×
×
Red Internacional
lid bot

Caso Yañez/Fernández. Sobre machismo, hipocresía y el bastardeo de la lucha feminista

En las redes sociales, los mismos que durante los últimos años se cansaron de repetir que no existe la violencia de género, que se esforzaron por hacer tendencia el hashtag #NiUnoMenos con el ridículo argumento de que la violencia no tiene género, ahora se desviven por mostrar su solidaridad con Fabiola Yañez, expareja del expresidente Alberto Fernández, a quien acusa por maltrato psicológico y otros hechos de violencia física. Ahora, el caso está en manos de la Justicia.

Andrea D'Atri

Andrea D’Atri @andreadatri

Martes 6 de agosto 22:19

Escuchá esta nota

¿Sorprende que una mujer sea víctima de violencia? No. En Argentina, se comete un femicidio cada 29 horas y ése es apenas el último eslabón de una larga cadena de violencias que suelen pasar inadvertidas o, peor aún, se descreen o se legitiman. Contra eso luchamos las feministas protagonizando inmensas movilizaciones. Lo que impacta con la noticia de hoy es el doble discurso. Especialmente el de la casta política, la de antes que ahora se escandaliza y la nueva, que ahora se regodea con esta noticia, explotando el morbo para que el país y los medios hablemos de "otra cosa".

Fabiola Yañez denuncia por violencia de género al expresidente Alberto Fernández

La siniestra ministra Patricia Bullrich, que tiene la responsabilidad política de varios crímenes de Estado sobre sus espaldas, ya está haciendo campaña con el caso. Promete modificar la ley que indica que los delitos de violencia de género son de acción privada, para que se conviertan en delitos de acción pública. ¡Qué extraño! Hasta ahora, para el gobierno de Milei y sus ejércitos de trolls para-estatales, la violencia de género no existía con su particularidad. A tal punto que eliminaron el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad Sexual. Incluso, hasta mandaron a la hija de Domingo Cavallo -embajadora argentina ante la OEA- a pedir que se retiren las referencias a la violencia sexual en Haití de una resolución del organismo. Algo así hizo la Licenciada en Ciencias de la Familia, Sandra Petovello, actual ministra de Capital Humano en todos los ámbitos que abarca su megaministerio de la crueldad. Mientras Karina Milei y Santiago Caputo designaron a la reaccionaria abogada Úrsula Basset, también experta en cuestiones de Familia (?), para que actúe como una interventora de hecho en la Cancillería, bajando línea a los diplomáticos contra la Agenda 2030 de Naciones Unidas. Violencia de género, derecho al aborto y políticas antidiscriminatorias de la población LGTBIQ+ están en la mira de estos fundamentalistas de la derecha.

De golpe, los que gritan, hostigan y amenazan a las mujeres públicas, a las que denuncian violencia, a las que son activistas feministas, resulta que ahora quieren investigar la violencia machista incluso cuando la víctima no quiera. ¿Delito de acción pública para que cualquiera pueda vulnerar la autonomía, la voluntad y la intimidad de las víctimas que siempre son las que son revictimizadas en los procesos judiciales? ¿Los que hasta ayer se cansaron de burlarse y no creer las denuncias de miles de mujeres, ahora proponen que nuestra intimidad sea pública aun contra de nuestra decisión? Proponen que el código penal sea aplicado en todos los casos en que terceras partes consideren que deba aplicarse, sin que la verdadera interesada tenga voz y voto.

Los reaccionarios de La Libertad Avanza, sin embargo, no reclaman que se haga justicia para Fabiola Yañez. Antes que eso, se ensañan contra las feministas, contra nuestros reclamos y nuestra historia de lucha.

