Los dirigentes del PRO desfilan por la Exposición Rural organizada en Palermo y dejan declaraciones que los muestran estrechamente unidos al reclamo de los exportadores que buscan sacar mayor tajada en medio de la crisis. Las declaraciones de Patricia Bullrich fueron una muestra explícita defendiendo los intereses de los dueños de la tierra, que en el primer semestre tuvieron ganancias récord. Además, la presidenta del PRO volvió a reclamar un mayor ajuste pidiendo recortar más el gasto público.
Juan Manuel Astiazarán @juanmastiazaran
Viernes 22 de julio de 2022 21:12
Foto I Martín Cossarini
La defensa de los intereses de las grandes patronales agrarias por parte del PRO no es ninguna novedad. Pero este viernes Patricia Bullrich, presidenta de esa fuerza política, pasó por la Exposición en La Rural y volvió a dejarlo en claro, mostrando a quienes defienden realmente detrás de las frases hechas sobre la producción y el trabajo.
De hecho, Bullrich volvió a insistir en una idea que no resiste el menor análisis, generalizando y definiendo el accionar de los grandes productores agropecuarios como el accionar de “los argentinos”. La presidenta del PRO aseguró: “Lo que tiene que preguntarse el presidente de la Nación es porqué los argentinos tienen que dejar los granos en las bolsas y no venderlos”. Nada podría estar más alejado de la realidad. Quienes dejan los granos guardados en las bolsas, presionando por una devaluación y por quita de retenciones no son “los argentinos” sino los grandes dueños de la tierra. Un pequeño puñado de parásitos que dispone a su gusto y antojo sobre las exportaciones y extorsiona conociendo el poder que tienen, jugando con el precio de los alimentos en medio de una crisis social cada vez más grande y presionando por más ganancias a costa del hambre y la pobreza de millones.
En la misma sintonía, Bullrich justificó este accionar especulativo y afirmó: “La gente protege sus ahorros como puede”. La idea de hablar de los dueños de la tierra como “los argentinos” o “la gente” esconde un reaccionario sentido común, de presentar a ese pequeño grupo como parte de un mismo colectivo que compartirían con cualquier otro ciudadano, trabajadores y cuentapropistas incluso. La misma idea reaccionaria que se esconde detrás de la frase que asegura que “el campo somos todos”.
Los representantes de las entidades agrarias también aportan lo suyo a partir de una victimización permanente. Nicolás Pino, presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), declaró que “con esta brecha se hace muy difícil trabajar”. Sin embargo, a pesar de las acusaciones contra el Gobierno realizadas por Pino y por los demás representantes de las organizaciones de la Mesa de Enlace, el oficialismo está lejos de haberlos perjudicado. Más bien, lo ha favorecido como pocas veces antes en la historia.
Los últimos “gestos” del Gobierno, como la negativa a aumentar retenciones, la flexibilización de las condiciones para comprar dólares para importar fertilizantes, o el aumento en el tope del límite para exportar maíz, son algunos de los hechos que lo demuestran. La negativa a aplicar un impuesto a la renta inesperada, cuando en el primer semestre del año obtuvieron la mayor ganancia de la historia, también. No conformes con eso, desde el Ministerio de Agricultura que conduce Julián Domínguez dejaron trascender que el pedido de rebaja de retenciones “será evaluado por el Banco Central y por la ministra de Economía”.
Las declaraciones de Bullrich, embanderada de los intereses de los patrones del campo, muestra claramente cuáles son las ideas que defienden desde la oposición de derecha. Una oposición que a pesar de haberse ido repudiada por una importante mayoría de la población que sufrió las consecuencias del ajuste que implementó, ahora vuelve a levantar cabeza tras el desastre económico de la gestión del Frente de Todos y las consecuencias de avalar la estafa macrista con el FMI.
Ni la oposición de Juntos por el Cambio o los liberales son una alternativa frente a la crisis que se profundiza día a día. Lo que pretenden es confundir y explotar el enorme malestar social, para volver a ser gobierno en 2023. La única alternativa realista frente a la crisis solo puede venir de la mano de la organización y la movilización popular, con la más amplia unidad en las calles para pelear contra el ajuste y por una salida independiente, que sea favorable a toda la clase trabajadora.
Reclama el agronegocio y suben los alimentos. Reclaman transportistas y sube el boleto. El gobierno cede ante los poderes económicos en medio de una corrida que pide devaluación. El 27 de julio hagamos una gran movilización por los reclamos del pueblo trabajador. Basta.
— Myriam Bregman (@myriambregman) July 21, 2022