El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, se encuentra en el ojo del huracán tras la devastadora DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) que azotó la Comunidad Valenciana el pasado 29 de octubre, dejando un saldo trágico de 216 muertos y hasta el momento 16 personas desaparecidas.
Viernes 15 de noviembre
Mientras miles de familias lloran sus pérdidas y enfrentan las consecuencias de un desastre que desbordó todas las previsiones, Mazón ha comparecido este viernes en Les Corts Valencianes para dar explicaciones sobre su gestión y reafirmarse en su posición, mientras crece el clamor ciudadano y popular que pide su dimisión.
PP: “Nadie mejor que él para liderar la reconstrucción”
El síndic del Partido Popular en Les Corts y secretario general del partido en el País Valencià, Juan Francisco Pérez Llorca, ha asegurado que Mazón no dimitirá “bajo ningún concepto” y que es el único capaz de liderar la reconstrucción de las zonas afectadas. Un respaldo incondicional que encubre una maniobra política para blindar al presidente que ha sido el primer responsable de la tragedia. Mientras tanto, desde Madrid, Alberto Núñez Feijóo ha reforzado este mensaje, instando a Mazón a realizar autocrítica, aunque sin llegar a exigirle medidas concretas.
A pesar del cierre de filas por arriba con el líder del PP valenciano, nadie cree que Mazón puede ser quien encabece una “reconstrucción”. Y así lo recordaban más de 300 personas concentradas frente al Parlamento valenciano este viernes con pancartas que rezan “mentiroso” y “dimisión”.
Las concentraciones frente a Les Corts Valencianes no solo reflejan indignación por la gestión de la DANA, sino también un hartazgo acumulado con todos los representantes políticos. Los cánticos que pedían la dimisión de Mazón o incluso que “Picassent” -en referencia al conocido centro penitenciario- sea su próximo destino, resumen el sentir de una ciudadanía que se siente abandonada ante la catástrofe.
Hipocresía y desidia capitalista
En su intervención, Mazón reconoció que “hubo cosas que no se hicieron bien”, pero no especificó cuáles ni quiénes fueron los responsables. Más allá de las generalidades, propuso la creación de una comisión de investigación tanto en Les Corts como en el Congreso de los Diputados, un gesto que podría interpretarse como un intento de ganar tiempo y desviar la atención. Sin embargo, las familias afectadas no necesitan promesas vacías ni burocracia: necesitan respuestas inmediatas, que hasta el momento han venido no de los gobiernos, sino de la solidaridad y la autoorganización popular.
El problema central no es solo la falta de preparación frente a fenómenos meteorológicos extremos que, debido al cambio climático, serán cada vez más frecuentes, sino también la evidente incapacidad, tanto del gobierno de Mazón como del Gobierno central, de actuar antes de la catástrofe como de coordinar una respuesta eficaz una vez que sobrevino la tragedia. Desde la gestión de las alertas hasta la organización de los servicios de emergencia, todos fueron culpables de este crimen social capitalista.
¡Abajo el gobierno de Mazón! ¡Comisión de investigación independiente para lograr el juicio y castigo a todos los responsables políticos y patronales!
Desde la Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras, como lo están haciendo diferentes organizaciones políticas, sociales y sindicales, se exige la dimisión inmediata de Carlos Mazón y todo el govern de la Generalitat valenciana.
Pero, asegura en una declaración publicada recientemente, no basta con que caiga el gobierno de Mazón. “Hay que depurar las responsabilidades políticas del Gobierno central y las patronales de este crimen social capitalista. Es necesaria la conformación de una comisión de investigación independiente, encabezada por los propios afectados, junto a las organizaciones de trabajadores y profesionales, que esclarezca todas estas responsabilidades y avanzar en su juicio y castigo”.
La reconstrucción no puede quedar en manos de los mismos responsables de este crimen social
Al mismo tiempo, la CRT plantea que es necesario “un plan ambicioso frente a la desastrosa gestión capitalista del Gobierno que esté al servicio de los trabajadores y el pueblo a costa de los beneficios de los grandes capitalistas”.
Hay que imponer “impuestos especiales sobre los beneficios de la banca, las eléctricas y las grandes empresas, suficientes para implementar medidas de prevención en todas las regiones en donde se pueden reproducir fenómenos similares y la suspensión automática de las actividades no esenciales ante la mínima situación de riesgo para la población”.
“La reconstrucción de todas las zonas afectadas, así como una replanificación urbana que se adapte a las consecuencias del cambio climático, no puede quedar en manos de los responsables de esta crisis. Es preciso levantar una alternativa política de las y los trabajadores, junto a las vecinas y vecinos afectados, desde cada barrio y cada centro de trabajo, coordinando de forma asamblearia y democrática la respuesta.
