Vecinos en situación de calle o con problemas de hacinamiento tomaron unos terrenos que, según los vecinos, estaban abandonados "hace 40 años". La respuesta del muncipio que conduce Menendez fue la represión. La criminalización de la pobreza no se toma cuarentena.
Jueves 13 de agosto de 2020 23:57
Policías y balas. Así responde el municipio a quienes le faltan viviendas
Los hechos ocurrieron el lunes 10 de Agosto alrededor de las 22 horas en el barrio “Presidente Juan Domingo Perón”, en Pontevedra, distrito de Merlo. En aquel barrio popularmente conocido como "El fondo", efectivos de la Policía Bonaerense entraron disparando balas de goma en medio en medio de la oscuridad para desalojar a las casi 100 familias que estaban realizando una toma de terrenos, ante la falta de vivienda.
Los terrenos tomados, según los vecinos del barrio que está enfrente, están abandonados hace 40 años. Mucha gente en situación de calle intentó construir su hogar. Pero sin orden alguna, la policía los desalojó a los tiros.
Cuando los patrulleros llenos de policías armados pasaron por las calles de tierra más concurridas amenazaron y golpearon a vecinos del interior del barrio. Dispararon balas al aire sin importarles que niños y familias pudieran salir lastimadas, ya que por los disparos algunos vecinos se asomaron a ver que ocurría.
Se llevaron varios detenidos. Entre ellos a dos discapacitados y vecinos del barrio que no estaban participando de la toma. Hicieron una verdadera cacería.
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Consultadas por La Izquierda Diario, vecinas que estaban al tanto de la toma y apoyaban a las familias nos cuentan: "Increíble. Fue de terror, hoy no andaba nadie en la calle.. imaginate como la gente está de asustada". "Infantería, seguridad víal, todos juntos.. y tiraban perdigones por las calles Nazca y Aberastury. Hay fotos y además videos. Le pegaron a una señora que esta con un andador. Ella no puede caminar se maneja con eso. Después a un vecino con discapacidad le abrieron la cabeza. Se llamó a la ambulancia y tampoco vino. Amenazaron a vecinas los mismos policías". Comentarios que llenan de bronca con solo imaginarse en esa situación.
"Había gente en situación de calle y otras que viven hacinadas en barrios de alrededor. Mamás de Santa Julia intentaron plantarse, pero ni alcanzaron a poner nada ¡con todo lo que se vino después! Hasta prendieron fuego en algunas partes", dicen otra vecina indignada.
Como sabemos la crisis habitacional es un problema estructural nunca resuelto para muchas familias en nuestro país. Ahora en medio de la pandemia, la situación empeoró. Mientras tanto el gobierno toma la cuarentena casi como única medida para los sectores populares, desde hace mas de cien días.
Con solo decir “quedate en casa” no alcanza. Porque algunos ya ni casa tienen porque el gobierno se las quitó y los dejó en la calle. La desocupación crece. Se nota la falta de trabajos estables. Los únicos que hay son precarizados.
Una joven vecina, estudiante de enfermería, nos contaba que en la toma había muchas madres con sus hijos buscando un lugar donde vivir. Con bronca decía: "ya está, que vamos hacer voy a seguir alquilando”. Aunque no alcance.
Merlo es el paradigma de precarización de la vida, pero para el gobierno es “culpa de la gente”
La precariedad de la vida en Merlo es moneda corriente. Y con la pandemia y cuarentena, aún peor. Hace un mes contábamos los estragos que causó el Covid-19 en el barrio Las Torres, también de Pontevedra. Allí el 97,4% de los habitantes de este barrio no cuentan con el tendido de agua potable ni con redes cloacales. Tampoco cuentan con tendido de redes de gas, por lo que la gran mayoría utiliza garrafas. También cuentan con basurales y lugares contaminantes. Viven como pueden.
Mientras desde el municipio en vez de ayudar empeoran la situación. Es necesario recordar que desde la intendencia de Merlo, en plena pandemia se despidió a personal de salud en el Hospital Materno Infantil, al que se sumaron los despidos del área de Niñez del municipio. Además, las empresas del municipio, pese a tener trabajadores positivos de Covid en sus instalaciones, no realizan testeos y se niegan a cerrar para continuar con sus ganancias. Es el caso de la alimenticia Nikitos de pontevedra, el Banco Piano o el McDonald’s de Merlo centro. El intendente no respondió a ninguno de los reclamos de los trabajadores.
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Y cuando la gente intenta resolver los problemas por su cuenta la respuesta son balas. Los echan del trabajo, los hechan de sus casas. Y para peor, la propia ministra de Desarrollo Territorial y Hábitat, María Eugenia Bielsa, admitiendo que “no cabe ninguna duda que existen necesidades”se refirió al tema de las tomas de tierras en el conurbano como “situaciones más delictivas que reales”. Todo desde la comodidad de su casa, mientras los vecinos de Merlo quedan en la calle.
Vivienda y servicios para todos: por una reforma urbana integral
La pandemia ha confirmado brutalmente que las condiciones de vida en nuestro país y en el planeta son insoportables.
Hoy hay en el país más de 3,5 millones de familias con problemas de vivienda, por la precariedad de su construcción o el hacinamiento. Son la mitad de los hogares argentinos. Además, millones no tienen acceso a los servicios de agua potable, gas natural o cloacas. En la sumatoria de villas y asentamientos del AMBA habitan aproximadamente 2 millones de habitantes. Son los más expuestos a este virus y a cualquier enfermedad.
Mientras tanto, los inversores privados tienen en su poder gran parte de las 2.500.000 viviendas desocupadas que hay en Argentina. Es una irracionalidad total.
Una salida a esta situación solo podrá lograrse mediante una reforma urbana integral que debe contemplar un plan de obras públicas para garantizar infraestructura (agua, gas, pavimento) y viviendas para las familias que se encuentran en emergencia habitacional y permita el acceso a la vivienda a quienes hoy tienen que alquilar a precios imposibles. recursos hay. Es un problema de dar vuelta las prioridades.
¿Cómo es posible que quienes construimos las ciudades y somos esenciales para su funcionamiento no tengamos derecho a vivir en condiciones mínimas de habitabilidad?
Contra la irracionalidad del capitalismo de tener casas sin gente y gente sin casas, luchamos por acceso a un hábitat digno.
Como ya escribimos en otra nota: “Solo cuando se entienda que quienes construyen y mantienen la vida urbana tienen un derecho primordial a lo que han producido, y que una de sus reivindicaciones es el derecho inalienable a adecuar la ciudad a sus necesidades, llegaremos a una política de lo urbano que tenga sentido comunitario".
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