López Obrador y Fernando Calvillo, presidente del Consejo de Fermaca, presentan lucro a partir de una necesidad pública, es decir, el beneficio privado, como algo de interés general.
La Izquierda Diario México @LaIzqDiarioMX
Miércoles 11 de septiembre de 2019
La conferencia matutina de este miércoles inició con el anuncio de AMLO de que se llegó a un acuerdo con la empresa Fermaca, responsable de dos de los siete gasoductos que dieron lugar a conflictos entre empresas privadas y la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
El director de la CFE, Manuel Bartlett, explicó que se trata de los gasoducto de La Laguna-Aguascalientes y Villa de Reyes-Aguascalientes-Guadalajara, que transportan gas shell desde Texas por el centro del país.
El acuerdo entre Fermaca y la CFE consistió principalmente en una reducción de las tarifas por el transporte de gas. En compensación, el gobierno extendió con la empresa el servicio de transporte de gas natural por 10 años, lo que implicará una relación de más de 25 años.
A su vez, el presidente del Consejo de Fermaca, Fernando Calvillo, dijo que los gasoductos de la empresa constituyen la red troncal privada más importante para el abasto de gas natural, sumando 2,150km. Cuando la red de Fermaca esté terminada en el primer semestre de 2020, podrán suministrar gas natural al norte, al occidente y al centro del país, “garantizando así un futuro más próspero para nuestro país”. El empresario presentó así el lucro a partir de una necesidad pública, es decir, el beneficio privado, como algo de interés general, sin hablar por supuesto de las millonarias ganancias para unos cuantos.
Además, Calvillo habló cínicamente de Fermaca como una empresa mexicana respaldada por fondos de pensiones, presentando como lo más natural del mundo que los recursos de los trabajadores sean utilizados para financiar los negocios de la iniciativa privada. La empresa también es respaldada por fondos internacionales y bancos de inversión para la construcción de gasoductos.
Fermaca anunció una inversión de 12 mil millones de pesos adicionales. También prevé participar en la distribución de gas al sureste del país.
López Obrador, por su parte, dijo que producto de las políticas de los gobiernos anteriores, la mitad de la energía eléctrica que consumimos se produce por empresas particulares. Dejó claro que no está en contra de las privatizaciones, pero adujo que en el terreno práctico no se benefició al consumidor porque no bajó el precio, sino que aumentó.
Según el mandatario, si continuábamos con la política de la reforma energética, al final de este sexenio la CFE estaría produciendo un 20 por ciento de la energía eléctrica y el sector privado el 80 por ciento, y no como estamos ahora, con una participación de 50-50.
Sin embargo, el Presidente también ha garantizado que no va a revertir ninguna de las privatizaciones relacionadas con la reforma energética, y mucho menos echará atrás la reforma misma. Los recientes acuerdos con empresarios en cuanto a los gasoductos, son el ejemplo más reciente de la continuidad neoliberal en las políticas energéticas del gobierno.
Frente a los negocios de la iniciativa privada con las necesidades energéticas del país, una política consecuente en beneficio de las grandes mayorías pasaría, en primer lugar, por la renacionalización de los recursos y la industria energética.