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Red Internacional
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PACTO SALARIAL. CCOO y UGT buscan un pacto salarial miserable para evitar la conflictividad laboral

La Patronal y los representantes de CCOO y UGT han iniciado una ronda de reuniones para alcanzar un pacto salarial frente a la inflación. La apuesta de los sindicatos ya parte por debajo del IPC. Por esta vía sindicatos, Gobierno y patronal tratan de evitar previsibles conflictos laborales por mejoras salariales.

Viernes 11 de febrero de 2022

El pasado miércoles se celebró una primera reunión en el Ministerio de trabajo, donde se empezó a abordar esta cuestión. Respecto a los objetivos, por parte de CCOO y UGT, según han informado los dirigentes de estos sindicatos, el objetivo es negociar una serie de subidas salariales que abarquen un periodo de tres años y que “garanticen” el poder de compra de los trabajadores.

2021 terminó con una inflación de 6,5%, el dato más elevado dese mayo de 1992. Esto sitúa a la tasa de inflación media anual de 2021 en un 3,08%. Además, parece que esta situación va a acompañar a la economía española en el próximo periodo. Distintos informes económicos muestran de nuevo una previsión de gran aumento en la inflación para 2022. La Fundación de Cajas de Ahorro (Funcas) ha calculado que durante el primer trimestre de 2022 la inflación se situará en torno al 5%. También apunta a que el aumento medio en 2022 será del 3,7%, seis décimas más que en 2021 (3,08%). Esto tiene una enorme repercusión en el día a día de las familias trabajadoras que en contadas ocasiones ven aumentar los salarios. En medio de toda esta situación los salarios de convenios con subidas salariales pactadas solo aumentaron el 1,47%.

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Según han filtrado a varios medios, los dirigentes sindicales tendrían como objetivo pactar un aumento del 5%, algo que seguiría situando a los salarios por debajo de la inflación -recordemos que 2021 cerró con un 6,5% de inflación en el mes de diciembre-. Sin embargo, todo apunta a que se trata más bien de un intento por aparecer con dignidad antes ojos de los trabajadores a los que la Reforma laboral no ha entusiasmado.

El debate es por tanto oportuno pero llega tarde. El poder de compra de los trabajadores hace tiempo que está por los suelos. Antes del inicio de la pandemia, los datos, las estadísticas, y las encuestas parciales ya reflejaban que ni siquiera los salarios cubrían el coste real de la vida para el 80% de las familias.. Miremos como lo miremos, e independientemente del acuerdo al que se llegue, llega tarde y parte de un punto de empobrecimiento importante. Punto, al que dicho sea de paso, se ha llegado tras años de conciliación con la patronal por parte de los sindicatos mayoritarios quienes han firmado permanentemente bajadas salariales.

Un ejemplo ilustrativo de esto es el hecho de que en 2008 más de 8 millones de trabajadores, casi el 70% de los que estaban cubiertos por un convenio colectivo, tenían una cierta protección en sus salarios ante la subida de los precios. Esto se debía a que muchos convenios colectivos gozaban de algún tipo de cláusula de garantía salarial. Pues bien, a finales de 2021, solo 1,2 millones de trabajadoras y trabajadores contaban en su convenio con cláusula de garantía salarial. Esto es, solo un 15,65% del total de trabajadores con convenio está bajo el paraguas de uno con un pacto con la empresa que vincule su sueldo con el IPC.

CCOO y UGT responsabilizan de esta situación a la Reforma laboral de 2012, la del PP, pero olvidan el hecho de que durante años no organizaron ninguna lucha seria para tirarla abajo, y que la reforma como tal no impedía la inclusión de este tipo de claúsulas, y lo más importante, omiten que acaban de validar con la nueva reforma, todas las anteriores.

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Partiendo de donde partimos –una situación límite para millones de trabajadores y familias- y del hecho de que la subida que preven pactar CCOO y UGT con la patronal aún está por ver, lo que sí podemos adelantar es que el posible pacto no se acercará ni lo más mínimo a la perdida acumulada en todos estos años. Lo mismo ocurre con la reciente subida del SMI, que lo aumenta en 35 euros, algo muy alejado del constante empobrecimiento de las clases populares.

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La reciente subida del SMI, así como la negociación de este pacto, además de lo limitado, parecen estar más encaminadas a contener posibles explosiones en la calle que a buscar una verdadera recuperación de poder adquisitivo para las y los trabajadores. Tanto CCOO y UGT, como el Gobierno, es lo que buscan. Los sindicatos no se esconden y según declaraciones de fuentes sindicales publicadas en el diario EL País los sindicatos opinan que “Hay una importante pérdida de capacidad de compra para los trabajadores. Si se firma el acuerdo, se evitaría mucha conflictividad laboral en los próximos meses, por eso es importante cerrarlo cuanto antes”.

El Gobierno por su parte, busca aparecer como parte de este nuevo pacto para compensar la escasa ilusión generada por parte de la Reforma Laboral, sobretodo en sectores de trabajadores ligados a la izquierda sindical. Tanto Álvarez y Sordo, como Yolanda Díaz son conscientes de que la carestía de la vida es un motor importante de movilización para la clase obrera. Algo que ya demostraron los trabajadores de la Bahía de Cádiz y que ahora muestran las limpiadoras de Córdoba en huelga indefinida desde hace semanas por mejoras salariales. A estas trabajadoras les aplicaron la subida del SMI, sin embargo, la patronal dejo de pagarles el plus por antigüedad, algo que ocurre en cientos de empresas. Es decir, una de cal y otra de arena.

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Las limpiadoras de Córdoba lanzan un mensaje importante. Cualquier pacto o mejora salarial pactada por arriba, por más mínima que sea, debe ser peleado en cada centro de trabajo sino se convierte en papel mojado y puro demagogia "progresista".