Recientemente ha habido avances importantes en la lucha por el derecho al aborto, que son resultado de décadas de lucha y movilizaciones.
Hace alrededor de cinco años se popularizó el símbolo de la marea verde en la región, luego de las potentes movilizaciones en Argentina que pusieron, nuevamente, sobre la mesa la importancia de la lucha por el derecho al aborto. La marea verde repercutió en México, retomando el símbolo de los pañuelos, que poco a poco ganaron terreno en las calles cada que había una marcha feminista.
Como parte de ese empuje, se retomaron con fuerza las movilizaciones, que tenían como demanda central el derecho al aborto; algunas organizaciones, a nivel local, comenzaron a presionar a los diversos gobiernos para que el aborto se legalizara y el 28 de septiembre, Día de Acción Global por el acceso al Aborto legal y seguro, también se tomó como emblema y como día de lucha por nuestros derechos.
Pero, poco se conoce la larga historia de lucha por este derecho en México; décadas de movilizaciones, campañas, iniciativas, frentes, tienen hoy como resultado los avances que hemos tenido en este terreno, como la reciente recomendación de la Suprema Corte de Justicia por la despenalización del aborto; un escenario que nos muestra los frutos de la lucha, pero también las tareas y conquistas pendientes para garantizar el acceso al aborto legal, seguro, libre y gratuito en todo el país.
Primeras discusiones en torno a causales no punibles
Los antecedentes de la penalización del aborto se remontan al siglo XIX, con el impulso del proceso que apuntaba a la separación entre el Estado y la iglesia católica. En 1871 se hicieron modificaciones al código penal donde, por primera vez, el aborto dejó de considerarse como homicidio, además apuntaba a casos particulares donde el aborto no podía penalizarse; por ejemplo, en caso de que la vida de la madre esté en peligro o cuando el aborto es imprudencial, no doloso. Hay disposiciones de estas leyes que se mantienen dejando entrever su anacronismo, ya que están cargadas de estigma y criminalización hacia las mujeres cuyas atenuantes están designadas por razones de honor: “cuando la mujer no tiene mala fama, si el embarazo era producto de una unión ilegítima o si la mujer lograba ocultar su embarazo”. [1]
Otro de los grandes precedentes fue el establecimiento del Código Penal para Distritos y Territorios Federales de 1931, aunque para este momento ya se había establecido que cada entidad podía tener sus propias leyes y reglamentos, dicho código sería la base para el conjunto de códigos penales. En él se establece —por primera vez en México— que el aborto no puede ser penalizado si el embarazo es producto de una violación. [2]
Más allá de estos avances, el estigma en torno al aborto y la limitación que tenía acceder a un aborto no punible (con las causales antes mencionadas) generó que, en ese contexto, y aún hoy, se mantuvieran las muertes por abortos clandestinos, de las cuales no hay cifras exactas. La mayoría de estos casos se han dado en mujeres de bajos recursos y que buscaban un aborto, precisamente, por causas sociales y económicas.
En 1936, dos activistas feministas marxistas, Ofelia Domínguez Navarro y Matilde Rodríguez Cabo, presentaronuna conferencia, en la Convención de Unificación del Código Penal, a favor de la despenalización para ampliar sus causales no punibles; peleaban porque no se persiguiera ni sancionara por motivos o causales sociales y económicas, exigiendo que el Estado se hiciera cargo del derecho al aborto durante las primeras doce semanas. Esta discusión pretendía mover el eje del problema del aborto, pidiendo que se abordara como un tema de salud y no como un tema judicial. [3]
Aunque esta conferencia presentada por Ofelia y Matilde marcó un precedente para extender la discusión en torno a la despenalización del aborto, lo cierto es que este eje de lucha comenzó a ser desplazado de las directrices del movimiento feminista a partir de que el Frente Único Pro Derechos de las Mujeres retomaron sólo como demanda central el sufragio femenino, dejando de lado la discusión y lucha en torno al aborto, que resurgió con fuerza hasta los años 70.
