Un nuevo acuerdo de austeridad es lo que preparan el Gobierno y el FMI para que pase por el Congreso. El directorio del Fondo quiere que se apruebe con celeridad. Por pedido de Juntos por el Cambio agregaron una comisión de finanzas que se reunirá este lunes. Acá te contamos qué plantea sobre los temas de género.
Sábado 5 de marzo de 2022 15:21
La situación económica y social del país pone en evidencia cómo viven los sectores más golpeados por la crisis. En febrero una familia necesitó $78.624 para no ser pobre, cifra estimada por el INDEC, que además señala que la Canasta Básica Total (con la que mide la línea de pobreza) tuvo una suba de 44,7% interanual.
Mientras la canasta aumentaba, el umbral para no caer en la indigencia fue de $ 33.334 para una familia de cuatro integrantes. El golpe al bolsillo de las familias trabajadoras se profundiza y particularmente las mujeres y las infancias se encuentran entre las primeras afectadas.
¿Qué dice la carta sobre las políticas de asistencia social?
En el apartado que se refiere a ello, plantea que continuarán afianzando los mecanismos de asistencia, que particularmente se van a concentrar en combatir la pobreza infantil y fomentar la inclusión en el mercado laboral "para las mujeres y los trabajadores con calificaciones bajas o insuficientes". Nunca explica qué significaría una calificación insuficiente.
Plantea que se establecerá un piso de gasto para los principales programas de asistencia, como lo son la Asignación universal por Hijo, la Tarjeta Alimentar y el Plan Progresar. Sin explicar cómo lo harán en medio del ajuste que exige el fondo, se habla de incrementos de cobertura si se deterioraran las condiciones sociales. ¿Acaso el Gobierno no tiene a mano los números de pobreza infantil y cómo la crisis golpea particularmente a las mujeres en un contexto de creciente feminización de la pobreza?
La carta menciona que se procurará reorientar el gasto social hacia programas de capacitación y empleo, reforzando los sistemas presupuestarios para garantizar que el gasto aborde las desigualdades de género. Que para “focalizar” ese apoyo social trabajaran con socios estratégicos para realizar y publicar una evaluación integral de los programas y estrategias de apoyo social, poniendo como parámetro de referencia diciembre del 2022.
Respecto al punto de Empleo formal e inclusión indica que se ha ampliado el programa Potenciar Trabajo, que cuenta con más de un millón de personas beneficiarias y que a través del programa «Te Sumo», destinado a las y los jóvenes, cumplirán con una meta inicial de 50.000 nuevas contrataciones mediante programas de capacitación laboral e incentivos a las pymes. Hay millones en la pobreza, pero con este número el Gobierno pretende mostrar que tiene un plan sin decir cómo es que se ayuda a miles y miles de pibas pobres ajustando e hipotecando su futuro.
En cuanto a los ingresos de la mayoría de la sociedad, hay que destacar que las exigencias del Fondo conllevan un plan donde se acelerarán los precios y la inflación, profundizando la pérdida de poder adquisitivo de los salarios. Como señala la economista Mónica Arancibia, "Un aspecto que tiene un impacto directo y que ya afecta nuestras condiciones de vida es la inflación, la suba de precios. Años de pérdida del poder de compra por bajas paritarias e inflación agudizaron la situación. Algunas exigencias del Fondo acordadas con el Gobierno acelerarán los precios."
El Fondo exigió un aumento de tarifas de luz y gas mayor al 20 % como aseguró Fernández y se esperan subas mayores al 40 %.
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Un punto llamativo de la carta es en lo que se refiere a la promoción de la equidad de género e inclusión. Dice que “un pilar fundamental de su estrategia de crecimiento” es la reducción de las grandes brechas de género en Argentina y plantea que la causa de exacerbación de las mismas fue la pandemia. Sostiene que actualmente, los salarios para varones en el sector formal, en promedio, son un 30% más altos que para las mujeres, que la tasa de actividad de las mujeres está alrededor del 50%, contra el 70% para los varones. Sobre las tareas domésticas no remuneradas tira un descubrimiento sorprendente: son ampliamente llevadas a cabo por las mujeres en 76%.
Habla sobre tareas de cuidado y sugiere fortalecer los sistemas de apoyo al cuidado expandiendo programas de protección social para la mujer. Señala que su política será ir aumentando el acceso a facilidades de cuidado infantil, vivienda y otros mecanismos de infraestructura social para madres; y promoción de la inclusión laboral a través de programas como Registradas, que actualmente tiene a 33,000 trabajadoras domésticas registradas. ¿Cómo es que el Gobierno plantea que es posible disminuir las inequidades de género a través del fortalecimiento de un sistema presupuestario de género cuando en el horizonte todo es recorte y ajuste? Por más que anuncien destinar un porcentaje, en la realidad las partidas presupuestarias en cuanto a políticas de género representan son un vuelto comparado con los 44 mil millones de dólares que acaban de renegociar en concepto de pago al Fondo Monetario Internacional. Pero los números dicen otra cosa: a finales del 2021 el recorte en prestaciones sociales sufrió una quita del 14% en el presupuesto.
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La deuda es con nosotras
Muchas organizaciones feministas y del movimiento de mujeres debaten de cara al próximo 8 de marzo sobre el problema de la deuda. Es que estos organismos como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial utilizan la deuda como un mecanismo de saqueo de nuestros recursos por parte del capital financiero internacional, con el objetivo de someter a los países deudores a la decadencia. Sobran ejemplos en los que este tipo de acuerdos hunden países enteros.
Como señala Andrea D’atri en uno de sus artículos sobre la deuda externa y su relación con la feminización de la pobreza, en situaciones de crisis, hace que aumente el trabajo precario, la desocupación y también el trabajo no remunerado de las mujeres porque se pega un salto en las condiciones de explotación, ya sea que prestan sus servicios domésticos y de cuidado a cambio de bajos salarios, incluso para muchas otras mujeres asalariadas o directamente engrosan las cifras de indigencia. Las tareas de cuidado cobran mayor relieve, porque justamente si salen a trabajar, serán nuevamente, otras mujeres: las abuelas, las hijas mayores o las hermanas quienes queden a cargo de los hogares empobrecidos y expoliados por la deuda.
Estas políticas de ajuste crean las condiciones para que las mujeres engrosemos ese ejército de desocupados, por eso desde Pan y Rosas en el Frente de Izquierda decimos los únicos que ganan con esta deuda ilegal y fraudulenta son los exportadores, los bancos y las grandes empresas. Porque la deuda es con nosotras, decimos que para derrotar el ajuste y la entrega en este nuevo pacto de coloniaje con el Fondo Monetario es necesaria la fuerza movilizada en las calles de miles. Con esa perspectiva llamamos a marchar el 8 de marzo, así como también impulsamos la convocatoria que realizaron organizaciones sociales y políticas para el próximo 10 de marzo, cuando se vote en el Congreso el acuerdo.
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