Hace unos días y en el intento del gobierno por lograr una declaración de consenso con la derecha respecto a los 50 años del golpe de estado, Boric se ha reunido personalmente con Piñera alabando la frase que emitió hace un tiempo cuando el expresidente señaló que existieron “cómplices pasivos de la dictadura”. En el “todo vale” del gobierno , paradójicamente para defender la democracia Boric se convierte en cómplice activo del principal violador de derechos humanos del último tiempo.
Miércoles 6 de septiembre de 2023
Solo unos días restan para la conmemoración de los 50 años del golpe de estado. Lo que en algún momento se pensó como una importante celebración encabezada por el “primer gobierno de izquierda desde la unidad popular” hoy aparece como una actividad deslucida que transcurre ante la indiferencia de la mayoría de la población.
Podríamos enumerar, todos los aspectos ya conocidos ocurridos desde el triunfo de Gabriel Boric. Bastaría con destacar, que entre las sucesivas idas y venidas del gobierno, no faltaron tratativas para darle un significado especial a esta conmemoración.
Sin embargo, los sucesivos gestos de buena voluntad, todos los intentos de ser un ciudadano ejemplar que ha desplegado el presidente Boric, solo han servido para que la derecha continúe humillando públicamente.
Algunos analistas políticos sostienen que los problemas de este gobierno tienen un punto medular en el carácter particular de Boric. Pero estos psicoanalistas de la contingencia no ofrecen una explicación consistente que explique el supuesto punto muerto que el carácter particular del presidente ha ocasionado. La verdad es quizás menos refinada, pero no por ello menos decidora: El gobierno de Gabriel Boric, el Frente Amplio y del Partido Comunista han llegado a este punto exclusivamente por las decisiones estratégicas y políticas que ellos mismos tomaron.
Los propagandistas del Partido Comunista no se cansan de repetir a los cuatro vientos que la actual parálisis del gobierno es fruto de la trágica relación de fuerzas del congreso que no permite aprobar las reformas estructurales. A ese diagnóstico los ideólogos del Frente Amplio y de la izquierda subordinada a dicho proyecto le agregan el “atraso cultural” de la población que los llevó a caer en las manipulaciones mediáticas de la derecha y rechazar la propuesta constitucional de la convención, sin la cual era imposible avanzar en transformaciones al sistema neoliberal.
Este razonamiento mecánico y simplista, expresa sin embargo algo muy concreto: la historia para el PC y el Frente Amplio se mide simplemente en resultados electorales. Entonces si retrocedemos a noviembre del año 2019 es del todo comprensible que mientras millones de personas copaban las calles exigiendo la caída del modelo, para estas fuerzas políticas fue más favorable firmar un acuerdo con los represores que les permitiese canalizar electoralmente el descontento de las calles que resolver efectivamente los problemas estructurales que motivaban dichos problemas.
Y una vez firmado el acuerdo por la paz comenzó el operativo “impunidad” con el cual las policías, los militares, ministros y el mismo presidente descomprimieron la situación para así diluir su responsabilidad en los asesinatos, las mutilaciones y la cruel represión desatada contra la rebelión que cuestionan los privilegios de los verdaderos dueños de este país al servicio de los cuales están los políticos a sueldo.
Sucesivas fueron las concesiones que el Partido Comunista y el Frente Amplio le otorgaron al régimen neoliberal de los treinta años incluso antes de ser gobierno. Podemos mencionar , por ejemplo , el apoyo cómplice al programa de Piñera para abordar la crisis del covid19 que significó un enorme peso para los trabajadores a fin de que los empresarios pudieran preservar sus ganancias, haciendo que todos paguemos una crisis económica que no provocamos.
Por eso es que el rechazo de las masas o la indiferencia de estas con el presidente Boric , no se explica solamente por una efectiva campaña de desinformación de la derecha. Nadie , salvo los ingenuos, apoyan un proyecto si ve que la dirige una dirección vacilante. Un presidente que una y otra vez se arrodilla ante la derecha, difícilmente concitara el respaldo y respeto de la población.
Y, difícilmente se puede apoyar el discurso de un gobierno que lanzan lastimeros llamados a defender la democracia y los derechos humanos a 50 años del golpe, si ese mismo gobierno recibe con honores a Piñera, el principal represor y violador de los derechos humanos en nuestro país en el último tiempo.
El Frente Amplio y el Partido Comunista , nuevamente, tomaron la decisión estratégica de canalizar su proyecto político buscando que este fuera respaldado por la buena voluntad de los empresarios, siguiendo sus reglas y acomodando a sus instituciones. Los resultados están a la vista: la vida de la población continúa deteriorándose económicamente y el régimen de los 30 años goza, todavía de plena impunidad para intentar restablecer su hegemonía.
Por lo mismo, quienes creemos que conmemorar estos 50 años no es solo hacer un ejercicio retórico respecto de la importancia de la memoria, sino actuar en el presente contra los defensores del legado de pinochet y de los partidos neoliberales, debemos redoblar los esfuerzos por organizar una izquierda que no se arrodille ante supuestos hechos consumados,que oriente su estrategia desde la perspectiva de la clase trabajadora y no de llegar a supuestos acuerdos con el empresariado, que se proponga continuar la batalla para que los responsables civiles y militares, los cómplices pasivos y activos de las violaciones de derechos humanos a nuestro pueblo, los del 73 y los del 2019 sean juzgados y hechos responsables ante la historia.
Ιωαχειν
Editor y columnista de la Izquierda Diario