Movimiento feminista de los 70 y la difusión del derecho al aborto
En los 70, la demanda por el derecho al aborto volvió a la escena nacional. El Movimiento Nacional de Mujeres y Mujeres en Acción Solidaria fueron organizaciones que impulsaron las primeras conferencias y pugnaban por modificar la legislación de la época por tratarse de un asunto de justicia social y salud pública.
En un primer momento, las organizaciones feministas o feministas pertenecientes a algunas organizaciones de izquierda encontraron un rechazo a esta demanda, sobre todo, destaca el caso del Partido Comunista Mexicano, que se rehusó a tomar la lucha por el derecho al aborto, diciendo que eran “agentes yankis” pidiendo medidas “malthusianas”; [4] una postura congruente con la directriz estalinista, que avanzó en la URSS contra los derechos conquistados por la revolución socialista como la legalización del aborto. [5]
Algunas de las organizaciones que impulsaron la demanda de “maternidad voluntaria” se agruparon en la Coalición de Mujeres Feministas, donde se amplió el debate en torno a los derechos sexuales y reproductivos. Ya no sólo se trataba de la pelea por la despenalización del aborto en México, sino que implicaba considerar la Educación Sexual, la distribución de anticonceptivos seguro y baratos, así como el rechazo a la esterilización forzada. Además, dieron origen al periódico feminista Cihuat. Voz de la Coalición de Mujeres. [6]
Para 1976 se impulsó la primera de las Jornadas Nacionales sobre el Aborto, en la que se amplió el debate con médicos, psicólogos y otros profesionistas. Como resultado de la presión de las organizaciones feministas integrantes de la Coalición, el gobierno federal, vía el Consejo Nacional de Población, conformó el Grupo Interdisciplinario para el Estudio del Aborto que, con más de ochenta especialistas, dio un resultado favorable a propósito de la despenalización; sin embargo, los resultados de dicho grupo nunca fueron publicados, quedaron en letra muerta.
La Coalición tuvo debates internos sobre cuál debía ser la exigencia, similar a los que existen actualmente, dividiéndose en dos grandes campos; algunas consideraban que era suficiente con la despenalización y, otras, bregaban porque se legalizara el aborto. Fue esta segunda posición la que ganó terreno dentro de la coalición, lo cual dio como resultado la consigna por el “aborto libre y gratuito”. Esto significó un avance importante, pues ponía a consideración no sólo la libertad de decisión de las mujeres, sino también la gratuidad del aborto, precisamente, visibilizando a los sectores populares y más precarios.
El debate sobre el aborto continuaba extendiéndose y, en noviembre de 1976, se hizo público un pronunciamiento a favor de la legalización del aborto, con la firma de más de 200 personalidades del ámbito artístico, feminista e intelectual.
Todo esto tuvo repercusiones en cuanto a los avances sobre la no penalización del aborto, para fines de los 70, fueron modificados los códigos penales en varios estados para permitir el aborto en caso de malformaciones graves en el feto y por daños a la salud, además de la Reforma Constitucional en 1974, que contemplaba “el derecho de todas las personas de decidir de manera libre e informada el número y espaciamiento de sus hijos.” [7]
Cabe destacar que en la mayoría de los análisis que se hacen sobre la lucha por el derecho al aborto, poco se dice sobre las movilizaciones y actos públicos que hubo, y se da un mayor peso a los proyectos, conferencias y encuentros convocados. Sin embargo, es muy interesante observar como la demanda por el aborto legal comenzaba a ganar terreno no sólo en la opinión pública, sino también en las calles.
Múltiples marchas y mítines se desarrollaron en la segunda mitad de los 70, mismas que estuvieron acompañadas por brigadeos en universidades y plazas públicas que difundieron el contenido de las campañas. [8] En 1977 se realizó un acto el 1 de diciembre a las afueras de la cámara de diputados donde reunieron a más de 150 mujeres, en ese mismo año se realizó un acto en solidaridad con las italianas que también buscaban la legalización del aborto en ese año, a las afueras de la embajada de dicho país. [9] Para 1978 realizaron una manifestación el 31 de marzo —en el marco del día internacional de acción por el aborto— que reunió a más de 500 personas en el monumento a la madre, en la que se sumaron a las organizaciones feministas, organizaciones sociales, sindicales y políticas [10].
