Jonathan Uriel Castellari, integrante del equipo de rugby Ciervos Pampas, equipo de rubgy que lucha contra la homofobia, sufrió ataque por una patota en la madrugada del día de ayer.
Tomás Máscolo @PibeTiger
Viernes 1ro de diciembre de 2017
El joven de 25 años, fue a bailar anoche a un boliche de Palermo, con su compañero Sebastián Sierra quien también forma parte de Ciervos Pampas equipo de rugby de la Argentina que hace cinco años nació como el primer por la diversidad sexual. Después fueron desayunar al McDonalds de la Avenida Córdoba 3188 y mientras esperaban la comida entró al local un grupo de 7 chicos de entre 20 y 25 años.
“Los chicos los miraban fijo y hacían chistes entre ellos, Yo vi desde adentro que algo estaba pasando y cuando salí salió el resto del grupo y le empezaron a pegar y a decir puto y un montón de insultos homofóbicos. Intenté defenderlo pero no pude, después lo soltaron. El está dolido, muy dolido y los dolores no son solo de los golpes. Necesitamos que esto se difunda lo más posible, no puede seguir pasando.” Declaró Sebastián al medio Presentes.
El ataque de odio ejercido hacia Jonathan Uriel Castellari se encuentra en el contexto de una violencia estructural, de discriminación y desigualdad hacia la diversidad sexual.
El deseo nunca es enfermo
En nuestro país existe una Ley de Identidad y una Ley de Matrimonio igualitario, los aires de medioevo a veces recorren la ciudad, como en este caso. Esa reaccionaria visión es avalada por la Iglesia, es el propio Bergoglio que pide "entender" a los homosexuales" mientras compara a las personas trans con armas nucleares.
Hace menos de un mes la Ciudad tuvo una nueva marcha del orgullo, la misma se pronunció contra el Protocolo LGTBI de Patricia Bullrich. La ministra que esta absolutamente desprestigiada por ser la responsable política de la muerte de Santiago Maldonado y de Rafael Nahuel, quien pretende ser "inclusiva" a la hora de reprimir o amedentrar a la diversidad sexual.
Esta política represiva es la que permite que sectores de derecha se sientan impunes y embalentonados a tal punto de realizar estos ataques de odio hacia un pibe que vive su deseo fuera de la heteronorma.
No hay libertad sexual sin revolución social
La utopía a la que se asocia la revolución social no tiene parangón si intentamos conformarnos con emparchar a un sistema donde el machismo y los casos como el de este joven esta a la orden del día. No es utópico recordar la pelea que dieron grandes activistas como los de Stonewall cuando se enfrentaban con la policía porque querían detenerlos injustamente con códigos contravencionales. Tampoco es muy lejana a la pelea que dieron los referentes del Frente de Liberación Homosexual contra el Papa Pio XXI cuando los tildaba de enfermos.
Retomemos estas luchas que son parte de la historia de la diversidad sexual y de su lucha por lograr conquistar sus demandas democráticas. Enfrentandose a la policía y la Iglesia, aprendieron que el Estado financia y protege a dos instituciones reaccionarias.
El deseo no es enfermo, la pelea tiene que ser contra un sistema que nos ofrece más violencia, estigma y precarización. El tedio contra la policía, los Gobiernos y el machismo también quedaron plasmados en las masivas movilizaciones por #NiUnaMenos y en las actividades organizadas para exigir justicia por Lohana Berkins y Diana Sacayan. Si tocan a una, se organizarán miles.
Tomás Máscolo
Militante del PTS y activista de la diversidad sexual. Editor de la sección Géneros y Sexualidades de La Izquierda Diario.