acústica de la guitarra, por lo que fue grabado y adherido luego al principio de la pista.
Children of the Grave, considerada una de las mejores pistas del disco, tomaba como eje el antibelicismo característico de la juventud que a nivel internacional comenzaba a repudiar el ataque del imperialismo yankee sobre Vietnam y la rebeldía contra lo establecido. En su letra se expresa: “Revolución en sus mentes – los chicos empiezan a marchar”, “¿Pueden ganar la pelea por la paz o van a desaparecer?”. Esta temática ya se encontraba en temas como Electric Funeral y War Pigs del disco Paranoid. Como diferencia de sus dos discos anteriores, en Mater of Reality se mostraba un optimismo que antes no estaba presente, adhiriendo los ideales pacifistas de Geezer Butler sobre la desobediencia civil no violenta.
Por otro lado, como expresión contradictoria dentro de la progresía general que significaba la resistencia a la guerra y la experimentación de nuevas formas de vida y críticas al estatus quo, el misticismo que fue parte integral de un sector del movimiento hippie y de otros subculturas de los ‘60-‘70 se manifiesta de alguna manera en la canción After Forever, un tema con enfoque cristiano con letra compuesta por Butler, quien era y sigue siendo católico. Este tipo de canciones de Black Sabbath desmienten la relación de esta banda con el satanismo y las fuerzas de la oscuridad, de las que son sospechosos en particular por su sonido oscuro, su imagen y sus letras, aunque ellos lo negaron en diversas ocasiones. Presentando un mensaje positivo acerca de Dios: “Ellos deberían darse cuenta antes de criticar que Dios es la única forma de amar”, fue criticado por esta razón por la revista Rolling Stone.
Olvidos entre éxitos y críticas
Si bien Ozzy Osbourne en su autobiografía I Am Ozzy menciona que no recuerda mucho haber grabado Master of Reality: “aparte del hecho de que Tony disminuyó el tono de su guitarra para tocar más fácil, Geezer escribió Sweet Leaf sobre todas las cosas que estábamos fumando, y Children of the Grave fue la canción que más asombrosa que jamás habíamos grabado”, el disco resultó un éxito: temas como Children of the Grave y Sweet Leaf se convirtieron en canciones populares, ya que fueron interpretadas en conciertos y presentaciones, además de ser publicadas en varios álbumes recopilatorios y de grandes éxitos. El 27 de septiembre de 1971, logró la certificación con disco de oro por vender 500.000 unidades y alcanzó 2.000.000 en ventas totales, por lo cual, ganó la doble certificación con disco de platino por parte de Recording Industry Association of America (RIAA). Así, como expresa Ward, “Master of Reality fue algo así como el fin de una era, los primeros tres álbumes”.
Contradictoriamente, en la biografía de Black Sabbath: Symptom of the Universe (2013), Mick Wall escribe que el sonido más oscuro de Sabbath, su sonido seco y “la fuerza brutal de la música” fue una alarma para los críticos, dado que daba la impresión de ser descaradamente “violento, carente de sentido, espeluznante y desagradable”. Veinte años después, grupos como Smashing Pumpkins, Soundgarden y, particularmente, Nirvana, excavarían en el mismo sonido.
Una realidad subyugada por el metal
La contradicción del mismo sistema capitalista, con su explotación masiva de la clase obrera, sus miserias y sus guerras, es la que generan las condiciones de que existan nuevas formas de pensar y nuevos estilos de arte, como expresa este disco. Porque a fin de cuentas, ¿quién hubiera pensado que un obrero como Iommi por su condición insalubre en su puesto de trabajo haya sido el causante de un nuevo sonido que hizo historia en el mundo y dio origen, en parte, al Heavy Metal?
Master of Reality demuestra, quizás, que los “maestros de la realidad” son los que mueven el mundo con su trabajo, los que hablan de su lado oscuro y, a su vez, buscan transformarlo.