Lo del vocero presidencial, Manuel Adorni es otra muestra más de su habitual cinismo y descaro. Apenas se filtró la información a los medios, publicó "La línea 144 está abierta las 24 horas para asistir a todas aquellas personas que sufren violencia por motivos de género". Solo un día antes había publicado el decreto presidencial que disolvía el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI). Lo celebró con estas palabras: "Faltaba su muerte administrativa: mañana el INADI habrá dejado de existir para siempre." Ya hace un mes denunciamos el despido del 80% de las trabajadoras y trabajadores que sostenían con su esfuerzo el programa de la línea 144, que asiste a mujeres y personas LGBTIQ+ que atraviesan situaciones de violencia machista, los escasos hogares y refugios, el plan AcompañAR y otras. Este estilo vengativo de ejercer el poder, como si estuvieran librando permanentemente una batalla cultural contra el feminismo y todos los colectivos que pelean por la igualdad y la inclusión, también los llevó a modificar todas las referencias oficiales a la violencia de género o violencia contra las mujeres por "violencia familiar".

La doble vara de la ultraderecha está de parabienes con las acusaciones de abuso que pesan sobre el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, el procesamiento contra el exgobernador de Tucumán, Alperovich, por abuso sexual, el escándalo por los comportamientos impropios y el acoso a sus colegas por parte del reconocido periodista Pedro Brieger o, ahora, las acusaciones contra el expresidente Alberto Fernández por parte de su expareja. No volvieron mujeres ni mejores. No le pusieron fin al patriarcado con decretos de la Casa Rosada.

La resistencia a Milei y un cuestionamiento al mito irrepetible de un feminismo K

Los reaccionarios de La Libertad Avanza, sin embargo, no reclaman que se haga justicia para Fabiola Yañez. Antes que eso, se ensañan contra las feministas, contra nuestros reclamos y nuestra historia de lucha. Mientras tanto, algunas feministas que se identifican políticamente con Unión por la Patria o fueron funcionarias y militantes del gobierno de Alberto Fernández, piden disculpas, prometen no volver a equivocarse, admiten de manera suspicaz que era previsible, encuentran en el pasado signos inequívocos de que esto sucedería... aunque la inmensa mayoría está estupefacta.

La exlegisladora Ofelia Fernández sintió que ahora, debía hacerse cargo "de haber creído tanta basura." Y dirigiéndose a las jóvenes a quienes les pidió que la acompañaran en su apoyo al gobierno peronista, escribió: "Pedirles perdón y decirles que la inmensidad de esta frustración tiene que ser la razón por la que, aprendizajes mediante, y sin creer mucho en nadie, volvamos a intentar." Su voz, probablemente, es la de muchas jóvenes que crecieron políticamente con la marea verde. Muchas que creyeron que, frente al avance de la derecha, era mejor callar las críticas al gobierno que consideraban propio y aceptar con resignación que las mujeres salieran de su agenda, que los dinosaurios y los neoliberales volvieran a los despachos y a las listas electorales.

Feminismo socialista: contra la distopía ultraliberal y la utopía de reformar el capitalismo

El problema, sin embargo, no pasa por haber sido ingenuas, engañadas en la buena fe, admitir que las contradicciones y las miserias son parte de la vida humana. Porque aquí no se trata de lo que piense cada una en su fuero íntimo, sino de que los movimientos sociales deben ser independientes políticamente de los partidos de gobierno, para que la lucha legítima que libramos en las calles nunca esté condicionada, atada, subordinada, limitada, vilipendiada, utilizada por quienes ejercen el poder del Estado capitalista patriarcal. Los derechos no se mendigan, se conquistan. Para lograrlo no necesitamos creer en salvaciones mágicas que siempre vienen "de arriba", sino confiar solo en la organización y la lucha que sostenemos colectivamente con nuestras propias fuerzas.


Andrea D’Atri

Nació en Buenos Aires. Se especializó en Estudios de la Mujer, dedicándose a la docencia, la investigación y la comunicación. Es dirigente del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS). Con una reconocida militancia en el movimiento de mujeres, en 2003 fundó la agrupación Pan y Rosas de Argentina, que también tiene presencia en Chile, Brasil, México, Bolivia, Uruguay, Perú, Costa Rica, Venezuela, EE.UU., Estado Español, Francia, Alemania e Italia. Ha dictado conferencias y seminarios en América Latina y Europa. Es autora de Pan y Rosas. Pertenencia de género y antagonismo de clase en el (...)

X