En 1979 se realizó la Cuarta Jornada por el Aborto que contempló un mítin el 20 de octubre en el Hemiciclo a Juárez, un debate el 27 de octubre que concluyó con una marcha que celebraba la liberación de mujeres españolas detenidas por abortar y la entrega del proyecto de ley “Por una maternidad voluntaria” el 13 de noviembre que fue acompañada por la Coalición de izquierda que agrupaba a diversas organizaciones. [11]
Ya para 1980 se realizó una gran movilización que reunió a más de 4 mil personas el 25 de octubre, en la que participaron organizaciones sindicales como el STUNAM, SITUAM, SUNTU, SINTCB y el Movimiento Revolucionario Magisterial; también organizaciones políticas como el Partido Comunista Mexicano (luego de cambiar su postura), el Partido Obrero Socialista y el Partido Revolucionario de las y los Trabajadores de tendencia trotskista. Destaca también la participación de grupo LAMBDA que luchaba por los derechos de las disidencias sexogenéricas. [12]
En este contexto también se acrecentaron las protestas antiderechos encabezadas por el PAN, sectores de la iglesia católica y grupos Pro-vida, incluso agrediendo directamente a las manifestantes, o a quienes se encontraban en plazas públicas difundiendo las iniciativas de ley para la legalización del aborto.
Los proyectos de ley presentados por la Coalición de Mujeres Feministas y el Frente Nacional de Lucha por la Liberación y por los Derechos de las Mujeres FNALDIM terminaron en la congeladora parlamentaria; sin embargo, estos fueron la base para el Proyecto de Ley de Maternidad Voluntaria en los 80; pero, también fue congelada en el Congreso pese a la declaración del Consejo Nacional de Población (CONAPO) en 1982 de que el riesgo del aborto era su carácter clandestino, cerrando el tema hasta que, en 1983, Miguel de la Madrid buscó homologar el código penal de la capital con los que permitían el aborto con dichas causales.
Primeros avances en la despenalización
La demanda por el derecho al aborto se reactivó en 1989, después de que la policía irrumpiera en una clínica de abortos clandestinos, deteniendo y torturando a pacientes y personal médico. Esto llevó al impulso de una campaña de denuncia con una multiplicidad de adhesiones desde organizaciones feministas, centros de estudios de género de algunas universidades, organizaciones sindicales y políticas. El desplegado dio como resultado que Jesús Komte, entonces titular de la Secretaría de Salud, convocara a una reunión con algunas de las “famosas” firmantes, siendo sólo un acto protocolario donde el propio Komte reconoció su cercanía con el reaccionario Opus Dei. Pese al intento de cooptación, este desplegado provocó que en el Encuentro Nacional Feminista en Chapingo, realizado en agosto de 1989, retomara una ruta de exigencia de la despenalización del aborto. [13]
En los primeros años de la década de los 90 nuevamente tomó terreno el debate por la despenalización del aborto, incluso en medios de comunicación masivos, como el debate presentado en 1991 en el programa Usted ¿qué opina? de canal 9; dio como resultado el surgimiento de nuevos reagrupamientos de organizaciones feministas, como el Frente Nacional por la Maternidad Voluntaria fundado en enero de 1991 con 62 organizaciones.
