Circula desde el día de ayer en redes sociales un video donde se muestra a dos militares y un policía federal torturando a una mujer.
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La Izquierda Diario México @LaIzqDiarioMX
Viernes 15 de abril de 2016
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Otra vez el Ejército mexicano en el ojo del huracán
Nuevamente el ejército mexicano y la policía federal están envueltos en un escándalo que, a pocas horas de estallar, ya está cimbrando a la opinión pública nacional e internacional.
Un video donde se ve claramente como dos militares y un policía federal torturan a una mujer inerme con bolsas de plástico, golpes, asfixia y el cañón de un arma automática circula viralmente por redes sociales.
Según la prensa nacional e internacional, los hechos sucedieron el 4 de febrero en la comunidad de Ajuchitán del Progreso en el sureño estado de Guerrero.
La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), solo una vez que el video salió a la luz pública emitió un comunicado en el que “aclara” que el 10 de diciembre del año pasado se informó al Ministerio Público Militar de los hechos y se inició una investigación.
Un día después, la Procuraduría General de Justicia de la propia institución castrense, habría detenido a un capitán y una soldado como presuntos responsables de los hechos por el delito de “desobediencia”.
A su vez, la Procuraduría General de la República (PGR) informó que el 7 de enero del año en curso inició averiguación previa mediante su Unidad Especializada en Investigación de Delito de Tortura para investigar la “probable responsabilidad de elementos del ejército y de un policía federal” (El Universal, 14/04). E inmediatamente dio un espaldarazo a la Sedena advirtiendo que la misma está colaborando “en todo momento” para el seguimiento de la investigación.
En cada caso de tortura resuena el “Fue el Estado” del movimiento por Ayotzinapa
Pende sobre el ejército mexicano el descrédito y el señalamiento popular de ser uno de los responsables directos de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa. Todavía retumba en el imaginario social las imponentes movilizaciones del 2014 donde cientos de miles exigían la aparición con vida de los 43 y acusaban “Fue el Estado”.
Son miles de casos de tortura en México los que ya se registran después de más de 10 años de iniciada la llamada “guerra contra el narcotráfico” que devino en la militarización del país.
La estrategia de “seguridad” iniciada con el presidente panista Felipe Calderón y perpetuada por Enrique Peña Nieto, lejos de haber extirpado al narcotráfico (con el cual está comprobado que el poder político y militar tiene múltiples vasos comunicantes), ha profundizado la violación sistemática a derechos humanos como una práctica recurrente del ejército y las fuerzas policiales.
Ya el 30 de junio del 2014, un batallón militar ejecutó extrajudicialmente a 22 personas, jóvenes todas ellas en el municipio de Tlatlaya.
Según Amnistía Internacional, los casos de tortura en México denunciados entre el 2013 al 2014 se incrementaron de 1165 a 2403, aunque la cifra real está oculta porque la mayor parte de las víctimas no denuncian temiendo represalias.