Chiapas fue el centro de la discusión en algún momento con organizaciones que peleaban por la despenalización del aborto y, en contraparte, estaban las propuestas de la derecha conservadora, que atacaban los avances en materia de aborto no punible de la entidad. Para 1996, el gobernador Patrocinio González promovió una reforma en la que se incluía el aborto no punible por motivos económicos, a lo que la iglesia católica, el PAN y organizaciones Pro-vida se opusieron, suspendiendo las discusiones en torno a dicha propuesta. [14]
Para 1997, se logra en 21 estados la despenalización del aborto bajo cuatro causales: cuando el embarazo es producto de una violación, cuando la vida de la mujer embarazada corre peligro, cuando el embarazo es producto de una inseminación artificial y cuando el embarazo presenta un daño grave en la salud de la mujer. [15]
En 1999 se presentó una iniciativa, por parte de la Campaña Acceso a la justicia para las mujeres, para sumar a las causales de no punibilidad del aborto en la CDMX (DF en ese entonces) que sumaba la causal por razones económicas y cuando se descartan anomalías en el feto. [16]
El Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE) destaca dos hechos reaccionarios en su folleto El proceso de despenalización del aborto en la Ciudad de México que fueron un aliciente para la movilización y la exigencia del derecho al aborto en los 2000. Por un lado, el caso de Paulina, de 13 años, que quedó embarazada producto de una violación y a quien se le impidió el acceso al aborto en Mexicali, siendo responsables tanto el director del Hospital General de Mexicali, la Procuraduría de Justicia del Estado y grupos religiosos. Por otro lado, el caso de Guanajuato, donde el PAN promovió una iniciativa para quitar la causal por violación del código penal local en el 2000, acción de la cual intentó deslindarse el entonces presidente Vicente Fox de dicho partido. [17]
En agosto de 2000, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal aprobó la Ley Robles, [18]. En esa Ley se estipulaba que el aborto no podía penalizarse en tres causales: “1) cuando existan malformaciones congénitas o genéticas graves en el producto; 2) cuando de no provocarse el aborto la mujer embarazada corra peligro de afectación grave a la salud; y 3) cuando el embarazo sea resultado de una inseminación artificial no consentida.” [19] Aunque esto representaba un avance en un sentido, por otro lado, la misma Ley ponía trabas al acceso al aborto en caso de violación o inseminación artificial, pues el ministerio público sería el encargado de otorgar el derecho o no al aborto, en esas causales, llevando a las mujeres a un camino largo y tortuoso de denuncia, que muchas veces resultó en el abandono del proceso o a que se otorgara cuando el embarazo ya rebasaba las doce semanas.
Ante este avance, el ataque de la derecha no se hizo esperar y el PAN, junto a organizaciones Pro-Vida, impulsaron una acción de inconstitucionalidad ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación para echar atrás la Ley Robles. Finalmente, en 2002, el fallo resultó a favor de la ratificación a la reforma del 2000, aunque lo cierto es que la traba de los grupos conservadores fue importante, pues dicha ley no se implementó hasta después de resuelto el fallo de la SCJN. Dicha resolución era contradictoria, pues la SC reconocía el derecho a la vida desde la concepción, pero argumentaba que “existen excepciones”.
Para 2002 se dio la reglamentación de la ILE para la Ley Robles y, para 2003, se avanzó en otras disposiciones en torno al aborto. La reforma de 2003 implicaba tres cosas: 1) se aumentaron las penas para quienes realizaban abortos forzosos, 2) se obligaba a las clínicas del DF a brindar el servició de interrupción de embarazo (bajo las causales establecidas) en un plazo de no más de cinco días, 3) se reguló la objeción de conciencia y 4) se quitó el delito del aborto para las causales establecidas; es decir, pasó de ser “un delito que no se castigaba” a no ser delito.
Finalmente, se despenalizó el aborto en la CDMX después de múltiples debates respecto al aborto, las promesas de campaña y, sobre todo, el empuje de las organizaciones feministas
“El 24 de abril de 2007 en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (hoy CDMX) se aprobaron reformas al código penal y la Ley de Salud local para despenalizar el aborto. Ahí se establece la Interrupción Legal del Embarazo por cualquier causal hasta la semana 12 de gestación. El 26 de abril fue publicado esto en la Gaceta Oficial del Distrito Federal. Entró en vigor al día siguiente, aunque de manera formal, ya que se indicaba que la ILE podía ser aplicada en cualquiera de los hospitales y clínicas, algo que no es así.” [20]
Ese día, cientos de manifestantes que apoyaban la iniciativa para la despenalización del aborto se dieron cita a las afueras de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal y en el Hemiciclo a Juárez, concentraciones convocadas por Católicas por el Derecho a Decidir, Equidad de Género, Fundar, Grupo de Información y Reproducción Elegida (GIRE), entre otras organizaciones. [21]
La aprobación de la Interrupción Voluntaria del Embarazo en la CDMX resultó uno de los avances más importantes en la lucha por el aborto, luego de que se conquistara que ésto no era punible bajo ciertas causales, la ILE expresaba por primera vez que las mujeres podían decidir libremente sobre sus cuerpos, implicaba que el derecho al aborto no estaba atado a ciertas condicionantes. Además, la reglamentación para la ILE llevó a la constitución de clínicas públicas que atendieran dicho servicio, evitando que mujeres recurran a clínicas clandestinas; aunque en la actualidad, diversas organizaciones hemos señalado que son insuficientes el número de clínicas para la demanda, pero su existencia permite que, al menos, las mujeres y personas con capacidad de gestar que reciden en la CDMX puedan acceder a un aborto gratuito.
Cabe destacar, que durante todo este proceso el actual presidente, Andrés Manuel López Obrador, decidió guardar silencio sobre el aborto. Destacan dos momentos: por un lado, cuando era jefe de gobierno nunca se mostró a favor de la reforma de 2003 y, cuando tuvo una reunión con la Red por la Salud de las Mujeres del Distrito Federal, borró la palabra “aborto” del documento de los “compromisos” antes de firmarlo; por otro lado, siendo candidato a la presidencia en 2006, en un momento donde había una efervescencia, decidió guardar silencio ante el tema del aborto para no entrar en conflicto con sectores de la iglesia católica, aunque el PRD (su partido en ese entonces) incluía “brindar información sobre la ILE” en su plataforma. Hasta ahora es congruente con su posición conservadora en torno al tema, donde simplemente ha decidido guardar silencio en las mañaneras y decir que “hay asuntos más importantes” o que “no hay que meter polémica”.
Desde la aprobación de la ILE en la CDMX, el tema del aborto se vio estancado o, incluso, bajo ataque. En los estados más conservadores, las mujeres se vieron más criminalizadas y atacadas. Las autoridades comenzaron a aplicar condenas por “homicidio en razón de parentesco” para aumentar las penas de mujeres que abortaban y hubo intentos por parte del PAN, las iglesias y los grupos antiderechos por retrotraer las conquistas de la ILE y el aborto no punible en el resto de los estados del país.
Los avances en torno a la despenalización continuaron estando bajo ataque y diversas organizaciones, incluida Pan y Rosas México, conformaron el Pacto por la Vida, la libertad y los derechos de las mujeres, que entre 2010 y 2011 realizaron diversas protestas en las casas de representación de distintos estados de la república denunciando que en dichas entidades se buscaba poner trabas al avance del derecho al aborto, pues votaban modificaciones que eran candados que permitirían más adelante legalizar la interrupción del embarazo, bajo eufemismos como "la defensa de la vida desde la concepción". También en este contexto, y ante la creciente ola de feminicidios desatada, entre otras cosas por la militarización, como Pan y Rosas se puso sobre la mesa la necesidad de articular un movimiento de mujeres que nuevamente tomara las calles, y que pudiera articular las demandas por el aborto y contra la violencia.
Panorama actual de la lucha por el aborto
Como señalamos al inicio, recientemente el aborto volvió al centro del debate, en agosto de 2019 el congreso local en Oaxaca aprobó la despenalización en esa entidad. Desde entonces, se ha despenalizado el aborto en otras diez entidades —sea por la aprobación de iniciativas en los congresos locales o por los fallos emitidos por la Suprema Corte de Justicia de la Nación—, aunque en casi ninguno se ha avanzado en la reglamentación de la ILE que permita que en clinicas y hospitales públicos se brinde este servicio de forma gratuita a todas las mujeres y personas con capacidad de gestar.
El último fallo de la SCJN [22] que marca como inconstitucional la penalización del aborto en el Código Penal Federal (CPF) debería tener como resultado la liberación de las más de 200 mujeres presas por abortar, [23] pero también, la reapertura de los casos de todas aquellas que fueron juzgadas de forma errónea y están presas bajo el delito de “homicidio en razón de parentesco”. Además implicaría que el congreso reforme el CPF quitando el delito de aborto.
Conocer y recordar la historia del movimiento feminista y las movilizaciones de mujeres que buscaron la legalizacion del aborto, permite mostrar que los avances en este terreno han sido producto de la lucha, misma que aún tiene un camino que recorrer para hacer realidad la consigna por “aborto legal, seguro, libre y gratuito” en todo el país.
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